Ed Bastian CEO de Delta, en la Esfera de Las Vegas.

Ed Bastian CEO de Delta, en la Esfera de Las Vegas.

Gran Empresa

La aerolínea Delta cumple 100 años prometiendo taxis voladores, IA y alas como las X-Wing de Star Wars

El CEO Ed Bastian presenta en el futurista escenario de la Esfera de Las Vegas su visión de innovación para la aviación, en un evento integrado en el CES 2025.

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Las Vegas (EEUU)
Publicada

En 1982, la estadounidense Delta Airlines tenía su economía hecha unos zorros, en medio de la crisis generalizada de aquel momento. Entonces, sus propios empleados hicieron "un gran esfuerzo para comprar un increíble regalo para nuestra aerolínea: nuestro primer Boeing 767, que fue bautizado The Spirit of Delta", recuerda el CEO de la compañía, Ed Bastian.

Ahora Delta cumple 100 años, hablando de aerotaxis, asistentes de viaje con inteligencia artificial, alas con diseños propios de la ciencia-ficción, sostenibilidad y visiones futuristas de la movilidad. 

"Sólo podemos imaginar las emociones que sentirá la gente con lo que podemos prometer. Un cambio en el mundo que surca los cielos a una alta velocidad creadora de oportunidades imposibles en los días del ferrocarril y los barcos. Comunidades unidas como nunca antes en la historia de la humanidad. Nuevas maravillas como la IA, la revolución digital y la sostenibilidad nos dan herramientas increíbles para transformar la experiencia del viaje. Pero, en medio de la maravilla de las nuevas tecnologías, siempre entendemos que el objetivo de la innovación es elevar a las personas… Nuestro trabajo no es transportar personas. Es unirlas", afirma Bastian.

100 años de existencia es un hito muy poco frecuente para una empresa de base tecnológica (la aviación lo es al límite). Y más considerando que el primer vuelo realmente controlado de la humanidad se produjo el 17 de diciembre de 1903 (por los hermanos Wright en Kitty Hawk), no se hizo formalmente público hasta tres años después y el primer vuelo comercial ocurrió el 1 de enero de 1914, en Florida. Hace 111 años.

Delta, no es en rigor la compañía aérea más antigua del mundo, aunque presume de serlo en actividad continuada en Estados Unidos. Los orígenes de las grandes aerolíneas mundiales tienden a perderse un poco en la bruma del amanecer. La, en general, fiable base de datos Crunchbase, data su fundación en 1928.

El registro de la propia corporación retrotrae su nacimiento a la creación de Huff Daland Duster’s, una empresa de fumigación fundada en Macon, Georgia. Luego se trasladó a Monroe, Luisiana, y cambió su nombre en 1928 en honor al Delta del Mississippi. Ahora su sede vuelve a estar en Georgia, en la ciudad de Atlanta.  

Pero todos esos detalles no empañan su deseo de presumir de sus "primeros cien años" con una celebración muy especial en el reciente CES de Las Vegas, que es como una gigantesca matrioska de eventos dentro de eventos.

Una celebración por todo lo alto (qué menos), en la ultramoderna y futurista Esfera de Las Vegas, que seguramente no hubiera sido posible sin el esfuerzo de aquellos 18.000 empleados que dedicaron un 2,5% de sus salarios anuales a reunir los 30 millones de dólares para comprar el avión que necesitaba su empresa.

Hoy, Bastian confiesa una relación especial con el conglomerado europeo Airbus, cuya jefa de sostenibilidad y comunicación, Julie Kitcher, subió al escenario de la Esfera identificada como "renombrada futurista".  Ambas compañías colaboran en el Delta Airbus Innovation Lab, que busca innovación a través de la red de laboratorios de la multinacional europea, incluyendo el laboratorio UpNext, en el que Delta será un socio clave, según el CEO de la aerolínea.

Ed Bastian durante su presentación en la Esfera.

Ed Bastian durante su presentación en la Esfera.

Esos laboratorios asumen la misión de desarrollar tecnologías de próxima generación para la aviación. Trabajan en proyectos relacionados con el rendimiento de las alas, la eficiencia en el consumo de combustible y superconductividad, orientada a la utilización de hidrógeno para impulsar los aviones.

"Piensen en un X-Wing en vuelo y en la forma en que esas alas cambian de forma", dice Bastian, en referencia a los cazas espaciales con alas de geometría variable de la resistencia en las películas de la Guerra de las Galaxias.

"Bueno, en realidad estamos trabajando en alas más largas, más delgadas y más ligeras, con partes móviles que cambian de forma en vuelo para mejorar la aerodinámica, reducir el consumo de combustible, los costes y las emisiones", prosigue.

