
Alex Segura (derecha), junto a Arturo Almazor y otro miembro de la empresa en el 4YFN de este año.
Un ejército de larvas de mosca negra transforma el sobrante alimentario en nuevos productos sostenibles
La startup Dapibus ha desarrollado un sistema innovador para acabar con el sobrante alimentario originando cero residuos y ofreciendo nuevos productos para alimentación animal y agricultura ecológica.
Más información: Ley contra el desperdicio alimentario: un avance social sin digitalización y tecnología como motores del cambio
Proteína, en latín. Este es el significado de Dapibus, el nombre con el que Alex Segura, Carlos Conde y Arturo Almazor bautizaron la startup que capitanean desde 2021. Nacida en Barcelona, Dapibus pone un punto y final rotundo a los residuos orgánicos de la industria alimentaria.
“Me planteé, junto con Carlos, ingeniero industrial, qué podíamos hacer para dar una segunda vida a los productos orgánicos sobrantes del sector de la alimentación, una solución que conllevara dar una segunda vida a estos rechazos sin generar, a la vez, más residuos”, explica Segura.
Después de analizar qué había en el mercado y qué investigaciones se habían llevado a cabo con éxito en este ámbito, “decidimos que podíamos transformarlos y procesarlos para crear harina y grasas destinadas a la alimentación animal, por una parte, y a fertilizante orgánico para la agricultura, por otra”, comenta.
Cuando tuvieron clara la línea que seguiría el negocio, se sumó Arturo, experto en finanzas, y nació Dapibus, una startup que utiliza auténticos ejércitos de larvas de Hermetia illucens, mosca soldado negra (MSN o BSF, en sus siglas en inglés), para biotransformar los restos alimentarios.
“Esta especie de larva tiene una capacidad muy alta de digerir cualquier residuo orgánico. Nosotros alimentamos estas larvas con las sobras de alimentos o con alperujo, que es el residuo que queda después de la extracción del aceite de oliva”, explica.
En estos años de puesta en marcha, Dapibus ha conseguido 10 millones de euros de financiación, que corresponden a 4 millones de inversores puntuales y préstamos bancarios, 2 millones de ayudas del ministerio de Industria y 4 millones más procedentes del programa LIFE, una subvención europea a fondo perdido destinada a promover soluciones innovadoras para abordar desafíos medioambientales.
Estas inversiones y ayudas financieras han permitido a la firma abrir un centro de biotransformación en Abrera (Barcelona), una planta de 3.000 m2 que es un auténtico ejemplo de economía circular, y donde quieren trasladar la sede central de la empresa.
Planta de transformación
En esta planta, los fundadores tienen previsto tratar 10.000 toneladas de residuos al año para convertirlos en 1.000 toneladas de harina proteica, 250 toneladas de aceite y una cantidad todavía no determinada de fertilizante orgánico, “y todo ello sin generar ningún tipo de residuo, que es tan importante como la transformación del rechazo orgánico”, puntualiza Segura.
El centro de biotransformación dedicado al engorde de los insectos y el procesado ya está en marcha y produciendo los primeros subproductos. La comercialización también ha dado sus primeros pasos. “Antes de iniciar la producción ya firmamos precontratos con diversos clientes de España y con empresas europeas interesadas”, explica Segura.

Arturo Almazor y Alex Segura, cofundadores de Dipabus.
Compañías de diversos sectores económicos valoran los subproductos en los que Dapibus transforma los residuos orgánicos, ya que la proteína resultante, destinada a la alimentación animal -mascotas y animales de granja- posee una alta calidad; la grasa que consiguen es rica en nutrientes e incluye ácido láurico, ideal para aplicaciones en piensos y otros productos; y el fertilizante orgánico contribuye, según los fundadores, a regenerar los suelos de manera sostenible.
Este año, el primer ejercicio en el que podrán valorar por completo las ventas, será crucial para la estrategia de futuro de Dapibus. “La primera facturación nos ha de permitir impulsar la fase de escalada, porque tenemos intención de construir otra planta mucho mayor que la actual, seguir con las investigaciones para incorporar nuevos subproductos y extender nuestra red de comercialización”, anuncia Segura.
Dapibus generó mucho interés durante la pasada edición del 4YFN, el espacio que el Mobile World Congress (MWC) dedica a las emergentes. Actualmente cuenta con una plantilla multidisciplinar de 10 profesionales que, apunta Segura, “se ampliará a 20 antes de acabar este año, pensando ya en el escalado de la empresa”.