La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante una rueda de prensa

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante una rueda de prensa Reuters

Bancos centrales

El BCE recorta por sexta vez los tipos hasta el 2,25% para amortiguar el impacto de los aranceles de Trump

La institución dirigida por Christine Lagarde renuncia a la pausa que había señalado en su reunión de marzo por miedo a que la incertidumbre comercial hunda el crecimiento.

Más información: Bruselas avisa a Trump de que sus aranceles dañan sobre todo a EEUU: le restan hasta un 3,3% del PIB frente al 0,6% en la UE

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El Banco Central Europeo (BCE) vuelve a rebajar el precio del dinero, pero esta vez no lo hace en respuesta a la evolución de la inflación, que se aproxima ya a su objetivo del 2%, sino para amortiguar el impacto de la guerra arancelaria desatada por Donald Trump, que amenaza con hundir el ya anémico crecimiento de la eurozona.

La institución dirigida por Christine Lagarde ha ejecutado este Jueves Santo la sexta reducción consecutiva de los tipos de interés desde junio de 2024 por valor de 0,25 puntos, hasta situar en el 2,25% la tasa aplicable a la facilidad de depósito, que es la que guía ahora la orientación de la política monetaria. De este modo, el BCE acumula ya recortes por valor de 175 puntos básicos respecto al pico del 4% de 2024.

El Consejo de Gobierno ha descartado hacer una pausa en el ciclo de bajadas, tal y como había sugerido en su anterior reunión de marzo. En aquel momento, la inflación ya se daba prácticamente por controlada y las perspectivas de crecimiento de la eurozona habían mejorado, gracias en particular al potente programa de estímulo económico anunciado por el futuro canciller alemán, Friedrich Merz.

Sin embargo, el arsenal de aranceles anunciado por Donald Trump el pasado 2 de abril, el denominado 'Día de la Liberación', ha hecho imposible cualquier pausa. El propio BCE ha calculado que los recargos impuestos por EEUU a los productos europeos recortarán hasta medio punto el crecimiento el primer año. A ello hay que sumar que el euro se ha fortalecido frente al dólar y el resto de divisas y que la energía se abarata, lo que contribuye a las fuerzas desinflacionarias dominantes.

"La economía de la zona del euro ha acumulado cierta resiliencia para hacer frente a las perturbaciones mundiales, pero las perspectivas de crecimiento se han deteriorado debido al aumento de las tensiones comerciales", avisa el comunicado hecho público al término de la reunión del Consejo de Gobierno.

"Una mayor incertidumbre podría reducir la confianza de los hogares y de las empresas, y es probable que la respuesta adversa y volátil de los mercados a las tensiones comerciales dé lugar a un endurecimiento de las condiciones de financiación. Estos factores podrían lastrar adicionalmente las perspectivas económicas de la zona del euro", destaca el BCE.

En cuanto a los precios, la institución dirigida por Christine Lagarde subraya que "el proceso de desinflación continúa avanzando" en todos los frentes, incluyendo la moderación de los servicios y de los salarios. "La mayoría de los indicadores de la inflación subyacente sugieren que la inflación se estabilizará en torno al objetivo del Consejo de Gobierno del 2% a medio plazo de forma sostenida", apunta el BCE.

De cara a los próximos movimientos de tipos, el Consejo de Gobierno señala que "en el contexto actual de excepcional incertidumbre, aplicará un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión". La mayoría de los analistas espera un nuevo recorte de 0,25 puntos en la próxima reunión de junio.

De momento, esta nueva bajada de tipos se dejará sentir en primer lugar en un abaratamiento de hipotecas y créditos. Bruselas espera además que la disminución del precio del dinero sirva para impulsar la actividad económica en la eurozona. En el último trimestre de 2024, el PIB de la eurozona apenas avanzó un 0,2%, con números rojos en los tradicionales motores económicos, Francia (-0,1%) y Alemania (-0,2%).

Con la disminución de este jueves, el tipo de interés de la facilidad de depósito (es decir, lo que cobran las entidades por aparcar su dinero en Fráncfort) se reduce al 2,25%, su nivel más bajo desde diciembre de 2022. La tasa aplicable a las operaciones principales de financiación se queda en el 2,4%, mientras que la facilidad marginal de crédito (lo que pagan los bancos por la financiación a un día) baja al 2,65%.

Después de la abrupta subida de tipos entre julio de 2022 y septiembre de 2023 debida a la crisis de precios, el BCE ha podido dar este nuevo paso en la desescalada gracias a una nueva bajada de la inflación en marzo. El índice de precios de consumo armonizado se redujo una décima el mes pasado hasta situarse en el 2,2%, acercándose al objetivo del 2% definido por el Banco Central Europeo (BCE). Por su parte, la inflación subyacente también disminuyó del 2,6% al 2,4%.

Aunque de momento las turbulencias en los mercados de capital y de deuda se han apaciguado por la tregua parcial de 90 días decretada por Trump en los aranceles, Lagarde ha dejado claro que el BCE está dispuesto a intervenir si es necesario.

"El BCE está vigilando y siempre está dispuesto a utilizar los instrumentos que tiene disponibles, y en el pasado se ha procurado con las herramientas e instrumentos adecuados que eran necesarios, con el fin de procurar la estabilidad de precios y por supuesto la estabilidad financiera, porque una no es posible sin la otra", dijo la presidenta tras la reunión del Eurogrupo del viernes pasado en Varsovia.