Vodafone se está consolidando como un actor principal en la guerra por el control del contenido audiovisual de las telecos. La semana pasada presentó su alianza con FOX Now, una nueva pieza en el gran puzzle que le ha convertido desde hace muchos meses -y antes de la guerra del fútbol- en la una operadora multiplataforma, incluso antes que sus principales competidores.

Gracias a la estrategia delineada por su CEO Antonio Coimbra y por su obsesión por "tenerlo todo", fueron los primeros en integrar Netflix, tienen un acuerdo de exclusividad con HBO y ya tienen entre sus contenidos a Movistar Series, Movistar Cine, AXN Now y Filmin, probablemente la oferta más completa del mercado en contenidos audiovisuales sin deporte.

Vodafone TV ha logrado unir todas las plataformas del mercado y con vocación de seguir creciendo y mejorar su servicio. Un portfolio que se ha configurado bajo la idea clara de Antonio Coimbra, que ya en febrero de este año advirtió que no compraría el fútbol a cualquier precio. Y así lo hizo. Por el contrario reforzó su oferta audiovisual y mejoró la experiencia de usuario logrando que integraciones como la de Netflix generen una interacción de primer nivel con su plataforma.

Es sin duda el hombre del momento en el mundo de las 'telecos'. Eduardo Navarro fue nombrado la semana pasada Director Global de Comunicación, Marca, Asuntos Públicos y Sostenibilidad. Una mega-dirección que asume las direcciones de Comunicación, Marketing Institucional, Política Global de Marcas, Patrocinio, así como Estrategia Global de Asuntos Públicos y Ética Corporativa y Sostenibilidad, integrando y gestionando todos los activos intangibles de la compañía.

En la práctica se convierte en número tres de la empresa ya que solo reportará al presidente José María Álvarez Pallete y del CEO Ángel Vila y asume después de su buen desempeño como CEO de Telefónica en Brasil, donde posición a la compañía como uno de los principales actores del mercado latinoamericano. Es uno de los directivos de mayor confianza de Pallete y hombre clave en la expansión internacional, que le tocará lidiar ahora con los intangibles y la reputación de la compañía.

Su primera tarea será convencer a los inversores la buena gestión de la compañía y revertir la negativa evolución de la acción en España. Una trayectoria que según los analistas valora a Telefónica por debajo de su potencial real, pero que no termina de convencer a los mercados.