
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, conversa con la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, al inicio de una reunión del Eurogrupo en Luxemburgo. Efe
2025, un curso marcado por los aranceles de Trump, las bajadas de tipos y sin Presupuestos
- La economía española seguirá creciendo por encima de la media de la Unión Europea, pero se desacelerará en 2025.
- Más información: Europa tendrá que combatir los aranceles de Trump con una política más agresiva en la bajada de los tipos de interés.
La economía española inicia 2025 de la misma manera en la que lo hizo en 2024: sin Presupuestos y con importantes incertidumbres exógenas. Principalmente, por llegada de Donald Trump (de nuevo) a la Casa Blanca y la agresiva estrategia de aranceles comerciales que prevé y los interrogantes que circulan sobre la estrategia de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) y de la Fed.
El PIB volverá crecer en 2025 por encima de la media europea, según las previsiones. Va a aprovechar el impulso que deja 2024, año en el que el PIB ha aumentado por encima de las previsiones del Gobierno, superando el 3%, tal y como recogen los análisis del Banco de España y del BBVA Research.
¿Qué ocurrirá el año entrante? Aunque la economía crecerá, su evolución se desacelerará. La horquilla que manejan las casas de análisis va del 2,1% hasta el 2,5%, coincidiendo con las previsiones del Gobierno.
Sin embargo, no habrá presupuestos que sustenten nuevas políticas económicas, como ya ocurrió este 2024. España entra a 2025 con los presupuestos prorrogados. El Gobierno de Pedro Sánchez asegura que todavía hay margen para aprobar nuevas Cuentas, pero la falta de apoyos políticos no apunta al optimismo.
En cualquier caso, la falta de Presupuestos no parece tener gran efecto sobre la economía. Los mecanismos de administración internos y las cuentas expansivas de los últimos años han permitido capear la situación al Ejecutivo sin grandes consecuencias.
Pese a ello, no contar con Presupuestos impide al Gobierno central a la hora de elevar los límites de gasto. Además, a la espera de cerrar un pacto con Junts, la senda fiscal (límites de déficit y deuda pública) sigue sin actualizarse.
De cara a este 2025, el crecimiento se sustentará en el empleo y en el consumo interno, con un buen empujón de la inversión que suplirá el menor impulso del gasto público, según las previsiones del Banco de España.
Por otro lado, los precios continuarán su senda de moderación. La inflación pasará del 2,9% de 2024 al 2,1% de 2025. En este caso la clave serán los precios de los alimentos, que cuyas subidas cada vez se ralentizan más.
En este escenario, la vivienda se coloca como el principal peligro interno para la economía española.
La escasez de casas está conduciendo a que tanto el precio de la adquisición como del alquiler se dispare año tras año. Y ello provoca que las familias no disparen su consumo tanto como en el pasado y piensen más en el ahorro.
¿De cuánto serán estas subida en 2025? Depende. Análisis de CaixaBank, Fotocasa e Idealista apuntan a incrementos que van del 4% al 12%. En cambio, en el caso del alquiler, las subidas no bajarán de los dobles dígitos.
¿Habrá guerra comercial?
La economía española se enfrenta, además, a la incertidumbre comercial que generan los cambios en la Casa Blanca. Por ahora, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido que todos los bienes mexicanos y canadienses se verán afectados por unos aranceles del 25% en represalia por el flujo de droga e inmigración ilegal.
Asimismo, ha contemplado una tasa extra del 10% sobre los productos procedentes de China hasta que el país frene el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos. Con ello, la tasa que grava las importaciones desde el gigante asiático se elevaría al 60%.
El republicano ha mostrado su intención de imponer aranceles del 10%, o incluso el 20%, a todos los productos importados. Es en este apartado en el que podrían entrar los productos europeos.
Pero, al menos hasta ahora, sólo es una amenaza. Trump ha exigido a la Unión Europea compensar su enorme desequilibrio comercial con Estados Unidos mediante compras "a gran escala" de petróleo y gas para evitar la imposición de aranceles.
"Le dije a la Unión Europea que deben compensar su tremendo déficit con los Estados Unidos mediante la compra a gran escala de nuestro petróleo y gas. De lo contrario, ¡¡¡se aplicarán ARANCELES!!!", advertía Trump a través de su perfil en la red Truth Social.
Durante la campaña electoral, en un mitin en Pensilvania celebrado a finales de octubre, el magnate llamó a la Unión Europea (UE) “mini China”. "No compran nuestros coches. No compran nuestros productos agrícolas. Venden millones y millones de coches en Estados Unidos", subrayó.
