La compañía española especializada en terapia génica, Viralgen, mira al futuro. Y lo hace liderando un Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) sobre terapias avanzadas en País Vasco. Su director general, Javier García, calcula que la inversión público-privada que captará este plan rondará los 250 millones de euros. 

En una entrevista con Invertia, García insiste en la necesidad de crear un ecosistema de terapias avanzadas, para el que los fondos europeos supondrán un impulso, junto con la inversión privada que se atraiga.

Viralgen ha dado el primer paso hacia ese ecosistema, con la inauguración de una nueva planta de producción de terapias génicas en San Sebastián. Una operación que ha supuesto una inversión de 70 millones de euros y que creará 130 puestos de trabajo.

Javier García - Director general de Viralgen

¿Qué aportará la nueva planta de Viralgen? 

Para la primera planta de Viralgen, utilizamos un edificio que estaba vacío, donde montamos la fábrica. Sabíamos que íbamos a necesitar ampliar la planta. En 2019, nos planteamos la construcción de unas nuevas instalaciones donde se pudieran hacer los ensayos clínicos y el desarrollo cuando los productos lleguen al mercado.

Las dos plantas son complementarias. La primera trabaja a pequeña escala, con proyectos más pequeños. La nueva va a trabajar con planes más grandes e incluyendo la parte comercial. Ambas estarán muy coordinadas.

¿Cuál ha sido la inversión?

Alrededor de 70 millones de euros.

¿Cuándo se iniciará la producción en esta nueva fábrica?

Esperamos que al final del primer semestre del próximo año. Vamos a pedir autorizaciones para las tres primeras salas y luego iremos añadiendo los siguientes módulos en función de la necesidad.

Además, no es solo una cuestión de inversión, sino también de talento. Contaremos con 130 trabajadores, a los que hay que formar. Lo haremos paso a paso.

En octubre, Bayer adquirió Viralgen. ¿Qué ha supuesto esto para la empresa?

La adquisición de Bayer supone dos cosas. La primera es que es un negocio de futuro y, por otro, el acceso a capacidades que Viralgen no tiene. Nos permite además mantener la independencia, pero apoyados por una gran compañía que nos da una solidez financiera y de competencias.

¿Cómo ha sido el inicio de esta etapa bajo el paraguas de Bayer?

Ha sido prometedor, pero distinto por la pandemia porque no hemos tenido casi interacción personal. Se han fijado las estructuras para asegurarnos de que el proyecto llega a un buen término. De Bayer hemos requerido aspectos puntuales, como el acceso a tecnología.

La industria de la terapia génica crecerá diez veces más hasta 2024. ¿Cómo prevé Viralgen los próximos años en términos económicos?

Hay un enorme número de ensayos clínicos y muchos de ellos llegarán a éxito. Según las previsiones de la FDA, entre 2024-2025, habrá entre 10 y 12 productos todos los años. Nuestra estrategia es prepararnos para ese momento.

La adquisición de Bayer supone dos cosas. La primera es que es un negocio de futuro y, por otro, el acceso a capacidades que Viralgen no tiene.

Nosotros trabajamos con empresas desde el inicio, hasta llegar a la transición a la parte comercial. De ahí la necesidad de aumentar la capacidad, al mismo tiempo que las empresas llegan a ese punto final de desarrollo.

¿En qué está trabajando actualmente Viralgen?

Trabajamos en muchas áreas terapéuticas, desde terapia génica hasta CART en cáncer. También trabajamos enfermedades neurodegenerativas, hepáticas… tenemos un amplio rango de clientes. Nuestra tecnología nos permite trabajar con todos los vectores porque tenemos la experiencia.

Hace apenas 15 días que Bruselas aprobó el Plan de Recuperación de España. ¿Qué opina de los fondos europeos?

El proyecto es más importante de la financiación. Soy partidario de los fondos europeos siempre y cuando el proyecto sea sostenible y cuando sea una colaboración público-privada.

Hay que ver cómo se estructuran estos fondos. Desde Viralgen estamos trabajando en apalancar nuevos proyectos previstos en nuestra estrategia de crecimiento a través de un PERTE sobre terapias avanzadas que estamos liderando y en el que colaboran distintos grupos. Trabajamos con las instituciones para hacer que sea un proyecto realmente viable.

¿Qué inversión privada se prevé que salga de este PERTE?

Calculamos que serán 100 o 120 millones de inversión privada. Junto con los fondos europeos, hablamos de entre 230 o 250 millones de euros. La inversión se dividirá entre el 50% o el 40% de la parte de pública y el 50% o 60% de la parte privada.

