
Fotomontaje de Donald Trump, presidente de los EEUU, con un fondo de una refinería de petróleo
Los planes de Trump para producir más petróleo en EEUU: empujará a la baja el precio en los mercados internacionales
Pero dependerá de las sanciones que imponga a tres de los grandes productores internacionales: Rusia, Venezuela e Irán.
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Se avecinan tiempos inciertos para los mercados internacionales de petróleo con la llegada a la presidencia de EEUU de Donald Trump. El líder republicano prometió en campaña electoral que iba a bajar el precio de los combustibles a los norteamericanos. Y para ello, hay que aumentar la producción de petróleo.
En su discurso de toma de posesión del lunes, confirmó las sospechas. Va a utilizar plenamente las grandes reservas de petróleo (al que llama 'liquid gold') y gas, para reconstruir el poder y la riqueza del país. Y para ello, ha comenzado con la emisión de una órden ejecutiva para reanudar la tramitación de solicitudes de exportación para nuevos proyectos de gas natural licuado (GNL).
"Trump tendrá que aumentar la producción de petróleo, si quiere bajar los precios del petróleo en su país, pero también va a impactar en los precios internacionales al haber más excedente", señalan fuentes expertas del sector de oil&gas para EL ESPAÑOL-Invertia. Si piensa en el consumo interno de EEUU.
"Tenemos algo que ningún otro país industrial tendrá jamás: la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país del planeta. Y vamos a utilizarlo", ha dicho Trump. "Haremos bajar los precios, llenaremos nuestras reservas estratégicas hasta el tope y exportaremos energía estadounidense a todo el mundo".
Ahora Donald Trump tendrá que lidiar, en última instancia, con la misma cuestión que la administración de Joe Biden: cómo evitar grandes perturbaciones en el suministro y los precios del mercado petrolero en un momento en que Washington ha impuesto amplias sanciones a tres de los principales productores del mundo: Rusia, Irán y Venezuela.
Estados Unidos ha reducido sus importaciones de petróleo y gas en un 25% en los últimos 20 años. Pero la reposición de la Reserva Estratégica de Petróleo de Estados Unidos por parte del gobierno podría llevar años, según DNB Markets.
Mercado estadounidense
El coste de la vida es lo más importante de la agenda de la nueva administración Trump, según explica Norbert Rücker, director de Economía e Investigación de Próxima Generación del banco suizo Julius Baer.
"La economía dicta el suministro de petróleo y gas de Estados Unidos, no la regulación. La desregulación no encenderá un auge de la perforación, en contra de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de la era Biden goza de un fuerte apoyo republicano, ya que la mayoría de las inversiones en energía limpia se realizan en el Medio Oeste".
Los precios de los combustibles no han sido un problema de inflación, sino de geopolítica. "Los mercados energéticos son el principal barómetro de la geopolítica y los riesgos relacionados con el suministro, sobre todo porque el petróleo domina el comercio mundial y algunos países dependen en gran medida de los ingresos petroleros", continúa el experto.
Las sanciones a Rusia, la paralización del tránsito de gas ruso por Ucrania y la amplia capacidad de producción sobrante de Arabia Saudí ofrecen muchas opciones de negociación. Es probable que las negociaciones para llegar a acuerdos en Europa y Oriente Medio comiencen de inmediato. Este proceso crea incertidumbres temporales, pero el resultado probablemente sea un aumento en la oferta de petróleo en lugar de una disminución, puntualiza.
Efecto en los mercados
El mercado del petróleo había subido a un máximo de seis meses la semana pasada, apoyado por sanciones adicionales a las exportaciones rusas impuestas por la administración Biden y datos económicos más fuertes de lo esperado de China.
Pero tras la decisión de Trump, el Brent, la variante de referencia en Europa, se dejaba un 1,68%, hasta los 78,8 dólares por barril. Era la primera vez que se situaba por debajo de los 80 dólares desde el pasado 13 de enero. El West Texas estadounidense restaba un 2,42%, hasta los 75,52 dólares.
Trump también firmará una orden ejecutiva centrada en Alaska, el estado norteamericano fundamental para la seguridad nacional de Estados Unidos, y podría permitir envíos de gas natural licuado a otras partes de Estados Unidos y a países aliados.
Ahora queda saber qué ocurrirá si, mientras extrae más petróleo de Estados Unidos, aumenta las sanciones sobre los grandes países productores.
"Los bajos precios de la energía son de gran importancia para su agenda de política económica", afirma en una nota el analista de materias primas Carsten Fritsch.
El mercado ya ha anticipado "un endurecimiento del suministro de petróleo como resultado de las sanciones contra Rusia e Irán", afirma Fritsch. "Sin embargo, se espera un nuevo aumento de los precios si se endurecen las sanciones".
Nuevos pasos
Por tanto, deberá decidir qué posición toma respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania. Ha prometido poner fin a la guerra, pero su enfoque podría incluir endurecer las sanciones contra Rusia o relajar las restricciones para facilitar las negociaciones, cada una de las cuales podría tener un impacto adverso en los precios del crudo.
Asimismo, pretende activar un plan para sancionar a Venezuela que tiene como objetivo forzar el fin a más de dos décadas de chavismo y eso apunta directamente a dar por finalizada la licencia a la petrolera Chevron.
"Si se da luz verde al propósito de Trump es posible que afecte a la cohesión del régimen, y si es así, a lo mejor se produce una salida de Nicolás Maduro al exilio, lo que sería muy beneficioso para la entrada de nueva inversión", añaden las mismas fuentes consultadas.
Y queda por saber las nuevas sanciones a Irán. Después de que el acuerdo nuclear de la administración Obama levantara las sanciones, Irán reanudó las exportaciones de petróleo. Sin embargo, Trump pretende restablecer su campaña de "máxima presión" al sector petrolero iraní. Al volver a imponer sanciones, Trump pretende estrangular las exportaciones petroleras de Irán, lo que no sólo debilitaría la economía iraní, sino que también reduciría la influencia de un competidor clave en el mercado petrolero.
Así que, por ahora y hasta conocer la letra pequeña de los planes de Trump, la única certeza es la volatilidad, coinciden en decir todas las casas de análisis.