La Unión Europea (UE) y Estados Unidos han dado un nuevo paso en su objetivo de coordinar sus enfoques sobre cuestiones globales relacionadas con el comercio, la economía y la tecnología e intensificar sus relaciones en estos ámbitos para hacer frente a la pujanza del Asia y, en especial, China. Este miércoles se celebró la primera reunión del Consejo de Comercio y Tecnología EU-US, una iniciativa anunciada por ambas economías el pasado 15 de junio.

Hasta Pittsburgh (Estados Unidos) se han trasladado la vicepresidenta ejecutiva de la CE y comisaria de Competencia de la UE, Margrethe Vestager, y el vicepresidente ejecutivo y comisario de Comercio, Valdis Dombrovskis, para reunirse con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken; la secretaria de Comercio de los Estados Unidos, Gina Raimondo; y la representante de Comercio de los Estados Unidos, Katherine Tai.

De este encuentro ha salido un comunicado conjunto de ambos países en el que ambas regiones han identificado varias áreas de trabajo, como la inteligencia artificial, los semiconductores o las tecnologías de uso dual, en las que ya han establecido un punto de partida común sobre el que trabajar con la intención de lograr resultados concretos en torno a estos temas antes de la próxima reunión.

En el lado tecnológico, una de esas áreas clave es la de los semiconductores, en la que la UE y EEUU han reafirmado su compromiso de establecer una alianza sobre el reequilibrio de las cadenas de suministro globales con vistas a mejorar la seguridad de sus respectivos suministros, así como su respectiva capacidad para diseñar y producir semiconductores, especialmente de vanguardia.

La UE y EEUU comparten la opinión de que promover la transparencia de la cadena de suministro, en asociación con la industria y todas las partes interesadas relevantes, es esencial para fortalecer la inversión y abordar el desequilibrio de la oferta y la demanda en la industria de los semiconductores. Por ello, defiende que su alianza debe ser “equilibrada y de igual interés para ambas partes”.

“Subrayamos la importancia de trabajar juntos para identificar brechas en la cadena de valor de semiconductores y fortalecer nuestros ecosistemas de semiconductores domésticos, desde la investigación y el diseño, hasta la fabricación, con miras a mejorar la resiliencia”, inciden.

Asimismo, comparten el objetivo de evitar “una carrera de subvenciones” y el riesgo de desplazar las inversiones privadas que contribuirían por sí mismas a mejorar la seguridad y la resistencia de ambas economías. Además, sin perjuicio de la cooperación con otros socios, pretenden centrarse en reducir sus dependencias estratégicas existentes a lo largo de toda la cadena de suministro.

Inteligencia Artificial con valores

Otro aspecto en el desarrollo tecnológico en el que se ha centrado esta primera reunión del consejo es el de la inteligencia artificial, tecnología que defienden tiene el potencial de aportar importantes beneficios a ciudadanos, sociedades y economías. “Las tecnologías de IA pueden ayudar a abordar muchos desafíos importantes a los que nos enfrentamos y pueden mejorar la calidad de nuestras vidas”, afirma.

Sin embargo, pese a este impacto positivo, también advierten de que la IA puede amenazar los valores compartidos y libertades fundamentales si no se desarrollan y despliegan de manera responsable o si se usan de manera indebida. Por ejemplo, se oponen a usos de la IA como los sistemas de puntuación social que violan los derechos humanos.

“A Estados Unidos y la Unión Europea les preocupa mucho que los gobiernos autoritarios estén poniendo a prueba sistemas de puntuación social con el objetivo de implementar el control social a escala”, inciden las dos regiones, que consideran que estos sistemas plantean amenazas a las libertades fundamentales y al Estado de derecho.

Por ello, ambas partes afirman su voluntad e intención de desarrollar e implementar sistemas de IA que sean “innovadores y confiables” y respeten los derechos humanos universales y los valores democráticos compartidos. Además, tienen la intención de realizar conjuntamente un estudio económico que examine el impacto de la IA en el futuro de la fuerza laboral.

Tecnologías de uso dual

Por otro lado, la UE y EEUU defienden que la importancia de los controles comerciales en torno a bienes y servicios de "uso dual", es decir, aquellas tecnologías que puede utilizarse tanto con fines pacíficos como militares. Controles que son necesarios para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones y compromisos internacionales.

“Observamos que las posibles aplicaciones de las tecnologías emergentes en el campo de la defensa y la seguridad plantean preocupaciones importantes y reconocemos la necesidad de abordar estos riesgos” inciden. 

En este sentido, defienden que “un enfoque multilateral de los controles de exportación” es más eficaz para proteger la seguridad internacional y apoyar un campo de juego equilibrado a nivel mundial.

Además, han fijado principios y áreas compartidos para la cooperación y reconocen la importancia, “cuando sea apropiado y factible”, de realizar consultas previas para garantizar que la aplicación de los controles de las exportaciones sea transparente y equitativa para exportadores de ambos lados del Atlántico.

Riesgos en inversiones y comercio global

Por otra parte, los dos países también abordaron la importancia de hacer frente a los riesgos relacionados con las inversiones internacionales, que son claves para el crecimiento y la innovación. Para ello, muestran su intención de mantener un control de inversiones que analice los riesgos para la seguridad nacional y, dentro de la UE, el orden público.

Así, apuntan que sus regímenes de selección de inversiones deben ir acompañados de los mecanismos de ejecución adecuados y guiarse por los principios de no discriminación, transparencia, previsibilidad, proporcionalidad y rendición de cuentas, como se establece en las directrices pertinentes de la OCDE.

En cuanto al comercio global, muestran su intención de trabajar en “estrecha colaboración” para abordar las políticas y prácticas que no son de mercado y que distorsionan el comercio, mejorar la eficacia de sus respectivas medidas en estas políticas y prácticas y explorar formas de combatir los efectos negativos de las que realicen terceros países.

En esta línea, también pretenden trabajar conjuntamente para mantener “un comercio transatlántico competitivo, libre y justo en tecnologías nuevas y emergentes”, evitando barreras nuevas e innecesarias al comercio de estas tecnologías, respetando siempre la autonomía regulatoria de la Unión Europea y Estados Unidos y promoviendo la apertura y la transparencia.

Colaboración y grupos de trabajo

Para avanzar en todos estos campos, Estados Unidos y la Unión Europea se comprometen a consultar de cerca con diversas partes interesadas en ambos lados del Atlántico, como empresas, líderes de opinión, organizaciones laborales, organizaciones sin fines de lucro, grupos ambientales o académicos, entre otros.

En este contexto, se han establecido varios grupos de trabajo que avancen, antes de la próxima reunión, en el enfoque común en aspectos como los estándares tecnológicos, incluida la IA y otras tecnologías emergentes; el clima y tecnología limpia; las cadenas de suministro seguras; o la seguridad y competitividad de los servicios y tecnologías de la información y las comunicaciones.

Otros grupos de trabajo se centrarán en la gobernanza de datos y plataformas tecnológicas, el uso indebido de tecnología que amenaza la seguridad y los derechos humanos, los controles de exportaciones, los análisis de inversiones y la promoción del acceso y uso de herramientas digitales por parte de las pequeñas y medianas empresas (pymes).

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