El fútbol aún tiene un largo camino por recorrer en lo que a la sostenibilidad se refiere, pero las iniciativas en esta dirección no dejan de crecer. Una de ellas es la publicación de las UEFA Circular Economy Guidelines, una guía elaborada por la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) que busca servir de punto de partida para ayudar a federaciones, ligas y clubes a implementar sus propias soluciones sostenibles, sobre todo, en materia de residuos.
Sin embargo, el Estadi Mallorca Son Moix puede decir con orgullo que es el primer estadio de la Liga Española y el tercero de Europa en lograr ser un campo residuo cero, es decir, un campo que consigue valorizar, al menos, el 90% de la basura que genera. Un proyecto que comenzó hace un año de la mano de PreZero, una empresa especializada en servicios ambientales que ofrece soluciones para la gestión de residuos. Esta compañía ha sido la encargada de convertir en recursos los residuos que se generan en el campo.
Gonzalo Cañete, CEO de PreZero España y Portugal
Alfonso Díaz, CEO de negocio del RCD Mallorca
Un proceso que arrancó hace un año y cuyo objetivo se ha logrado “en tiempo récord”
Gonzalo Cañete, CEO de PreZero España y Portugal, destaca que es “un proceso difícil que se ha conseguido en tiempo récord”. Algo que sólo se logra si los aficionados que van a cada partido “se lo creen”. “El trabajo es suyo, no es algo sencillo”, apunta.
Este proceso arrancó hace un año cuando el RCD Mallorca tomó la decisión de que su estadio fuera residuo cero. Con una capacidad de 25.800 aficionados, el Son Moix genera 100 toneladas de residuos que antes se separaban en tres fracciones y ahora en 16, según detalla Cañete. Eso ha hecho que se haya incrementado el porcentaje de reciclaje de los residuos generados hasta el 96%, superando así en seis puntos el objetivo marcado. Un simple paseo por el campo basta para ver la cantidad de contenedores que están a disposición de quienes los necesiten. Unos cubos que, a pesar de llevar 365 días en las instalaciones, están perfectamente conservados.
Este proyecto ha sido un gran logro para la ciudad, las Islas Baleares y el fútbol español. Tal y como explica Alfonso Díaz, CEO de negocio del RCD Mallorca, en este estadio se respira fútbol, pero también “compromiso en comunidad, medioambiente y futuro”. El RCD Mallorca decidió comprometerse con este objetivo de residuo cero por la responsabilidad que tienen como club.
Díaz asegura que tienen que ser “ese ejemplo para la sociedad”. La sociedad que, en este caso, forman los mallorquinistas, quienes cada día de partido han activado la mentalidad ‘residuo cero’ y han depositado sus desechos en los cubos que se pueden encontrar a lo largo de todo el estadio. Han entendido, gracias a los mensajes que el club ha mandado a través de sus redes sociales, de su web y que han anunciado en cada partido, el papel que tienen para que estas islas sean “cada vez más sostenibles”.
A pesar de que aún estemos en pretemporada y de que todavía no se haya celebrado ningún partido, para Marga Prohens, la presidenta de las Islas Baleares, el RCD Mallorca ya es el campeón de la Liga y ha levantado el trofeo de la sostenibilidad. Con este certificado se “reconoce” y se “pone en valor” el compromiso del club con la gestión responsable de los residuos, un paso decisivo para proteger el archipiélago.
Marga Prohens Presidenta de las Islas Baleares
Para la presidenta balear, este gesto demuestra que la sostenibilidad no es solo tarea de las administraciones públicas, sino un objetivo común que debe unir a instituciones, empresas privadas y ciudadanos. El compromiso del club refuerza la idea de que proteger el entorno es un partido que se juega en equipo, y que empieza mucho antes del pitido inicial. “Nos llena de orgullo que una entidad con la influencia y con el impacto social que tiene el Real Mallorca esté alineada con el residuo cero”, asegura Prohens.
Qué tipo de residuos se generan en un estadio de fútbol y qué se hace después con ellos
Los residuos que se generan en un campo de fútbol proceden de los partidos, de los conciertos y de los distintos eventos que en él se celebran. Más allá de los plásticos de las botellas o del papel de los vasos, también encontramos residuos que necesitan un tratamiento especial, como madera, tubos fluorescentes o residuos biosanitarios, según señala el directivo de PreZero.
La misión de PreZero es asegurar que se separen los residuos de forma correcta para que posteriormente puedan tratarse en instalaciones que “son capaces de darle esa segunda vida, generando ese círculo completo de la economía circular”.
La empresa acompaña al club y pone “la mejor de sus inteligencias para poder conseguir este certificado de residuo cero”. Sin embargo, para Cañete, la clave del éxito del proyecto reside en que “todos y cada uno de los aficionados del Mallorca” han confiado en la iniciativa, han creído en la sostenibilidad y lo han hecho posible con un simple gesto como es el de separar los residuos en el contenedor adecuado.
Convertir un estadio de fútbol en un recinto con un impacto ambiental mínimo no es una tarea sencilla. Para gestionar de forma responsable todos esos desechos, es necesario realizar un proceso previo de consultoría y análisis, que es de lo que se encarga PreZero. Esto implica estudiar en detalle cómo se generan y se mueven los residuos dentro del estadio, identificar los puntos clave donde se concentran y dimensionar correctamente la capacidad de los contenedores.
Solo así se puede garantizar que todos los residuos se recojan de forma eficaz, se separen adecuadamente y se envíen a procesos de reciclaje o reutilización. De esta forma, cada envase, papel o resto orgánico puede tener una segunda vida, contribuyendo al objetivo de convertir el estadio en un ejemplo de economía circular y sostenibilidad, tal y como detalla el CEO de PreZero.
Un proyecto que se extiende más allá del estadio
El reto de ser un estadio residuo cero no finaliza con el logro de la certificación. Este título, tal y como explica Cañete, hay que consolidarlo y ampliarlo. La vocación es extender esta iniciativa a “todas las operaciones del club”, de hecho, ya se ha comenzado a trabajar en la ciudad deportiva.
Para Alfonso Díaz es vital que el RCD Mallorca haga cada vez más acciones de este tipo para “ser más sostenible” y defender ese “maravilloso” ecosistema que posee y caracteriza a la isla. Por ello, instan a los aficionados a acudir en bici cada día de partido y a dejar el coche en sus garajes. De hecho, el Son Moix tiene en sus inmediaciones, desde hace más de un año, una estación virtual de bicicletas de BiciPalma. A diferencia de las estaciones tradicionales, esta no tiene anclajes físicos. Los usuarios solo tienen que dejar la bici dentro de una zona marcada en el suelo, cerrar el candado de la rueda trasera y finalizar el viaje desde la aplicación.
Este proyecto no es el único en el que está inmerso el club para hacer del campo un espacio más sostenible. Cuando accedemos a Son Moix, una de las cosas que llama la atención, más allá del rojo de sus gradas, es la cúpula blanca que las protege. Esta estructura, que instalaron en la remodelación del estadio, recoge el agua de la lluvia que, después se almacena en los dos depósitos de 75.000 litros que se sitúan debajo de la grada. De esta manera, el club reutiliza el agua y ahorra hasta un 30% en su consumo.
El RCD Mallorca junto a PreZero marcan un hito en la Liga española y abre un camino para que otros clubes se unan al reto de la sostenibilidad y conviertan sus campos en estadios residuo cero.