
El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila (d), y el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu (i), durante la ceremonia de toma de posesión del gobernador del Banco de España. Europa Press
'All-in' de Oliu a Torres en el poker de la opa BBVA-Sabadell
El traslado de la entidad vallesana a Cataluña fuerza al banco vasco a mover ficha.
'All-in' de Josep Oliu a Carlos Torres en la partida de póker que mantienen sobre el tablero de la opa del BBVA sobre el Sabadell.
El presidente de la entidad vallesana lo pone todo en el tapete y trasladará este miércoles la sede social de Alicante a Barcelona. Se pone a la cabeza de las empresas que retornan a Cataluña siete años después del 1-O.
Un movimiento inesperado con el que se politiza (si no lo estaba ya) la operación y que coloca al BBVA en un callejón del que tiene muy difícil salida.
Cuando este miércoles el consejo del Sabadell certifique la 'operación retorno', Josep Oliú refrendará la política de relocalización lanzada por la Generalitat de Cataluña.
Un empeño personal de Salvador Illa desde que llegó a la presidencia. Y este movimiento viene a demostrar que en Cataluña, en este momento, hay estabilidad para los negocios.

Los presidentes de Banco Sabadell, Josep Oliu (d), y BBVA, Carlos Torres (i) Fotomontaje de CG
Una victoria política de la que también se beneficiará el presidente del Gobierno. Pedro Sánchez podrá usar la vuelta del Sabadell como la demostración de que su política en Cataluña surte efecto y la 'paz' vuelve a la sociedad y a la economía.
Oliu, por tanto, liga el éxito político al del Sabadell. Porque con la entrega de esta 'cabeza', se asegura el respaldo de un PSC con ascendencia creciente sobre el PSOE. Es decir, sobre el Gobierno.
Un respaldo vital porque el Ejecutivo tiene todavía muchas cosas que decir sobre la opa del BBVA. Máxime cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) analiza en fase 2 la operación.
En las próximas semanas se conocerá el resultado. Se sabrán entonces los 'remedies' que se imponen a la entidad. Algunos de ellos se han negociado con el banco vasco, o han sido ofertados por él. Otros, en cambio, serán impuestos directamente por la CNMC.
Así que es probable que pasemos a una fase 3 en la que el Ministerio de Economía y el Consejo de Ministros tengan que pronunciarse. Ahí habrá nuevas condiciones y, sin son muy duras, podrían dar al traste con los 850 millones en sinergias a los que aspira el BBVA con la compra del Sabadell.
Ese escenario no es descabellado. Sobre todo en un contexto en el que el Gobierno se ha mostrado ya abiertamente en contra de la operación porque reduce la competencia. Y si las reticencias no llegan en fase 3, llegarán en el momento en el que BBVA presente la propuesta de fusión de ambas entidades.
El Sabadell se gana también el favor de ERC y Junts, socios parlamentarios de los socialistas. Si antes ya estaban en contra, ahora serán militantes de que la entidad vallesana sea defendida.
Más allá de amarrar los apoyos políticos, el Sabadell se gana también el favor popular. Vuelve a casa una entidad 100% catalana, imbricada en la sociedad de Cataluña y con más de 200.000 accionistas. Buena parte de ellos vinculados con la burguesía catalana, que esperaban 'un motivo' para dar el 'no quiero' a la propuesta del BBVA.
Oliu ha dado un golpe encima de la mesa. Un inesperado movimiento que obligará a mover ficha al BBVA de Carlos Torres. Mucho 'Acento' tendrá que poner José Blanco para dar la vuelta a la postura del Gobierno, pero algo más tendrá que hacer el banco.
Sin respaldo político y con el social comprometido, la entidad vasca tendrá que dar un paso al frente. ¿Lo más probable? Dinero contante y sonante que acompañe al canje en acciones del BBVA. Algo que ya le venía reclamando el mercado hace semanas.
Torres ya ha dejado claro que no está dispuesto a hacer la operación a cualquier precio. Incluso, en el mercado se da por descontado que podría conformarse con lograr sacar adelante la opa, hacerse con el Sabadell y posponer la fusión hasta que haya un mejor entorno político.
El giro de Oliu deja al presidente del BBVA entre la espada y la pared. 'All-in'. ¿Qué hará Torres? La partida sigue.