Luis Basagoiti, CEO y cofundador de Capchase.

Luis Basagoiti, CEO y cofundador de Capchase.

FAST & FORWARD

Tecnología para financiar tecnología

3 julio, 2022 02:55

En el siglo XV, el alemán Gutenberg introdujo en occidente el concepto de imprenta moderna. Este invento desempeñó un papel determinante para el renacimiento, la ilustración, la revolución científica, etc. Hasta ese momento, los libros eran copias manuscritas previo encargo, que sólo el clero o la nobleza se podían permitir. 

Por muy raro que parezca, Gutenberg es a la escritura lo que el software es a la industria productiva. Antes, para poder mandar una carta a alguien, tenía que haber una persona que físicamente entregase la misiva; hoy se manda un email. Además de los beneficios evidentes de la inmediatez y la conveniencia, hay otros beneficios económicos, que hacen de las empresas de software un activo muy atractivo para financiar.

Las empresas de software han cambiado mucho en los últimos 20 años gracias a la proliferación de internet. Han pasado de una distribución en soporte físico –como el CD-ROM– a distribuirse a través de 'la nube'. Se pasó de cobrar licencias a perpetuidad a cobrar por un alquiler de licencia que podía ser anual, trimestral, etc.

Pero ¿y qué tiene que ver esto con la imprenta de Gutenberg? Mucho. Las empresas de 'software como servicio', o SaaS por sus siglas en inglés, incurren un gran coste de investigación y desarrollo para crear un software capaz de dar servicio a multitud de empresas. Este coste es análogo a montar una imprenta. Son costes fijos que los copistas de manuscritos no tenían.

La gran diferencia se encuentra en que el coste de producir un libro más en la imprenta es despreciable comparado con el coste de producir un manuscrito más para un copista. Lo mismo pasa con las empresas SaaS, ya que distribuir una licencia adicional tiene un coste marginal.

Esto se traduce en que las empresas SaaS son auténticas máquinas de imprimir dinero. Por un lado, tienen unos ingresos predecibles porque la mayoría de usuarios tienen inercia de consumo a lo largo del tiempo y, por lo tanto, siguen pagando la suscripción. Por otro, dada la estructura de costes, vender una o mil licencias tiene un impacto comparativamente bajo sobre los costes de ventas, haciendo la empresa más rentable a escala.

Las empresas SaaS tienen dos activos importantes: sus clientes y su tecnología. Al contrario que con compañías puramente transaccionales, en las que no hay una recurrencia de servicio, es posible predecir los futuros flujos de caja. Esto se debe, en parte, a la ley de los grandes números. Es decir, es complicado estimar si un usuario en concreto dejará de pagar la licencia, pero es relativamente más fácil pronosticar cómo se comportará un grupo de usuarios, y por lo tanto, los flujos de caja asociados. 

Gracias a que las empresas SaaS están enormemente digitalizadas, es posible conectarse a sus 'tripas' financieras para hacer una evaluación de riesgo automática. Utilizando modelos estadísticos, se puede establecer cuánta financiación (en este caso, deuda) puede asumir una empresa.

La inyección de capital se emplea normalmente para cubrir los costes de adquisición de clientes. Las empresas SaaS tienen que invertir en marketing y ventas para adquirir clientes, pero no se recupera la inversión hasta que, pasados unos meses, el cliente paga su licencia. Para cubrir ese descuadre en la caja, existen soluciones de financiación que de forma rápida, objetiva, y utilizando tecnología, proveen de una liquidez a unas compañías a las que un banco probablemente no prestaría dinero porque no es capaz de evaluar el riesgo.

Gutenberg, no sabes lo que te has perdido.

*** Luis Basagoiti es cofundador de Capchase.

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