"Es lo que estamos haciendo: para aquellos de ustedes que crecieron con Star Wars, como yo, es decir que la ficción se está convirtiendo en una realidad, cuando vemos que esas alas se mueven".

Combustibles renovables

La colaboración con Airbus se refiere también a combustibles producidos a partir de fuentes renovables, "como aceite de cocina usado", incide Kitcher, para quien el gran reto "es hacer que esos nuevos combustibles sean más asequibles y haya mayor producción".  También habla de biotecnología para obtener nuevos materiales más ligeros o capaces de autorrepararse.

"Nuestros amigos en Airbus están en el gran juego de imaginar cómo la magia del viaje cambiará nuestro futuro a lo largo de las décadas", afirma Bastian, tras haber mostrado un elaborado vídeo sobre esa idea: una mujer joven, en evidente buena posición económica, recibe un aviso del asistente IA de que es hora de ir al aeropuerto para su inminente viaje. La IA pregunta si ha de pedir un aerotaxi, ya que con transporte por superficie no va a poder llegar a tiempo. La joven lo confirma mientras sube a la terraza de su edificio para abordarlo. Se supone que eso ocurre en Manhattan y la IA estima que llegará al JFK en menos de 10 minutos.

En la vida real, ahora mismo, Delta ha formalizado un acuerdo estratégico con Joby Aviation, una compañía especializada en el diseño de aeronaves eléctricas de despegue vertical, para ofrecer (en un futuro inmediato, se supone) un servicio de transporte de casa al aeropuerto y viceversa. Delta ha invertido en ello 60 millones de dólares, con opción de aumentarlos hasta 200, en la confianza de lanzar pronto ese servicio. Inicialmente, en Nueva York y Los Ángeles.

"El objetivo es crear una experiencia de tráfico conectado sin interrupciones y de principio a fin", proclama el CEO de Delta, anunciándolo como un complemento de su servicio premium para ser "la aerolínea más puntual del mundo", trabajando con otros proveedores de "transporte privado". Lo cual no es óbice para que tenga que seguir lidiando con la meteorología para que, como le ocurrió a este periodista, haya que reconvertir en un viaje con dos escalas y varias horas de más un traslado a España. 

Embarcar mostrando la cara

Una vez en el aeropuerto, la protagonista del vídeo supera controles y seguridad utilizando su identificador digital, para llegar a abordar el avión con sólo mostrar su rostro, mediante reconocimiento facial. Eso ya ocurre, de hecho, en algunos aeropuertos y está funcionando en algunas de las terminales en las que opera Delta. Utiliza la imagen que la máquina obtiene al leer el pasaporte (u otra identificación) en el área de facturación.

La tercera pata futurista de la que hablan Bastian y el vídeo es el modo en que el pasajero ocupa el tiempo de vuelo. La aerolínea ha encargado la recopilación de datos para planteárselo a Qualtrics, una empresa que ofrece una plataforma de "gestión de la experiencia".

Recreación del aerotaxi que propone Delta para ir al aeropuerto.

Recreación del aerotaxi que propone Delta para ir al aeropuerto.

Su cofundador y presidente ejecutivo, Ryan Smith, indica que el pasado año recogió siete millones de respuestas, procedentes de unos 200 millones de viajeros, para configurar una imagen de lo que el pasajero quiere y necesita (asientos menos ajustados, por favor) para ofrecer "experiencias personalizadas". Todo ello, por supuesto, requiere estar asociado a su programa de fidelidad, SkyMiles.

En cuanto al entretenimiento a bordo, "tenemos unas 165.000 pantallas en vuelo cada día", subraya Bastian, el gran anuncio del momento es un acuerdo de asociación con YouTube para ofrecer en vuelo sus contenidos de música, series, deportes, titulares y podcasts, sin anuncios publicitarios.

Bastian hace votos por "cómo viajaremos los próximos cien años", invocando datos como los 5.000 millones de viajes aéreos del pasado año, que un tercio del valor global del comercio mundial se mueve en aviones y que la aviación genera un 4% del PIB global y más de 86 millones de empleos.

"Pero todo eso no sirve si no está disponible y al alcance [económico] de todos. Y hay incontables regiones que siguen sin tener servicios aéreos comerciales. Se estima que sólo una de cada cinco personas en el mundo ha experimentado el viaje en avión", añade.

"¿Cuál es la siguiente cosa guay que podemos hacer?", plantea. "¿Reducir la basura…? Algún día mi asiento estará hecho de plástico [en algunos aviones ya lo parece] retirado de los océanos y se utilizarán materiales como las algas y el bambú. Todo es posible". 

"Así que, listos para despegar hacia nuestro próximo siglo, abróchense sus cinturones de seguridad. Lo mejor aún está por llegar", se despide Bastian.