
Una empleada de una empresa tecnológica.
Europa busca una mayor paridad en la directiva de sus empresas, pero el sector digital no se lo pone fácil
Casi ninguna de las grandes firmas tecnológicas cuenta con una mujer como CEO y su presencia sigue siendo menor en los consejos de administración.
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Desde 2010, Europa ha trabajado de forma incansable para reducir la brecha de género dentro de los consejos de administración de las grandes empresas cotizadas en su territorio y, aunque el porcentaje de diferencia se ha ido acortando progresivamente, actualmente se sitúa en un 34% de mujeres frente al resto de hombres, lo que evidencia que existe aún gran margen de mejora para llegar a la paridad.
A esta situación se suma la advertencia vertida por fuentes comunitarias, que señalan que hay países donde la reducción de la brecha se está estancando, especialmente en aquellos que no están aplicando medidas concretas para paliarlas o que las están aplicando, pero de forma laxa o no efectiva.
Este cóctel ha sido el aliciente para que Europa pusiese sobre la mesa la Gender Balance on Corporate Boards Directive, o lo que es lo mismo, una directiva que persigue una representación más equilibrada entre mujeres y hombres en los consejos de administración de las firmas que operan en la UE.
A pesar de que esta norma ha saltado a la palestra informativa recientemente, ya que el 28 de diciembre de 2024 fue la fecha límite para que los estados miembros hicieran efectiva su transposición, lo cierto es que dicha ley viene de lejos, concretamente, de 2012, cuando fue propuesta por la Comisión. Desde entonces, durante más de una década, se han sucedido diversos debates entre el Parlamento y el Consejo hasta que ambos llegaron a un acuerdo en 2022.
En concreto, la ley establece que las grandes empresas cotizadas en la UE deben contar con, al menos, un 40% del género infrarrepresentado entre sus directivos no ejecutivos y del 33% entre el total de directivos. Para ello, deben incluir medidas específicas que favorezcan un proceso de selección transparente y neutral, con predominancia hacia el candidato del género menos representado en caso de igualdad de cualificación. También, deben emitir informes sobre la composición de sus consejos y, a raíz de ellos, establecer un plan de acción para conseguir que sea equilibrado.
La norma europea incluye, asimismo, la posibilidad de emitir sanciones para las firmas que incumplan las obligaciones de transparencia en la selección y presentación de estos análisis internos. Estas multas serán definidas por los estados miembros y pueden llegar incluso a la anulación de nombramientos, en caso necesario.
Deberes en el ámbito digital
Lo cierto es que la brecha de género en los consejos de administración de las grandes compañías cotizadas en Europa varía notablemente en función del sector en el que se encuentren, siendo especialmente reseñable en el caso del ámbito digital. Esta industria se presenta como un reto y una oportunidad para lograr el equilibrio perseguido, ya que no solo peca de diferencia entre mujeres y hombres en la parte directiva, sino que lo hace en toda la estructura laboral.
La Unión Europa lleva años advirtiendo que, para enfrentar la transición digital que demanda la región, son necesarios más profesionales en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y, de hecho, incluyó entre sus objetivos de cara a 2030 contar para entonces con, al menos, 20 millones de especialistas. Sin embargo, para lograr este reto, no solo se debe promover la formación, sino que esta debe tener perspectiva de género, dado que la única forma de lograrlo es incluir a las mujeres en la ecuación.
Y es que, a pesar de que estas representan el 51% de la población en la UE, solo una de cada tres han cursado estudios STEM, lo que hace que solo una de cada cinco especialistas en TIC sean mujeres, de acuerdo con los últimos datos publicados por Eurostat. Esta distribución, a pesar de haber mejorado ligeramente de forma progresiva desde 2013, aún exige un alto grado de mejora y compromiso hasta lograr una paridad real.
La poca presencia femenina en el ámbito digital se refleja, por tanto, en el espacio directivo, donde solo hay que echar un vistazo a las principales firmas tecnológicas europeas para descubrir que prácticamente ninguna cuenta con una mujer al frente, por ejemplo, ASML (cuyo CEO es desde abril de 2024 Christophe Fouquet), SAP (a la que dirige Christian Klein), Dassault Systèmes (que lidera Pascal Daloz desde enero de 2024), la española Amadeus IT (manejada por Luis Maroto) o la sueca Spotify (con Daniel Ek). Salva la excepción Julie Sweet, CEO de Accenture.
La situación en cuanto a la paridad mejora notablemente a la hora de analizar la composición de los equipos directivos de algunas de estas firmas. Así, Amadeus cuenta con cinco consejeras entre los 11 miembros de su consejo de administración; Spotify tiene tres de diez miembros; mientras, SAP incluye cinco mujeres frente a 13 hombres y ASML a cuatro mujeres y cinco hombres, ambas en su consejo de supervisión. De las mencionadas, Dassault Systèmes es la única en la que la presencia femenina supera a la masculina, con siete mujeres frente a cinco hombres en su consejo de administración.
Por tanto, los datos recogidos avanzan que el terreno digital será uno de los ámbitos donde la puesta en marcha de la Gender Balance on Corporate Boards Directive parece que encontrará mayor espacio de trabajo. Al mismo tiempo, la información recopilada revela la imperiosa necesidad de su aplicación, sumada a otras iniciativas ya puestas en marcha para intentar garantizar una paridad de género real en el terreno tecnológico.
Empieza así una cuenta atrás que tiene como fecha tope el 30 de junio de 2026, cuando las firmas tecnológicas deberán mostrar el cumplimiento de los objetivos dispuestos en la ley.
¿Y España, qué?
El informe sobre la paridad en el ámbito directivo elaborado por Europa también incorpora división según el país. En el caso español, la región presenta una mejor media de presencia de mujeres en ámbitos directivos en las grandes compañías que la de la UE, con un 41% frente a un 59% de hombres (en comparación con el 34% y 66% comunitario).
Aún así, en el sector digital se repiten los mismos problemas que en la UE. Según el informe Brecha digital de género publicado por el Ontsi en 2024, solo un 16,7% de la población ocupada con formación STEM son mujeres. Además, a pesar de que la mayoría de egresados universitarios son mujeres, dentro de las personas que finalizan titulaciones TIC tan solo representan el 12,8%.