Ayudas de la Unión Europea

La oferta final de la UE refuerza el veto de los nórdicos sobre las reformas de Sánchez

La oferta final sobre el fondo anticrisis que acaba de presentar el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, refuerza el veto de los países nórdicos sobre las reformas de Pedro Sánchez. Holanda o cualquier otro Gobierno de los frugales podrá activar en solitario el denominado 'freno de emergencia', que le permite paralizar el desembolso de las ayudas europeas a España si considera que no ha cumplido los compromisos exigidos. El primer ministro holandés, Mark Rutte, ya ha dicho por activa y pasiva que lo que espera de Sánchez son reformas en el mercado laboral y en las pensiones.

Si un país activa el 'freno de emergencia', los pagos a España se suspenden y la disputa se remitirá directamente al Consejo Europeo, que adopta sus decisiones por unanimidad. Los líderes europeos dispondrán además de "tres meses" para decidir, lo que inevitablemente retrasará las ayudas.

El club de los frugales ampliado: Mark Rutte, Sebastian Kurz, Sanna Marin, Stefan Löfven y Mette Frederikson

Durante los cuatro días que dura ya la cumbre, Sánchez se ha resistido a un mecanismo de supervisión tan complicado, que en la práctica deja en manos de los nórdicos la tutela de la política económica española. El presidente del Gobierno defendía que las condiciones se centraran sólo en la transición digital y verde y no en reformas macroeconómicas. Además, reclamaba un sistema de control "ágil y eficiaz" para evitar retrasos innecesarios en la llegada del dinero. Todo lo contrario de lo que está a punto de aprobarse.

El primer ministro portugués, António Costa, sostiene que este freno de emergencia "ha sido el precio que se ha pagado" para convencer a los nórdicos de que acepten las subvenciones a España e Italia, un avance "histórico".

"El freno de emergencia será un factor de confianza entre todos, que evita algo similar a una troika" pero al mismo tiempo garantiza que no habrá un cheque en blanco para que los países gasten el dinero europeo sin control, asegura el primer ministro portugués.

“La solución final no permite que un país tenga ningún tipo de veto, sino solo que un Estado podrá exigir un debate político en el Consejo Europeo. El Consejo no da órdenes, pero sí mantendrá un debate político que deberá tenerse en cuenta", explica Costa.