Un desfile de moda flamenca en una edición anterior de Simof.

Un desfile de moda flamenca en una edición anterior de Simof. Europa Press

Economía

La moda flamenca se organiza para poner por fin cifras a su actividad y espantar el fantasma de la economía sumergida

Los responsables de la gran cita de moda flamenca, Simof, preparan un congreso profesional que tiene como misión cuantificar su peso.

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El sector de la moda flamenca se dispone a acabar con su gran tabú: la ignoracia con respecto a sus propias cifras. Pese a llevar varias décadas de evolución y auge, en los que esta actividad ha dado pasos para salir de la economía sumergida, aún se desconoce, por ejemplo, cuánto aporta a la economía, cuántas empresas se dedican a esta tarea y cuál es su peso dentro de la moda española.

Es una situación que quienes se dedican profesionalmente a la tarea no quieren mantener. Esta primavera darán, de hecho, el que esperan sea el paso definitivo para empezar a hacer esa radiografía que les permita presentarse sin ambages como industria y erradicar el fantasma de los pagos en negro: celebrarán su I Congreso Profesional de Moda Flamenca en el que reclamarán ante instituciones que se aborde por primera vez su universo económico.

"Se volverá a solicitar, porque ése es el objetivo del congreso, un estudio para ver en qué situación se encuentra el sector y qué dificultades y carencias enfrenta", apunta a EL ESPAÑOL-Invertia Raquel Revuelta, impulsora de esta iniciativa que organizará la que es cita referente de la moda flamenca, y que también lidera, el Simof.

El Simof (Salón Internacional de la Moda Flamenca) es el equivalente a la semana de la moda de Nueva York o Milán para los volantes y lunares. Despliega a principios de año en Sevilla las principales tendencias de moda flamenca, el más versátil de los trajes regionales de España por ser, justamente, el único que tiene moda, recuerda Revuelta.

El próximo jueves arranca la 30º edición del Simof, en la que podrán verse 1.625 diseños en 49 desfiles abarrotados de público: el aforo es de 1.000 personas. Después, llegará el inédito Congreso Profesional, al que desde el sector se ha buscado dar la máxima entidad posible para poder, con ayuda de las Administraciones, cuantificarse por primera vez. 

Economía sumergida

¿Por qué, si desde hace 30 años hay una pasarela que ya tiene repercusión suficiente como para reunir a 60.000 personas el año pasado y dejar un impacto económico estimado de 19 millones de euros, no se ha cuantificado aún lo que supone la moda flamenca?

"No puedo dar ninguna explicación de por qué no se ha hecho aún, el sector lo solicita", sostiene Revuelta. "La falta de datos económicos es una cuestión que cada año pongo encima de la mesa. Todo el mundo entiende que es una herramienta fundamental, pero no se termina de asumir por parte de ninguna institución en concreto", apunta.

Desfile de Pilar Vera en Simof.

Desfile de Pilar Vera en Simof. Simof.

Al congreso de primavera se han invitado responsabilidades de los ámbitos de Comercio e Industria de la Junta de Andalucía. Diferentes voces consultadas por este periódico remarcan el alto coste que exige emprender un análisis de este tipo en circunstancias normales. En el caso de la moda flamenca hay que atender además a dos asuntos que añaden dificultad.

El primero es la atomización del sector, con la mayoría de empresas conocidas siendo pequeñas. La segunda cuestión bebe directamente de sus orígenes: tradicionalmente, muchos vestidos han salido de costureras que en sus propias casas los confeccionaban, sin que ésta fuera una actividad declarada. Nadie puede asegurar en qué medida esto sigue siendo así.

"Antes es verdad que cada cada uno estaba por un lado. Había mucha modista, mucha gente trabajando en sus casas. Simof fue la primera plataforma seria de desfiles, ahí empezó la revolución, que fue ir profesionalizando todo y llevar a, por ejemplo, darse de alta en la Seguridad Social. Sigue habiendo economía sumergida, pero esto ha abierto el campo a que la gente se oficialice, en todos los sentidos", apunta a este periódico la diseñadora de moda flamenca Pilar Vera.

La pandemia

Vera lleva sus diseños a Simof y es, además, presidenta de la Asociación de Diseñadores de Moda y Artesanía Flamenca de Andalucía (Mof&Art), que integra a 16 empresas, pequeñas en la práctica totalidad: ni siquiera todas tienen taller y tienda a la vez.

Desfile en Simof.

Desfile en Simof. Europa Press

Los tímidos intentos que ha habido por poner una cifra a lo que genera la moda flamenca solo cogieron impulso cuando la pandemia obligó a suspender, entre muchas cosas, ferias y romerías andaluzas. 

El movimiento 'LunarOff', que realizó entonces una llamativa protesta al hacer desfilar a flamencas con vestidos negros "de luto" por Sevilla, aseguró entonces que su actividad movía 600 millones de euros al año, entre el traje, los complementos, y hasta maquilladores y fotografía.

Es un totum revolutum que nadie ha igualado hasta ahora. Los cálculos que aparentemente tienen más trabajo de estudio detrás datan de 2011: la Universidad de Cádiz elaboró entonces un informe del impacto del flamenco en general y concluyó que la moda tenía un volumen de negocio de 25 millones de euros.

En todo caso, el gesto de 'LunarOff' reveló las costuras del negocio: al pedir ayudas las empresas sin actividad, como por ejemplo un IVA cultural reducido, resurgió el debate sobre cuántos de quienes confeccionan declaran la actividad y, por tanto, optar a ellas.

Con respecto al número de empresas, también estimaciones. Se cree que solo en Sevilla podría haber 400 dentro del universo flamenco. Entran aquí no solo vestidos, también flores y complementos como pendientes y zapatos.

A tenor de la neblina de información, resulta imposible decir si todos se recuperaron del golpe que supuso la pandemia. "Me atrevería a decir que se ha conseguido una cierta estabilidad", comenta Revuelta.

Entre 300 y varios miles de euros

Así las cosas, lo único que permanece claro, dentro y fuera de Andalucía, son los precios de quienes deseen vestirse de flamenca, que pueden ir desde los 300 euros por vestido en el caso de marcas con catálogo hasta el umbral de los 1.000 euros si es de diseñador, como es el caso de Vera, que remarca que esa cifra se puede superar ampliamente.

Aun así, la cada vez mayor afluencia de visitantes de fuera de Andalucía a las ferias da buenas perspectivas al negocio. "Considero que es un momento muy dulce. Hay un cliente potencial fuera de las fronteras andaluzas que es una realidad", sostiene Revuelta.

Desfile de Luis Fernández en Simof.

Desfile de Luis Fernández en Simof. Simof.

Al margen del traje regional, está también la relación que guarda esta estética con la moda urbana, que absorbe algunos elementos. El resultado es la moda de inspiración flamenca, que los diseñadores del sector ven como otra oportunidad de negocio para alzar el vuelo. Pero lo que no se mide, apuntan, no puede crecer.