
Un tractor John Deere en el campo.
El sector ‘agrotech’ pide la implicación de Deere, IBM o Bayer para movilizar 20.000 millones al campo
Un informe de Armanext muestra que la agricultura europea se está transformando, pero necesita capital para crecer y ser más competitiva.
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El campo español es el más abundante de Europa, pero necesita capital para tecnificarse, concentrar y escalar las explotaciones, y exportar más al extranjero. Las empresas agrotech serán protagonistas de una buena parte de ese cambio de paradigma, y por eso el sector pide la implicación de gigantes como John Deere, IBM o Bayer para movilizar una inversión hacia las tierras cultivables del Viejo Continente que se estima en hasta 20.000 millones de euros en los próximos años.
Así lo establece el informe 'Cultivando el futuro' que ha elaborado Armanext, uno de los principales listing sponsor de las bolsas. Según este estudio, las oportunidades de inversión en la industria agrotech alcanzarán los 49.000 millones de dólares (casi 47.000 millones de euros) a nivel global en 2030, monto del que Europa debería recibir entre 18.000 y 20.000 millones de euros.
En el caso de España, dado que ya es líder europeo por número de empresas agrotech, con más de 850, también "debería ser líder en inversión, con capacidad para atraer miles de millones", aventuró Raimundo Martín, director de Financiación de Armanext, durante la presentación del informe.
Cataluña, con 109 empresas, Comunidad Valenciana (66) y Andalucía (61), son las comunidades españolas donde más agrotech hay y, por tanto, se antojan como los mayores caladeros para los inversores estratégicos que quieran entrar al sector. La siguiente región en relevancia es Madrid, con niveles muy próximos a las anteriores.
Aunque ya son muchos los fondos de inversión que han puesto un pie en el campo español y sus empresas agrotech, desde Armanext destacan la importancia de la colaboración con corporaciones líderes a nivel mundial, caso de John Deere (tractores autónomos), IBM (análisis predictivo) o Bayer (gestión avanzada de cosechas), como modelos a seguir para inspirar soluciones innovadoras en el contexto español.
Los nuevos cultivos
Y es que la foto del campo español se está transformando desde los tradicionales cultivos de olivos y almendros hasta productos que vienen a satisfacer la nueva demanda de los consumidores en los mercados desarrollados. Hablamos del aguacate, los pistachos o los frutos rojos.
"Los cultivos van a parecerse cada vez más a estos últimos porque son más rentables, y lo son porque se adaptan a los nuevos hábitos de consumo. Por ejemplo, el consumo de frutos rojos aún es bajo en España, pero en Reino Unido y los países nórdicos es muy elevado", contrapesa Martín.

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En lo que respecta a nuestros productos más autóctonos, "el olivo y el almendro van a seguir, porque bien gestionados son rentables, pero sí que necesitan de una mayor tecnificación y hacer más grandes las parcelas de los agricultores para ser más competitivos".
De entre los inversores que ya han entrado o están mirando cómo hacerlo, lo que buscan es "que las agrotech generen ingresos, no tanto que sean rentables". Según el experto, la ronda media de inversión en España ya se ha elevado, hasta el rango de entre 250.000 euros y los 4 millones de euros. No obstante, nuestro país sigue por detrás de la media global, donde las rondas promedio son de entre 5 y 50 millones. Holanda lleva la delantera dentro de Europa.
Más sostenibles
De esta forma, la previsión es que el mercado global de agrotech crezca a una tasa compuesta anual del 12%, si bien EEUU representa un 35% de la cuota por sus grandes explotaciones y el apoyo gubernamental que recibe.
Pero, más allá de la rentabilidad, otro factor clave de la industria agrotech es que puede hacer más sostenible a la agricultura. Cabe recordar que el sector agrícola consume el 70% del agua disponible y representa un 12% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
El estudio señala que la agricultura de precisión puede reducir el consumo de agua entre un 20% y un 50%; los drones y los sensores avanzados son capaces de optimizar la gestión de cultivos y hacer más eficientes los recursos clave, y la agricultura vertical puede reducir el consumo de agua hasta en un 95%.
No en vano, un 30% de los alimentos producidos a nivel global se pierde o desperdicia en la cadena de suministro. Las nuevas tecnologías y las inversiones estratégicas son la llave para que el campo dé de comer a un planeta cada vez más poblado.