
Ángel Escribano, presidente de Indra. Indra
Ángel Escribano, del pequeño taller familiar a la cima de Indra, líder de la industria de Defensa en España
Ángel y su hermano Javier han convertido la empresa que fundaron junto a su padre en una firma que factura 300 millones y con presencia en 25 países.
Más información: Indra nombra a Ángel Escribano como nuevo presidente tras la marcha de Murtra a Telefónica
Cuando Ángel Escribano fundó en 1989 un pequeño taller en Coslada (Madrid) junto a su padre y su hermano Javier, probablemente no se imaginaba que acabaría presidiendo el mayor grupo español del sector de la Defensa. Sin embargo, este domingo el consejo de administración de Indra le ha elegido como presidente en un momento crucial para la industria por los conflictos en Ucrania u Oriente Próximo.
Junto a José Vicente de los Mozos, consejero delegado de Indra, tendrá la tarea de implementar el plan estratégico 2024-2026 Lead the Future, presentado en marzo de 2024. Un proyecto con el que la compañía aspira, entre otros objetivos, a pasar de ser un actor nacional en el campo de la defensa a convertirse en un referente "internacional".
Para el nuevo presidente de Indra, transformar una compañía y hacerla más grande no es algo nuevo. El taller familiar que los Escribanos abrieron en Coslada hace 36 años en nada se parece a la empresa que hasta ahora presidía. Escribano Mechanical & Engineering, rebautizada recientemente como Grupo EM&E, factura alrededor de 300 millones de euros, tiene más de 1.300 empleados y está presente en 25 países.
Pero es que ni siquiera su actividad es la misma. Mecanizados Escribano, que nació después de que el padre de Ángel y Javier fuera despedido de su empresa por la crisis industrial que atravesaba entonces España, se dedicaba a la fabricación y reparación de maquinaria industrial de bienes y servicios, como carretillas elevadoras.
No fue hasta finales de la década siguiente cuando empezaron a trabajar en el sector de la defensa y la aeronáutica. Su primer cliente en este campo fue otra empresa de Coslada, Construcciones Aeronáuticas (CASA), hoy conocida como Airbus Space & Defence.

Ángel Escribano y Javier Escribano con Isabel Díaz Ayuso durante una visita de la presidenta de la Comunidad de Madrid a sus instalaciones el pasado mes de octubre. Grupo EM&E
Aún siguieron unos años más fabricando componentes mecánicos para terceros. Pero en 2011 decidieron cambiar su modelo de negocio y llevaron a cabo una integración vertical de capacidades de ingeniería y producción, fomentando la soberanía tecnológica de sus soluciones y sistemas de Defensa y Seguridad.
La compañía familiar siguió haciéndose cada vez más y más grande y aumentando su grado de especialización hasta convertirse en lo que hoy es EM&E Group: una empresa que diseña, desarrolla y fabrica sistemas complejos de defensa, como son las estaciones de armas de control remoto, sistemas electroópticos y kits de munición guiada.
Su sede principal está ubicada en Alcalá de Henares, localidad madrileña situada a unos kilómetros de aquel primer taller de Coslada. Allí tienen cinco edificios que suman más de 45.000 metros cuadrados, además de 80 hectáreas en el antiguo polvorín de El Viso. Pero también cuentan con un edificio de fabricación y oficinas de 23.000 metros cuadrados en Córdoba y otro de 11.000 metros cuadrados en Binéfar (Huesca), así como presencia en Cádiz, Asturias y Valencia.
Durante estas más de tres décadas, Ángel Escribano ha trabajado en casi todas las áreas operativas de la empresa, completando su formación en diferentes departamentos de la misma. Desde la operación de máquinas CNC, hasta la gestión comercial de la compañía pasando por diferentes labores de planificación de operaciones y de gestión de calidad.
Indra
Durante la pandemia de la Covid-19 su nombre llegó a aparecer en las páginas de los periódicos después de alcanzar un acuerdo con Hersill para fabricar sus respiradores en un momento en el que la escasez de estos dispositivos se había convertido en un problema ya no sólo en España sino también a nivel global.
Pese a todo ello, cuando en mayo de 2023 comunicaron a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMV) habían comprado algo más de un 3% de Indra en una operación valorada en más de 65 millones de euros, Escribano seguía siendo una empresa desconocida para mucha gente.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto Ángel Escribano y Javier Escribano, entre otras personas, durante a un visita a la empresa de respiradores Hersill en abril de 2020. Pool Moncloa
Entonces ya dejaron claro que su intención era seguir ganando peso en el accionariado de Indra y se marcaron como objetivo llegar al 10%. Tardaron casi seis meses en dar un primer paso hacia esa meta. En noviembre de 2023 comunicaron que ya eran titulares del 8% de la compañía, convirtiéndose en su segundo mayor accionista tras el Estado.
Pese a ello, aún tardaron varios meses en solicitar el asiento en el consejo de administración al que tenían derecho por su participación. Decidieron esperar a la convocatoria de la siguiente junta general de accionistas, que se celebró el 27 de junio de 2024. Ese día, Javier Escribano era ratificado como consejero dominical.

Europa Press
El último golpe en la mesa llegó el pasado mes de diciembre. Grupo EM&E anunció que había comprado otro 6,3% de Indra, elevando su participación hasta el 14,3%. Un porcentaje que supone la mitad que el 27,99% de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), pero que está muy por encima del de otros accionistas de referencia como Sapa Placencia (7,94%) o Amber Capital, el fondo de inversión británico fundado por Joseph Oughourlian (7,24%).
De nuevo, los Escribano decidieron esperar para solicitar el segundo consejero que ya les correspondía. Hasta este sábado, cuando la inesperada y precipitada salida de Marc Murtra para convertirse en presidente de Telefónica dejo un hueco en el consejo. Y no uno cualquiera, sino el de presidente.
Con el apoyo del Gobierno, llegó el turno de Ángel Escribano, quien ya formaba parte de los consejos de Sistema de Misiles de España (SMS) y Tess Defence, dos empresas participadas por Grupo EM&E, pero había delegado en su hermano Javier la representación de la compañía familiar en Indra.
Un consejo de administración extraordinario le ha nombrado consejero por cooptación y presidente, manteniendo las mismas facultades ejecutivas (en el ámbito corporativo e institucional) y la misma retribución de las que disfrutaba Murtra. Puesto que le obliga a dejar la primera línea de la empresa familiar que contribuyó a hacer crecer desde cero.
Cuando Ángel Escribano puso en marcha aquel taller con su padre y su hermano en Coslada en 1989 aún no existía el Ibex 35 (el actual índice bursátil de referencia de la Bolsa de Madrid se puso en marcha el 14 de enero de 1992). Este domingo, tras 36 años de trabajo, esfuerzo, aprendizaje, se ha acostado siendo el presidente de una de los 35 mayores empresas cotizadas de España.