Jaume Clotet con un operario, en el nuevo molino de Casa Tarradellas en Gurb (Barcelona).

Jaume Clotet con un operario, en el nuevo molino de Casa Tarradellas en Gurb (Barcelona).

Empresas POR DENTRO

Automatizado y con visión artificial: así es el molino de trigo de última generación que estrena Casa Tarradellas

La nueva instalación permite optimizar los procesos de producción, el autoabastecimiento y un preciso control sobre la calidad de la harina.

Más información: Las siete magníficas del 'foodtech', estas son las tendencias de la hoja de ruta hacia un sector más maduro

Gurb (Barcelona)
Publicada

En Casa Tarradellas, describir el blanco de la harina es laborioso, comparable con el mito de que los esquimales tienen multitud de palabras para referirse a este color. El tamizado de este cereal se convierte en auténtica precisión en el nuevo molino inaugurado por la firma catalana este año.

La nueva instalación de última generación, con una superficie de 1.800 metros cuadrados, es capaz de optimizar los procesos de producción y sostenibilidad, alcanzando las 12,5 toneladas de trigo molido por hora. Esta recién estrenada infraestructura se suma a la primera, inaugurada en 2010, y convierte a Casa Tarradellas en el único elaborador de pizza en Europa con molino propio.

Ubicada en Gurb, en la comarca catalana de Osona, la firma ha invertido 25 millones de euros en la construcción de este segundo molino, que amplía su capacidad molturar hasta las 30 toneladas de trigo por hora, el cereal que utiliza para la elaboración de pizzas y masas frescas. Además, con la instalación de placas solares, la compañía consigue un ahorro energético de hasta el 10% en el proceso de moltura y de hasta el 15% en la fase de tamizado.

Trazabilidad completa

Con la expansión del segundo molino, Casa Tarradellas también integra un nuevo centro de investigación dedicado al estudio y selección de las harinas, asegurándose así que cada ingrediente cumple con los más altos estándares de excelencia, respaldados por certificaciones internacionales. “Nuestro proceso de producción permite una trazabilidad completa, que va desde el cultivo del trigo, donde empiezan las pizzas de nuestra firma, hasta la elaboración del producto final”, explica Miquelina Saborit, directora de Comunicación y portavoz de la compañía.

Casa Tarradellas inauguró en 2010 su primer molino, que en breve incorporará la tecnología del recientemente inaugurado, y además dispone de un almacén de trigo de 3.000 m2 con capacidad para 30.000 toneladas, cifra que permite gestionar eficientemente las materias primas para la elaboración de los productos basados en este cereal.

El interior del nuevo molino de Casa Tarradellas en Gurb (Barcelona).

El interior del nuevo molino de Casa Tarradellas en Gurb (Barcelona).

“Respetamos el entorno y el origen” del trigo, comenta Saborit, que especifica que la empresa tiene acuerdos con agricultores de trigo panificable de España y Francia, principalmente, para supervisar todo el proceso del cereal, desde la plantación de semillas certificadas hasta el grado de humedad ideal y el momento de la recolección.

El nuevo molino opera cinco días por semana con sistemas de control de última generación que permiten su automatización completa. “Tres personas, una por turno, se encargan de controlar todos los procesos de molido, a las que hay que sumar dos más ubicadas en el almacén”, explica Joan Clotet, gerente de la división Panificadora Alimentaria de la compañía y maestro harinero con más de 36 años de experiencia en la elaboración de harinas. Además, la infraestructura dispone de los últimos modelos de báscula y visión artificial para la selección del trigo, instrumentos que permiten maximizar los estándares de calidad y seguridad.

El camino del trigo

El cereal transita por cinco procesos antes de salir del molino. Se limpia y se acondiciona para llevarlo al 17% de humedad. Se deja en reposo unas horas antes de desgranarlo, molerlo y tamizarlo. “En los contenedores de tamizado, se realizan un total de 10 pasadas para conseguir un grano con 355 micras como máximo, y separar la almendra harinosa del salvado, que se encauzará hacia la alimentación animal”, explica Clotet. Tres cisternas almacenan las harinas finales, correspondientes a los diferentes tipos de recetas que elaboraran los productos, protegidas por códigos que solo conocen dos personas de la empresa.

El interior del nuevo molino de Casa Tarradellas en Gurb (Barcelona).

El interior del nuevo molino de Casa Tarradellas en Gurb (Barcelona).

El tamizado del trigo se realiza en contenedores en continuo movimiento, dotados de la solución Sortex H Spectra Vision, clasificadora óptica para trigo que utiliza avanzados algoritmos de clasificación multicapa que garantizan una menor pérdida de producto bueno en el flujo de rechazo. Allí se separan los diferentes componentes del grano por medio de aire, para después trasladarlos por diferentes tubos, aprovechando la gravedad, hasta el área de almacenaje, que tiene una capacidad de 8.000 toneladas. Ya totalmente limpio, el trigo está preparado la fase de molienda, destinada a la elaboración de la harina para las pizzas. 

La construcción del nuevo molino de Casa Tarradellas, segundo en Europa dotado de estas nuevas tecnologías, la ha llevado a cabo Bühler Holding AG, el grupo suizo con más de 150 años de historia en la fabricación de este tipo de equipos para plantas de procesado de alimentos. Ellos también fueron los encargados de erigir el primer molino de la compañía. “Bühler ha personalizado todos los procesos de la instalación para adaptarlos a nuestros requisitos de calidad”, comenta Clotet, que apunta que entre la preparación del proyecto de construcción de la instalación y su puesta en marcha han transcurrido poco más de dos años.

Apuesta medioambiental

La sostenibilidad también es un vector prioritario para la compañía. En este sentido, en el exterior del nuevo molino se han instalado 2.500 placas solares que aportan el 25% de la energía que requiere la instalación, que funcionan con un sistema de transmisión directa que permite que sea operado con facilidad. La empresa también puso en marcha en 2012 una planta de reciclaje que recupera y reutiliza los recortes de material PET que se producen en las líneas de envasado.

Casa Tarradellas utilizó el año pasado alrededor de 100.000 toneladas de trigo para la elaboración de sus productos, la mitad de ellos pizzas frescas. La empresa, dirigida por la segunda generación de la familia, nació en 1976 cuando el matrimonio formado por Josep Terradellas y Anna Falgueras pusieron en marcha en Gurb un pequeño obrador, un restaurante y una tienda donde se comercializaban embutidos elaborados con las recetas tradicionales de la familia. En la actualidad, la compañía cuenta con 3.000 trabajadores, 18 centros situados en un radio de 20 km y otros 18 laboratorios que controlan el trabajo de cada instalación, dotados con un equipo de 60 personas.

El exterior del nuevo molino de Casa Tarradellas en Gurb (Barcelona).

El exterior del nuevo molino de Casa Tarradellas en Gurb (Barcelona).