
El centro de control de la F1 desde el que se emite la señal de televisión y la telemetría para todo el planeta.
La infraestructura que sostiene la Fórmula 1: así opera el 'paddock' digital del mayor espectáculo del motor
De Barcelona a Canadá, una red invisible de dispositivos y sistemas garantiza la continuidad técnica de cada Gran Premio en tiempo real y en todo el mundo.
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Las estrellas del Gran Circo están en Canadá, donde McLaren buscará mantener su extraordinaria racha en 2025 ante la ambición de los Verstappen, Ferrari y Mercedes de turno. La Fórmula 1 está más emocionante que nunca, y anticipa lo que va a ser una auténtica locura el próximo curso con la llegada de nuevas escuderías (Cadillac y Audi) y reglamento técnico revisado que podría poner patas arriba el actual status quo de la competición.
La emoción de las carreras se basa, en gran parte, en los riesgos que asumen los pilotos al tomar cada curva, en ir un centímetro más cerca del muro que tus rivales. Pero cuando uno se aleja del paddock y se introduce en las entrañas de la F1, el riesgo es una odiosa pesadilla, casi una palabra maldita: una red de dispositivos, sistemas y personas permite que 24 carreras al año se disputen y retransmitan sin margen de fallo, en todo el planeta, con máxima exigencia técnica.
Durante el pasado Gran Premio de España, en Montmeló, este escribano pudo visitar junto a otros compañeros el centro técnico itinerante que permite que todo eso funcione. Allí no se escuchan motores ni gritos del público, solo el leve pero constante zumbido de la computación de alto rendimiento.
Invitado por Lenovo, socio tecnológico global del campeonato desde 2022, tuve acceso al Event Technical Centre (ETC), una instalación portátil que viaja por todo el mundo acompañando al circo de la Fórmula 1. Allí se gestionan todas las operaciones críticas de cada fin de semana: cronometraje, retransmisión, análisis de rendimiento, contenidos digitales... y todo, en tiempo real. El ETC ocupa una superficie de 25x15 metros y alberga más de 750 dispositivos, operando más de 40 sistemas de software a medida para procesar entre 350.000 y 400.000 eventos de cronometraje por carrera.
El volumen de información que maneja la F1 es, simplemente, descomunal. Se transfieren alrededor de 500 terabytes de datos cada fin de semana, que viajan desde el circuito hasta el Media & Technology Centre (M&TC) de la F1 en Biggin Hill, Reino Unido. Allí, 270 máquinas virtuales, 640 núcleos de CPU y 105 terabytes de almacenamiento flash se encargan de procesar toda esa información, desde la señal de vídeo en directo hasta la telemetría de los coches, pasando por la edición de contenido para redes sociales.
Todo esto ocurre con una infraestructura tecnológica liderada por Lenovo, que proporciona portátiles ThinkPad, estaciones de trabajo, servidores, monitores, soluciones de virtualización y smartphones Motorola, no solo para los ingenieros de pista, sino también para los equipos de contenidos, redes sociales y operaciones.
Más fiable y flexible que los alerones de McLaren
Lo fascinante de este despliegue es su fiabilidad. Todos los dispositivos están diseñados para funcionar 24/7 en condiciones extremas de polvo, vibración, calor y presión logística. No hay margen de error. Todo debe ser inmediato. Y es que se trata de velocidad, pero también de precisión, sincronización y continuidad.

Así se controlan las emisiones de la F1, desde los circuitos y con conexión a una sede en Reino Unido.
Y todo eso alimenta una de las producciones audiovisuales más complejas del mundo del deporte. Hablamos de hasta 93 cámaras on board. A esto se suman 28 cámaras UHD en pista, helicams, cámaras sin operador, unidades en boxes y más de 150 micrófonos estratégicamente distribuidos. En conjunto, la F1 produce más de 500 horas de televisión en directo y otras 200 horas de contenido postproducido por temporada.
Buena parte de esa señal se emite en tiempo real a más de 180 países, mientras otra parte se destina a análisis internos de los equipos y la FIA. Una única fuente de datos alimenta tres propósitos distintos: espectáculo, estrategia y regulación.
Dicha mención a la fuente única de datos es metafórica, porque en la realidad la F1 trata sus datos como lo haría cualquier infraestructura crítica. La competición no puede permitirse fallos, como un ciberataque que interrumpa una señal o robe datos de telemetría.
En ese sentido, Lenovo y la F1 combinan herramientas propias, expertos internos y agencias externas para proteger los datos en todo momento. Todo está replicado en varias ubicaciones, de forma segura, para evitar cualquier problema. Incluso el ETC puede tomar el control de las retransmisiones desde el circuito de turno en caso de que las instalaciones británicas se vean comprometidas.
De la F1 a las redes sociales
Y luego están los aficionados. Todo este ecosistema digital también está orientado a mejorar su experiencia. Los dispositivos Motorola, por ejemplo, son usados por los equipos de redes sociales para generar contenido ágil en tiempo real. En 2024, se publicaron más de 8.000 vídeos, con un total de 12.000 millones de visualizaciones. Cada imagen que llega a TikTok, Instagram o X tiene detrás una infraestructura muy real.