A principios de año, todos hacemos nuestra lista de deseos, física o mental, para el nuevo año: hacer más ejercicio, comer mejor, pasar más tiempo con las personas que queremos, etc. También es verdad que, al poco tiempo, nos olvidamos y volvemos a la rutina de siempre. Imaginemos por un momento que los países también hicieran esa lista, ¿cuáles serían los buenos deseos de España para el 2023?

Probablemente, uno de los primeros deseos en esa lista sería que los proyectos que se han puesto en marcha gracias a los Fondos Europeos se llevasen a cabo con el éxito y los resultados esperados. Es decir, que los cerca de 140.000 millones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia realmente transformen el tejido productivo del país, mejorando su competitividad y sostenibilidad, reduciendo/eliminando todo tipo de brechas de género, sociales, económicas, geográficas…

Con solo ese deseo, el país, sin duda, mejoraría de forma sustancial. En estos momentos tenemos anunciados 12 PERTES, doce grandísimas oportunidades para que, no solo crezca el PIB y el empleo, sino que, además, España sea más justa y dependiente de sí misma.

  • PERTE para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado a fin de crear el ecosistema necesario para el desarrollo y fabricación de vehículos eléctricos y conectados.
  • PERTE para la salud de vanguardia con el que mejorar la salud de la población a partir de la innovación diagnóstica, terapéutica y preventiva en el Sistema Nacional de Salud.
  • PERTE de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento para avanzar hacia una economía neutra en carbono.
  • PERTE Agroalimentarioque promueve el desarrollo integrado de toda la cadena agroalimentaria.
  • PERTE Nueva economía de la lengua para desarrollar las oportunidades que presenta el español como un activo para impulsar la economía.
  • PERTE Economía circular en la producción y el consumo con el objetivo de extender la vida útil de los productos.
  • PERTE para la industria naval a fin de diversificar el sector naval hacia nuevos productos.
  • PERTE Aeroespacialpara mejorar y generar capacidades tecnológicas e industriales en el sector aeroespacial.
  • PERTE de digitalización del ciclo del aguaque modernizará los sistemas de gestión del agua, tanto para el ciclo urbano del agua, como para el riego y los usos industriales.
  • PERTE de microelectrónica y semiconductorescuyo objetivo es potenciar y atraer inversiones en torno a la industria de los semiconductores y las tecnologías relacionadas.
  • PERTE de economía social y de los cuidados que potenciará y consolidará las alianzas entre los centros de investigación, organizaciones, cooperativas y entidades de todo el país que trabajan en la economía social y de los cuidados.
  • PERTE de descarbonización industrial que creará modelos y procesos más respetuosos con el medio ambiente y contribuirá al objetivo de neutralidad climática en 2050.

A todos estos PERTES, imprescindibles y necesarios, hay que añadir otros programas más transversales como el Plan de Digitalización de la PYME. KIT Digital, con la gran ambición de digitalizar 1 millón de PYMES; el Plan Nacional de Competencias Digitales, con el objetivo como para formar a la ciudadanía, expertos, profesores, pymes y a los empleados a largo de su carrera profesional; ya que sin el desarrollo de competencias digitales sería imposible poner en marcha y mantener todas las iniciativas de digitalización que necesitan los PERTES y todos los sectores productivos.

Además, contamos con el Plan de Transferencia y Colaboración para la Innovación, con dos ejes fundamentales: la Transferencia de Conocimiento y la colaboración público-privada para la Innovación; sin olvidar la Carta de Derechos Digitales.

Si consiguiéramos que todos estos proyectos, tan retadores e importantes para el desarrollo de las futuras generaciones, fuesen un éxito en su ejecución y, sobre todo, en sus resultados; avanzaríamos hacia la verdadera transformación.  No se trata de invertir por invertir o digitalizar por digitalizar, sino de conseguir que España sea un país más inclusivo, justo, competitivo y fuerte, capaz de albergar la sociedad del siglo XXI y enfrentarse a todos los retos que se presenten con éxito, ya sea una pandemia, una crisis económica o energética o una crisis geopolítica.

Seguramente, en la parte más alta de la lista de deseos de España también estaría que se acabaran los conflictos bélicos como el de Ucrania, que no hubiera más pandemias ni crisis económicas, que los partidos políticos y los gobernantes trabajasen unidos para mejorar la sociedad, independientemente de quien gane las elecciones y, por último, que todos los ciudadanos del planeta fueran más sostenibles.

Todos estos deseos son más complicados de conseguir y no están a nuestro alcance, pero alcanzar la digitalización del país y transformar nuestra sociedad, nuestra economía y nuestra industria si lo están y, por ello, tenemos que luchar todos juntos, el sector público y el privado, en un año tan crítico como el 2023. Estoy seguro de que este nuevo año nos deparará muchos éxitos. No será tarea fácil, pero sí satisfactoria.

*** Francisco Hortigüela es director general de Ametic.