Creador y creativo, elegante, estratega, organizador, hábil y con visión de juego, más de aquí que neerlandés, se autodefine como “una persona tímida”. No se trata del mítico Johan Cruyff, hablamos del espléndido y conector René de Jong, un ‘angel’ solitario, un hidalgo de la fiesta, un idealista del smart capital.

Un personaje que anuncia, hoy, y ante ustedes, el mayor alegato de la actualidad en favor del inversor privado en nuestro país de la mano de AEBAN y a petición del propio De Jong, “vamos a crear un sello ‘Business Angel Friendly’ de nuestra comunidad que defienda nuestros intereses frente a los fondos de capital riesgo”.

Un personaje que redobla su órdago, y de nuevo, hoy, y antes ustedes, revela que va a sumar a su portfolio de inversión, en en total alcanza las 40 startups invertidas, la entrada de su capital privado próximamente en Cargatucoche, Celebreak y Tennders, como acaba de hacer “recientemente” en Smart Data Base y Deale. Tímido René, como siempre, ya le conocéis.

Comienza la fiesta de René de Jong para esta columna, como las que frecuentemente organiza él, en la que en alguna, tal vez, tú y yo, hayamos coincidido porque él decidió conectarnos. Y de fondo su sonrojado rostro, como tímido protagonista, “en lo privado a veces soy malo”, se confiesa, calienta, sonríe, es cómplice. “La fiesta más especial fue la de mi 50 cumpleaños, traje a Salamanca un grupo de música de Dénia (Italia) y la policía paró el concierto. Acabamos cantando ‘Don´t stop me know’ en versión acústica”.

El inversor René de Jong.

El inversor René de Jong.

Aprendió a organizar fiestas en la ciudad donde se gradúan los grandes reyes de la noche, Salamanca, donde basó su vida. Allí, y con un pasado que venía marcado por el neerlandés mercantil que lleva dentro y que le llevó a trabajar como Rey Mago holandés (Zwarte Piet, Pedro el Negro en español) a los trece años, aprendió también a crear empresas de éxito iniciando el empresario que le ha dado tantas alegrías, hasta llevarle al delirio de reconocer que el dinero “no me importa”.

Don Quijote fue la agencia de viajes que convirtió en academias de idiomas para estudiantes extranjeros que venían a España. Él la creó y él la vendió, no sin controversias, ni disputas, como en toda buena familia, pero él fue quien puso en el mapa del elixir juvenil europeo a nuestro país, “aunque siempre necesité a mi socia” que era su hermana Marianne, fallecida hace tan solo unos meses, y con la que “no tenía la mejor relación del mundo”. “Ya sabes Chema, familia y negocios..”

Creada en 1986, con 500 euros en forma de las pesetas de entonces, y a la edad de 26 años, cuando empatizaba (hoy, aún lo hace) con la gente joven, y bajo los principios que todo buen emprendedor dicta: calidad, innovación y partnership, pronto, y “gracias siempre a internet y al posicionamiento de contenidos que hacíamos”, logró extender sus academias a lo largo de toda la geografía nacional. La más grande, “en Gran Vía de Barcelona, tenía 54 aulas”.

El crecimiento fue exponencial, en dos años tenía ya más 20 empleados, alumnos de 60 nacionalidades distintas, y superando los dos millones de facturación. En 2005, con más de trece millones de facturación, y tras varios episodios de ventas fallidas y divergencias con su hermana, René de Jong dio el giro definitivo a su vida. “La vendí por ocho cifras”, me noquea.

Con la “independencia financiera” en sus manos, “era lo que más deseaba”, como emprendedor que se precie, comenzó su extensa y conocida trayectoria como Business Angel, cabalgando de forma paralela con otro negocio que también acabó en fiesta, su agencia de marketing digital, Internet Advantage. En 2015 la vendió por una cifra cercana a los tres millones de euros. “Era rehén de la rutina”, ya había terminado el capítulo de luchar contra molinos.

Erigido como uno de los inversores privados que laten con más fuerza en la actualidad, René de Jong ya ha invertido más de tres millones de euros de su patrimonio en más de 40 compañías tecnológicas de reciente creación. Calcula, que entre exits y valoraciones de sus inversiones, en la actualidad alcanza los 6 millones de euros.