Efectos de los aranceles
Para el equipo de analistas de Schroders, “el impacto de los aranceles de Trump será limitado”. Al hacer esta afirmación hacen referencia a un análisis de la London School of Economics (LSE), que cifra el efecto de las tasas en una reducción del 0,2% del Producto Interior Bruto (PIB) de la UE.
Por su parte, el bloque europeo “está abogando por una distensión, con la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, sugiriendo que Europa podría mitigar las amenazas arancelarias aumentando las compras de gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos”, apuntan desde la firma.
En la gestora Fidelity sugieren que una aplicación parcial de los aranceles planteados por los republicanos reduciría hasta medio punto porcentual el PIB alemán y de la zona euro.
Suponen que “los tan debatidos aranceles (60% para China y 20% para el resto del mundo) son porcentajes de máximos destinados a las negociaciones que puedan tener lugar si la nueva Administración estadounidense sigue adelante con sus objetivos proteccionistas. Las tasas que surjan pueden ser inferiores”.
Menos bajadas de la Fed...
A la espera de que Trump tome posesión de su cargo y de que empiece a desplegar su política económica, es decir, que apruebe o no los aranceles prometidos, la Reserva Federal (Fed) se ha mostrado más cauta con la senda de bajada de tipos.
Tras recortar las tasas de referencia 100 puntos básicos en 2024, hasta el rango de entre el 4,25% y el 4,5%, el banco central estadounidense ha reducido los descensos previstos hasta 2027.
Exactamente, los miembros de la institución esperan que los tipos de interés finalicen 2025 en el 3,9%. En septiembre, los banqueros centrales anticipaban que las tasas de referencia terminasen el próximo año en el 3,4%.
Por tanto, la nueva hoja de ruta contempla un recorte conjunto de 50 puntos básicos el próximo año o dos bajadas a razón de 25 puntos básicos cada una, el movimiento más habitual llevado a cabo por los bancos centrales.
Los miembros de la Fed prevén que las tasas de referencia se encuentren en el 3,4% al finalizar 2026 (frente al 2,9% estimado en septiembre) y en el 3,1% en 2027 (respecto al 2,9% anterior).
Con estas expectativas, los analistas de Bank of America esperan que la Fed ejecute dos recortes de tipos en 2025, aunque advierten de que “los riesgos se han desplazado claramente en la dirección de menos (ningún) recortes”.
En la gestora abrdn esperan que, tras pausar los descensos en enero, la Fed ejecute tres recortes el próximo ejercicio, aunque como en el caso de Bank of America, alertan de que “los riesgos se inclinan hacia un número aún menor de movimientos”.
Los expertos de AXA IM creen que “el mayor impulso aparente en la economía”, combinado con sus “expectativas sobre las medidas de política que tomará la próxima administración, restringirá el espacio de la Fed para relajar el próximo año”.
De hecho, pronostican que la institución presidida por Jerome Powell recortará solo una vez las tasas de referencia en 2025. Esperan que el descenso llegue en marzo, hasta el 4,25%, pero aceptan que su previsión puede variar en función de la magnitud de la política de la nueva Administración estadounidense.
La situación a la que se enfrentará la Fed en 2025 es totalmente diferente a la que encarará el Banco Central Europeo (BCE). Tras recortar las tasas de referencia en cuatro ocasiones -100 puntos básicos en total, hasta dejar en el 3% la facilidad de depósito- la institución presidida por Christine Lagarde podría acelerar el ritmo de los recortes en los próximos doce meses.
... Y más del BCE
Con menos inflación –el BCE ha reducido su previsión al 2,1% en 2025– y un menor crecimiento –ha moderado dos décimas su estimación de crecimiento para el próximo año, al 1,1%– la autoridad monetaria podría tener que bajar más de lo esperado las tasas de referencia.
En AXA IM reiteran que “los riesgos son a la baja y que, por tanto, el BCE podría decidir ser más agresivo con un recorte de tipos de 50 puntos básicos en algún momento”. Esperan que el precio del dinero en la eurozona se sitúe en el 1,5% “a más tardar a finales de 2025”.
Es el mismo escenario contemplado por los expertos de Fidelity. En la gestora anticipan que el guardián del euro recortará los tipos rápidamente hasta el 2%, seguido de una relajación gradual hasta el 1,5% a finales de 2025.
“Unos aranceles más agresivos amenazan con provocar una relajación adicional y acelerada, aunque el banco central tendrá que estar atento a la posible debilidad de la moneda frente al dólar”, añaden.
En Bank of America comparten también la previsión de que el BCE reducirá los tipos de interés hasta dejar la facilidad de depósito en el 1,5%. Es decir, 150 puntos desde su nivel actual. “La orientación implícita de que las tasas irán, tal vez por debajo de neutral, es clara”, subrayan.