Cuanto mayor sea la digitalización de un país o una empresa, mejor preparados estarán para adaptarse y recuperarse en un contexto como el de la actual pandemia. Esta afirmación es una intuición que ahora confirma el informe elaborado por Euler Hermes, en colaboración con Allianz. En él se recogen los resultados de su índice de digitalización EDI (Enabling Digitalization Index) basados en datos de 2019.

Esta métrica mide la capacidad y agilidad de los países para ayudar a las empresas digitales a prosperar y a las compañías tradicionales a aprovechar el dividendo digital. El índice califica a 115 países siguiendo cinco criterios: regulación, conocimiento, conectividad, infraestructura y tamaño. Les asigna una puntuación del 1 al 100 en cada una de estas categorías.

Estados Unidos, Alemania y Dinamarca vuelven a estar en los tres primeros puestos. China les sigue, tras el ascenso desde el puesto 17 al 4 experimentado en los tres años previos al coronavirus. Y no es el único país de Asia que recorta posiciones: Hong Kong y Corea del Sur también avanzan colocándose en la 7 y 12, respectivamente.

Entre las progresiones notables, también están Francia, que avanza dos puestos hasta el 15, y España gana cuatro hasta el 20. Vietnam, del 67 al 57, y Arabia Saudí, del 53 a 41, confirman su clara voluntad de transición hacia un nuevo modelo de crecimiento.

Siguiendo con los datos, los autores del informe estiman que “cada punto adicional en el índice EDI de 2020, se tradujo en un crecimiento del PIB de +0,25 puntos porcentuales interanuales en el tercer trimestre de ese año”.

Ámérica Latina sufre y África sortea el desastre

La interpretación económica es que los países cuyo entorno era más propicio para la digitalización de las empresas (buena conectividad, tamaño del mercado, regulación, logística y conocimiento), pudieron responder a la crisis poniendo en marcha procesos que, de otra manera, se hubieran paralizado. Aquí es donde se sitúa España, junto a otros como Reino Unido, Singapur, Suiza, Rusia, Chipre o Brasil.

Entre los ejemplos que se citan: mecanismos para ayudar a las empresas y ciudadanos a recibir rápidamente ayuda financiera o asistencia sanitaria; o sistemas de prueba, rastreo, aislamiento y distribución de vacunas. En el lado de la demanda: consumo con la ayuda de plataformas web; y en el de la oferta: teletrabajo, almacenamiento e intercambio de datos, entre otros.

En el segundo grupo están los países con valores medianos (los más comunes de la tabla), donde hay mucha diversidad por regiones, incluidas Europa Occidental y América Latina (México, Costa Rica o Uruguay).

Mientras que en el tercer grupo, se enmarcan los más afectados por la crisis de la covid-19: aquellos con la peor puntuación en el EDI y un gasto fiscal bajo en 2020 comparado con 2019 (-9,4% interanual en el tercer trimestre). En estos países, principalmente de América Latina (Argentina, Perú, Ecuador o Chile) y Oriente Medio (Kuwait, Omán), se pusieron en funcionamiento las medidas más estrictas y se vieron obligados a utilizar la política fiscal para absorber el impacto. 

El último grupo del listado lo comprenden los países donde se ha evitado un desastre: tienen un índice de digitalización bajo y un gasto fiscal bajo, pero se enfrentaron a un impacto económico benigno (-2% interanual en el tercer trimestre) en relación con el resto de la muestra. 

La mayoría están en África (Egipto, Nigeria, Kenia o Etiopía), donde la pandemia no se extendió tanto como en el resto del mundo: la actividad no se detuvo con medidas gubernamentales y el estado no recurrió a programas de gasto fiscal demasiado grandes para salvar la economía.

Los resultados del estudio sobre la cadena de suministros, también desarrollado por Euler Hermes, confirman que las entidades más avanzadas en estos procesos de transformación han sido capaces de tomar medidas más rápidas para mitigar el impacto de las interrupciones de la cadena de suministro en 2020.

Por el contrario, una baja digitalización fue sinónimo de indecisión: el 35% de las empresas menos digitalizadas no estuvieron de acuerdo ni en desacuerdo cuando les preguntamos si la pandemia los empujara a encontrar nuevos proveedores, duplicar la proporción de aquellos con la misma respuesta entre las empresas altamente digitalizadas.

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