El porcentaje de éxito apunta alto ya que, a día de hoy, más de 30 compañías siguen vivas, sólo cinco se han ido a pique y seis ya han sido vendidas. Su EXITos más sonados, Sales Layer, donde salió con un x5 tras una inversión inicial de 150k, y Reclamador, donde ha vendido una parte de sus acciones haciendo un x5, y con vistas a mayores rentabilidades.

Entra con tickets de inversión de entre 40k y 200K, al 50% con el Fondo Europeo de Inversiones, “me gusta acompañar con más inversores, apoyar en el diseño del cap table con gente relevante que ayude a crecer”, al emprendedor “le gusta ir acompañado de mi marca como inversor privado”, añade, sin soberbias, pero sabedor de su reputación.

Su joya de la corona, su emprendedor fetiche, la startup por la que da la vida y que más ilusión le hace es Cafler, del gran Ricard Guillem, quizás el emprendedor con mayor proyección del ecosistema nacional, del que fue su tercer inversor en julio el año pasado (ya cuenta con BA como Carlos Blanco, Tom Horsey o Telmo Pérez), y ahora alcanza ya una valoración de 23 millones de euros.

“Ricard tiene las ideas claras, sabe todas las estadísticas de inversiones de las principales startups españolas”, pura admiración sobre este emprendedor. “Y lo mejor es que siempre se ha dejado aconsejar, tanto, que entre todos le hemos ayudado a pivotar al modelo de negocio B2B2C”, nos asegura.

Comimos con Ricard el día de Reyes para corroborar las impresionantes descripciones que René, o Carlos Blanco siempre han hecho de él. Razón en todo. El CEO de Cafler es el presente y el futuro, el ejemplo a seguir y a enseñar a nuestros hijos.

El don de la palabra (y la excelente educación) que posé Ricard, le hacen devolverle ‘la pelota’ a René de Jong: “es un gran mentor, amigo e inversor. Una de las primeras personas en confiar en Cafler, y en mí como persona, y que siempre está allí cuando lo necesitas, sólo tengo palabras de agradecimiento para René”

El Business Angel protagonista de nuestra conversación de hoy no elogia a muchos más emprendedores en cuyas startups ha invertido su capital. Si quiere resaltar la labor de otro amigo, Emilio Froján, CEO de Velca, “un tío rápido de reflejos que me ha sorprendido mucho en su evolución y al que le puedo conectar con todo el mundo”. O Enrique Alía, CEO de CargaTuCoche, del que destaca “sus ganas de emprender, su energía y su feeling”.

Pero todo el ecosistema le debe mucho a René de Jong. Por sus fiestas, por sus conexiones, por sus comunidades, como Entrepreneurs' Organization, de la que es el creador de la Happy Hour en la que participan “agentes del ecosistema de mucho nivel, mira Chema el grupo de Whatsapp que tenemos”. Alucinante. Fascinante el tímido neerlandés salmantino.

Para Raúl Jiménez, Director de Aje Madrid, “René es una persona brillante, que siempre ayuda y empatiza con la gente para conectarles desde su lado más humano”. Para el gran Jaime Estévez, CEO de Agoranews, y primera persona que hace años me habló de nuestro Business Angel, “De Jong tiene la capacidad de ver más allá de lo evidente e intuir relaciones de beneficio recíproco. ¡Gracias por cuidar de tantos y hacerlo tan bien!” exclama.

Para su mujer, Pilar, estamos ante una persona “que siempre habla con el mismo respeto a todas las personas, independiente a su procedencia o estatus social, y cuyo motor es conectar y conocer a la gente”. Le encanta “trabajar mucho en casa” y siempre “enseña a nuestros hijos a luchar por conseguir sus metas, porqué el No, ya lo tienes”.

Termina por hoy la fiesta de René, a la próxima nos invita a tí y a mí, con la mejor música que tanto le gusta y de la que siempre adivina grupo y título de la canción, como bien sabe hacer, le dejamos cantando con el himno que más le representa ‘Don´t stop me know”.