
Tren de Talgo en la planta de Talgo, a 29 de agosto de 2024, en Rivabellosa, Álava, País Vasco Europa Press
El Gobierno cierra la puerta a Polonia en Talgo e insiste en su respaldo a la oferta de Sidenor
El grupo industrial vasco sigue a la espera de que Trilantic se pronuncie sobre la oferta que trasladó hace dos meses.
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El Gobierno cierra filas con Sidenor. El Ejecutivo sigue defendiendo que es el mejor socio para Talgo justo en un momento en el que Polonia aguarda para asaltar el fabricante español y pese a saber que contarán con el veto, como ya le ocurrió a la húngara Magyar Vagon.
“El Gobierno está trabajando en la línea que ya tenía”, señalan fuentes del Ministerio de Transportes a este periódico. Y esa línea no es otra que la de que “se puede hacer cargo Sidenor”, reiteran. La intención, desde un inicio, es mantener la españolidad de Talgo.
De ahí que Polonia tenga la puerta cerrada, al menos para tomar un control mayoritario sobre la empresa española. A pesar de ello, el fabricante de trenes Pesa, controlado por el Estado polaco, contrató al banco francés Société Générale para lanzar una opa.
Société Générale se habría ofrecido a aportar a Polski Fundusz Rozwoju (PFR), el Fondo Polaco de Desarrollo (una especie de SEPI) que controla Pesa, la financiación necesaria para lanzar la opa y también refinanciar la propia deuda de Talgo.
Este asalto lleva fraguándose varios meses, en los que el Gobierno de Donald Tusk ha dejado caer en público su interés por Talgo. De hecho, en septiembre el fabricante español firmó un acuerdo de cooperación para la producción de trenes de alta velocidad con la polaca Pesa.
Pero desde Polonia saben que se toparán con un problema muy importante en su asalto a Talgo: el Gobierno español. Son conscientes de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no quiere dejar entrar capital extranjero en empresas estratégicas como Talgo. Y, de momento, esa puerta sigue cerrada.
Ese fue uno de los motivos por los que vetó la venta de Talgo a la empresa húngara Magyar Vagon. La oferta de fusión de Skoda también fue rechazada, aunque en este caso por el consejo de administración del propio fabricante.

El presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, y el ministro de Transportes, Óscar Puente.
Así que Sidenor sigue siendo la baza más plausible para Talgo. Y así lo ha demostrado el Gobierno español con muestras de todo tipo. Por ejemplo, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, visitó a principios de diciembre la fábrica de Sidenor en Basauri (Bizkaia), junto al presidente de la compañía, José Antonio Jainaga.
Y, más recientemente, representantes del ministerio dirigido por Puente se reunieron con responsables del Gobierno vasco, Sidenor y Trilantic para cerrar una solución antes de que acabe el mes, tal y como confirmó este periódico. Pero sigue sin haber una solución clara ni una respuesta por parte del fondo.
Una única oferta
Con o sin posible opa polaca, de momento sólo hay una oferta con opciones reales sobre la mesa. Y esa es la que realizó Sidenor el 25 de noviembre por el 29,9% de Trilantic (accionista mayoritario de Talgo), evitando así la obligación de lanzar una opa si supera el 30%.
Su oferta a 4 euros por acción valora esa participación en 150 millones de euros. Es una cantidad sustancialmente inferior a los 5 euros por acción ofertados por la húngara Magyar Vagon.
Inicialmente, el precio no convenció a Trilantic que, sin rechazar la propuesta, decidió estudiarla durante semanas en las que para Sidenor se demoró en el tiempo. Por lo que llegó a amenazar con abandonar la operación. Finalmente, no lo ha hecho. Sigue en pie su oferta y cuenta todavía con el respaldo del Gobierno español. Pero la pelota está en el tejado de Trilantic.