Tenemos claro lo que queremos hacer en el ecosistema de las terapias avanzadas. Además, se abre una nueva era de colaboración con unas instituciones que están muy por la labor de invertir y de desarrollar ecosistemas.

¿Cuántas empresas participan?

Ahora mismo hay alrededor de seis empresas involucradas, pero seguramente sean más cuando este proyecto se cierre.

Ahora mismo hay alrededor de seis empresas involucradas en el PERTE, pero seguramente sean más cuando este proyecto se cierre

Hay que tener en cuenta que este proyecto lo hemos diseñado de una manera rápida y muchas de las iniciativas son de Viralgen. Hay otros planes en los que estamos trabajando, pero falta darle la forma definitiva. Actualmente el trabajo está al 80%.

¿Tenéis previsiones de cuándo se aprobará este PERTE de terapias avanzadas?

Creemos que en otoño, pero no tenemos mucha más información.

¿Qué opinión tiene sobre el PERTE ‘Salud de Vanguardia’ anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez?

El tema de salud de vanguardia va ligado a los medicamentos innovadores que llegarán al mercado. Preparar los sistemas de salud para la tecnología que viene es una tendencia que también se está dando en Estados Unidos, por ejemplo.

Los sistemas de salud siempre han esperado a ver qué llega, pero los nuevos medicamentos abren la oportunidad de que los sistemas participen de una manera más activa.

Será difícil que estos nuevos tratamientos lleguen a la sociedad si los sistemas de salud no están preparados. Y no es un tema de financiación, es de formación también.

Viralgen iba a ser la encargada de producir la vacuna contra la Covid-19 de la Universidad de Harvard, pero hubo un parón. ¿En qué punto se encuentra esta colaboración? ¿Se prevé que se retome a corto plazo?

Harvard nos llamó en marzo porque tenía un desarrollo a través de vectores adenoasociados. Son vectores pequeños a los que permiten incluir una cagar de DNA bastante limitado. La Universidad recurrió a Viralgen por la capacidad de producción.

Desde entonces, hemos trabajado con lotes pilotos. Sin embargo, Harvard ha tenido un retraso significativo en el ensayo clínico, que todavía no ha empezado y no sabemos si finalmente lo hará. Pero nosotros estamos ahí para el día que nos llamen para producir.

¿Hay previsiones de que este ensayo se inicie a corto plazo?

Hay que tener en cuenta que las vacunas de ARN mensajero han llegado al mercado con buenos resultados. Por lo tanto, cualquier otra vacuna tendría que mejorar ese entorno. El listón está más alto y yo tengo dudas de esa vacuna pueda llegar al mercado.

Es estratégico para un país tener empresas que apuesten por las tecnologías avanzadas, pero hay que pensar cómo lo vamos a hacer.

¿Viralgen está abierta a la colaboración con otras empresas para la producción de vacunas contra la Covid?

Sí, pero siempre bajo la modalidad de vectores adenoasociados. Es más complicado porque no hay este tipo de vacunas en el mercado.

¿Qué capacidad tiene Viralgen para la producción de vacunas?

Todo depende de la dosis. Es muy difícil calcularlo, pero si la dosis es adecuada tendremos una capacidad de producción muy alta.

En España han surgido varias fábricas de vacunas…

Lo que ha ocurrido es que las vacunas se han convertido en una necesidad imperiosa y a unos niveles de producción que no se habían visto hasta ahora. El mercado ha estado parado y la pandemia ha sido el empuje de muchas tecnologías. Es el caso de Moderna y Pfizer, con el desarrollo del ARN mensajero.

Vamos a ver desarrollos muy potentes en los próximos años basados en las tecnologías que se han impulsado durante la pandemia. La fabricación de la vacuna se producirá en un proceso más sencillo de lo que ha sido hasta ahora, porque ha sido un verdadero quebradero de cabeza para las empresas.

¿España se ha convertido en un país estratégico para la producción de vacunas contra la Covid?

Yo creo que no, al menos, todavía. Estamos lejos de tener ese papel. La industria ha ido cerrando parte de su presencia en España, principalmente porque se han hecho conglomerados en diferentes partes del mundo.

Es importante aprender la lección. Es estratégico para un país tener empresas que apuesten por las tecnologías avanzadas. Hay que pensar cómo lo vamos a hacer. Como país, es una apuesta a largo plazo. Tenemos que huir del corto plazo.

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