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Bancos centrales

Cambio de tercio en la Fed: los analistas comienzan a hablar de recorte de tipos

  • El diferencial entre los bonos a dos y diez años es de solo 16 puntos
  • Un 40% de los analistas ve posible ya un recorte de tipos en EEUU
8 enero, 2019 06:00

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El miedo a una fuerte desaceleración de la economía global que incluso pase por una recesión cotiza al alza. Los viejos fantasmas de la pasada de frenada en EEUU vuelven a tomar cuerpo y los analistas comienzan ya a descontar incluso un vuelco radical en el programa de acción de la Reserva Federal de EEUU (Fed). Lo que Donald Trump no ha podido con sus amenazas podría conseguirlo el mercado con sus bamboleos.

Los datos macroeconómicos que en los últimos meses ponen en duda la velocidad de crucero de la economía estadounidense, la mayor del mundo, han sido la señal de alarma. Tanto que el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha pasado progresivamente de su decidido discurso de retirada de estímulos a un tono más conciliador y “sensible” a las circunstancias del mercado. Un paso de halcón (hawkish) a paloma (dovishque los analistas no han pasado para nada por alto.

"Escuchamos seriamente los mensajes del mercado, estamos preparados para cambiar la posición en política monetaria de forma significativa", un mensaje impensable hace unos meses

El giro dialéctico con los parches de prudencia que ahora pueblan las comparecencias públicas de Powell ha sido tal que, si a finales de noviembre un 73% del mercado esperaba una nueva subida de los tipos de interés en 2019, en diciembre él mismo rebajó de tres a dos los posibles incrementos. Actualmente, nadie se decanta por esta posibilidad. Es más, un 40% de los expertos consultados por Reuters ya prevén una bajada de tipos en los próximos 12 meses.

De momento, los que se decantan por el paso atrás de la Fed son aún una minoría. Sin embargo, cada vez que Powell abre la boca parecen contar con nuevos argumentos para su teoría. El mismo hombre que en su primer año de mandato ha subido el precio oficial del dólar en cuatro ocasiones, algo que no ocurría en un solo ejercicio desde 2006, es el que este mismo viernes anunciaba estar “preparado para cambiar la posición en política monetaria y hacerlo de forma de significativa si fuese necesario”.

Todo lo que Powell ha desoído al presidente Donald Trump que lo colocó en el puesto, parece estar listo para atender a los inversores y su percepción de riesgos bajistas al alza. “Escuchamos seriamente los mensajes del mercado”, afirmó el gobernador del banco central estadounidense la semana pasada. Ya tenía sobre la mesa y bien estudiados los datos anuales de un Wall Street que ha cerrado su peor año desde 2008 para sus principales índices de referencia.

LA CURVA INVERTIDA Y LOS 'PROFIT WARNINGS'

Los analistas de Link Securities apuntan que a pesar de este tono más suave se ha mantiene el aplanamiento de la curva de tipos en los bonos estadounidenses. Así, apuntan que el diferencial entre la rentabilidad del bono a dos años y a diez años se ha reducido ya a solo 16 puntos básicos, “lo que incrementa el riesgo de inversión de la misma”. Y eso a pesar de que al cierre de la semana pasada se produjo la mayor subida desde noviembre de 2016 en la rentabilidad del bono estadounidense a una década: 10,4 puntos básicos hasta el 2,661%, según datos recopilados por MarketWatch.

El impacto del recorte de previsiones de Apple ha sido solo una muestra de lo que podría estar por venir en un mercado en el que cada vez más compañías recortan sus estimaciones de negocio

El riesgo de esta inversión está en el mayor desembolso que las arcas federales deben afrontar a corto plazo, en medio de un contexto de lucha presupuestaria a cuenta de la dotación de fondos para la construcción del muro fronterizo con México que supuso la principal promesa electoral de Trump. En sí misma, esta situación supone una anomalía, ya que lo habitual es que a largo plazo se den tipos más elevados, dado que se asume el riesgo de estar más expuesto a eventos más difíciles de prever por la mayor duración temporal de estos papeles.

En este contexto, los analistas de Renta 4 apuntan que sin olvidar la “evidente ralentización del ciclo”, la vigilancia debe ponerse sobre “su impacto en las guías de ventas y beneficios empresariales”. Aquí radica la fuerza que desarrolló el ‘profit warning’ de Apple al término de la semana pasada y que es solo la punta de lanza de un creciente número de compañías que vienen ajustando a la baja sus propias previsiones de negocio tanto para las cifras de cierre del ejercicio 2018 como para los primeros trimestres de este segundo año de Powell al frente de la Fed.