La pregunta, efectivamente, es retórica. O, dicho de otra manera, la respuesta es obvia. Sin embargo, desde las sociedades científicas no podemos dejar de plantear una cuestión como esta, de la que se deriva la mayor o menor calidad asistencial para los pacientes.

La formación médica continuada (FMC), que es la que garantiza esa calidad a la que nadie está dispuesto a renunciar, es el aprendizaje continuo y necesario para que los médicos puedan mantener actualizados sus conocimientos y estén al día de los avances científicos de los que se benefician los pacientes y la sociedad en su conjunto.

Y en su organización y desarrollo son clave las sociedades científicas. Entre los fines principales que rigen a la Federación de Asociaciones Científico-Médicas (FACME) y a las sociedades que la integran se encuentra la actualización científico-técnica de sus asociados -además de la formación dirigida a pacientes, ciudadanos y a otros profesionales sanitarios-.

No obstante, esta formación se enfrenta en la actualidad a retos de adaptación y también a nuevas propuestas de financiación, que se recogen tanto en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia como en el Dictamen de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que aprobó el Pleno del Congreso de los Diputados.

Teniendo las sociedades científicas la experiencia y la trayectoria para seguir ocupando ese papel que garantiza la adecuada formación de nuestros profesionales, desde FACME hemos querido hacer un análisis de ese trabajo; con la participación de 37 de nuestras sociedades federadas, se han recogido datos de más de 1.600 actividades de FMC realizadas en los años 2018 y 2019. Estos muestran, por ejemplo, que más del 80% de las actividades de formación llevadas a cabo por las sociedades científico-médicas han sido acreditadas, mayoritariamente por la Comisión de Formación Continuada del SNS.

Es esencial avanzar en la recertificación como garantía para los pacientes y la sociedad en general sobre el adecuado desempeño profesional

Por otra parte, y aunque la influencia de esta formación en la atención a los pacientes es obvia, conviene mencionar, además, que el 80% de las actividades de FMC que las sociedades científico-médicas llevaron a cabo estuvieron dirigidas, concretamente, a la mejora de la práctica clínica.

Un aspecto también muy destacado del estudio es el valor que los profesionales otorgamos a la recertificación, que es el procedimiento por el que el médico valida de forma periódica sus competencias profesionales.

En FACME consideramos esencial avanzar en la recertificación como garantía para los pacientes y la sociedad en general sobre el adecuado desempeño profesional y la práctica clínica de calidad. Tal como atestigua este análisis, 8 de cada 10 sociedades científicas están desarrollando un modelo de recertificación, lo que demuestra, una vez más, la implicación y el compromiso de las sociedades científicas con la mejora global de la asistencia sanitaria.

FACME, como voz común de más de 120.000 médicos agrupados libremente en sociedades científicas, debe seguir siendo el agente clave en el modelo de gobernanza para la organización y desarrollo de la FMC en España. Tenemos la experiencia, adquirida, tras décadas de liderazgo, para identificar las necesidades formativas de los médicos y para garantizar la distribución proporcionada y equitativa de los recursos disponibles. A este respecto, nos resulta llamativa la escasa asignación de fondos para formación contemplada en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y la ausencia de reconocimiento al papel de las sociedades científicas en la definición de las necesidades.

La colaboración económica de todos los agentes posibles favorece la viabilidad y la sostenibilidad de la formación médica continuada

No hay duda de que la formación es imprescindible pero también que requiere financiación y asignación transparente de recursos. La colaboración económica de todos los agentes posibles favorece la viabilidad y la sostenibilidad de la FMC y también garantiza su independencia, aspecto crucial e irrenunciable para los médicos.

FACME hace un llamamiento a las administraciones para poner en valor la FMC e impulsar la recertificación de los profesionales de la mano de las Sociedades Científicas. Esto significa dotación económica suficiente, trasparencia en la asignación de recursos y liderazgo clínico para identificar las necesidades formativas. Esperemos estar a la altura porque el reto lo merece.

***Pilar Garrido es presidenta de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme).

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