Pocos escaños valen tanto en el Congreso como los que tiene el PNV. El partido de Andoni Ortuzar atesora una poderosa llave política que le ha permitido marcar el paso en las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de los últimos gobiernos de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.

Sin embargo, el nacionalismo vasco no se contenta con eso: quiere ganar influencia empresarial y busca rentabilizar el declive catalán acaparando inversión privada para consolidarse como la locomotora industrial española. Es decir, aspira a convertirse en la comunidad autónoma que tire del PIB nacional por la vía del 'valor añadido'.

En Bilbao, han tomado buena nota del desastre económico que ha supuesto para Cataluña el procés. No es casualidad que 2017, el año del referéndum, la economía madrileña diera el sorpasso a la catalana en términos de PIB. Desde entonces, la distancia entre ambas ha ido en aumento a favor de la capital española.

Ignacio S. Galán, Aitor Esteban y Josu Jon Imaz.

Ahora, mientras Josep Sánchez Llibre ponía voz a la desesperación de los empresarios catalanes por la pérdida de inversiones a cuenta de la crisis abierta entre la Generalitat de Pere Aragonés y el Gobierno central por la ampliación del aeropuerto del Prat, el PNV mueve sus fichas para distanciarse del ruido político y presentarse como un lugar business friendly para invertir en España.

La primera prueba de fuego del otoño será la venta de ITP Aero por parte de Rolls Royce en una operación en la que el capital vasco será clave para preservar la riqueza que genera tener no ya la sede social de la empresa, sino voz en la estrategia que diseñan los directivos en materia de inversiones y empleo.

Los vascos aprendieron la lección con Siemens Gamesa al ver cómo el centro de las decisiones del fabricante de aerogeneradores que nació en Vitoria ha acabado en Alemania bajo los mandos de Andreas Nauen, un CEO con nombre y mentalidad alemana, tras la salida definitiva de Iberdrola de su accionariado.

También han tomado buena nota de la espantada de grandes empresas de Cataluña como consecuencia del abismo legal al que las condenó el 1O. Aunque Barcelona aspire a recuperar parte de ese poder empresarial perdido en el futuro, lo cierto es que en casos como el de CaixaBank -que ahora también integra a Bankia y a su vez a la antigua Bancaja- parece cada vez más complicada una marcha atrás. La sede social de la entidad se está consolidando en la Comunidad Valenciana con José Ignacio Goirigolzarri como presidente y sin apellido catalán.

Frente a la estrategia de la confrontación, el nacionalismo vasco ha optado por el pragmatismo con una estrategia silenciosa que está dando sus frutos.

Prueba de ello es la decisión que tomó Repsol el pasado junio de ubicar en Euskadi las sedes de Petronor y de sus divisiones industrial y comercial. La compañía que preside Josu Jon Imaz ha elegido Muskiz como centro de decisiones para un gran proyecto inversor con el que quiere generar combustibles sintéticos a partir de hidrógeno verde.

Ignacio S. Galán, Josu Jon Imaz, José Ignacio Goirigolzarri, Iñigo Urkullu, Teresa Ribera, Pere Aragonés, Aitor Esteban y Josep Sánchez Llibre.

El País Vasco busca posicionarse como líder en esta energía verde y aprovechar su posición geográfica junto al mar para mirar hacia el Canal de la Mancha y el Oeste.

Dentro de esta alianza entre el lehendakari Urkullu y el mundo de la empresa, el PNV va a tener que tomar partido próximamente en una decisión que se tomará en el Palacio de las Cortes.

El voto de los nacionalistas vascos será clave para que Teresa Ribera pueda sacar adelante su Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE). Una medida que sacará costes del recibo de la luz para pasarlos al recibo de los carburantes y del gas.

Una reforma, por tanto, que perjudica los ingresos de Repsol en un momento en el que la empresa los necesita para llevar a cabo las inversiones que ha anunciado dentro de su proceso de descarbonización.

Sin embargo, la medida beneficia a otra gran empresa vasca, Iberdrola, para la que la rebaja del recibo de la luz representa una oportunidad dentro de la hoja de ruta para electrificar la economía.

La decisión con la que está lidiando Aitor Esteban no es sencilla y cuentan fuentes informadas cómo en el seno del partido existe un importante debate sobre cuál debe ser el sentido de este voto pese a que, en un principio, se había traslado al Gobierno de Pedro Sánchez la disposición a apoyar el FNSSE.

Hay dilemas imposibles, aunque a veces el dinero puede ayudar a resolver determinadas cuestiones. El problema es que la inversión de la eléctrica de Ignacio Sánchez Galán y su aportación económica tampoco es pequeña.

ATENTOS A...

La Comisión Von der Leyen celebra este miércoles el debate del Estado de la Unión 2021 en el Parlamento de Estrasburgo. La cita servirá para repasar la gestión europea de la Covid-19 con sus grandes avances, como Next Generation, pero también con los resbalones, como el de la gestión de las vacunas.

Ursula Von der Leyen y José Manuel Durão Barroso.

En cualquier caso, este debate marca un antes y un después. Lejos parecen los tiempos de la última crisis en los que el expresidente Durão Barroso era el rostro de la austeridad. Curioso que se trataba de un tiempo en el que un país periférico estaba al frente de la Comisión Europea. Los tiempos han cambiado y Europa ha comenzado a hacer emisiones conjuntas bajo un mandato alemán.

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