Los que me conocéis sabéis que soy una persona inquieta a la que le gusta emprender, a veces con red y a veces sin ella (lo que en algunos foros llaman emprendimiento e intraemprendimiento).

Una de las cosas buenas que tiene salir de la zona de confort es que conoces a personas interesantes, hace un tiempo estuvimos a punto de arrancar una startup de coliving y durante todo ese viaje conocí a Carlos y a Tristán. Dos habitantes del Burgo de Osma (Soria) que también son inquietos, tanto es así que crearon una startup, Miradomos, que se dedica al glamping, al coliving y al coworking rural.

Mis colegas son la demostración de que el lema de 'Soria ni te la imaginas' representa mucho más que lo que imaginaron algunas personas al crear esta campaña, porque ni nos imaginamos lo complicado que es repoblar la España vacía. Todos tenemos nuestros paraísos particulares: a veces es nuestro pueblo de origen, a veces es un sitio que descubrimos en algún momento de la vida y que nos cautiva; en mi caso es, sin ninguna duda, Benasque (Huesca). La cuestión es que una cosa es pasar momentos puntuales del año en un pueblo y otra es vivir y trabajar allí.

Refrescando conceptos leo que el término 'España vacía' hace referencia a las zonas de España que sufrieron emigraciones masivas durante el denominado éxodo rural de los años 1950 y 1960, que a comienzos del siglo XXI abarcan el 90 % del territorio español. Si a esto le sumamos el progresivo envejecimiento de la población nos encontramos con una de las explicaciones de la falta de crecimiento económico en muchas de estas zonas: la disminución de la población.

¿Quién va a montar una empresa, ni que sea el mismo paraíso, si después no encuentra la mano de obra que necesita?

Parte del problema es que el crecimiento de la población durante los últimos 50 años se ha concentrado cada vez más en las zonas urbanas. En 1970, las áreas urbanas del mundo albergaban al 37% de la población mundial y en 2020 esa cifra era del 56%. Nos indican que la pandemia ha hecho que cada vez haya más gente que se replantee vivir en una gran urbe y que estamos experimentando un éxodo progresivo, aunque todavía no hay muchos datos al respecto.

Necesitamos repensar las dos realidades a las que nos enfrentamos: ciudades saturadas y zonas rurales desocupadas por las razones antes mencionadas (inmigración, envejecimiento de la población y las dificultades laborales existentes). Para aprovechar el cambio de tendencia es básico que todos los habitantes de España tengamos acceso a internet de alta velocidad independiente de nuestra ubicación. Creo firmemente que la tecnología desempeñará un papel fundamental en la construcción de un futuro digital que sea más equitativo, accesible e inclusivo para todos.

Si queremos nivelar España, tenemos que conseguir que las zonas rurales sean sitios que brinden oportunidades a todo el mundo, independientemente de que sean emprendedores, trabajadores por cuenta ajena y de su formación. No bastará con los trabajadores remotos, con las fuerzas de trabajo distribuidas, aunque sean un número creciente no son suficientes, es clave invertir en la repatriación industrial, en la formación…

Cada vez vemos más iniciativas que suponen un impulso socioeconómico para alguna zona geográfica determinada, contribuyendo a la creación de empleo y al fomento del turismo local; pero esto debe ser parte de la solución. Igual que el loable plan de deslocalización del Ministerio de Transportes que va a posibilitar que Renfe internalice servicios tecnológicos prestados por terceros, lo que va a redundar en la descentralización de cinco centros de competencias digitales por el territorio nacional con la consecuente creación de empleo especializado en zonas con baja densidad de población. Y lo mismo aplica a los proyectos de atracción de nómadas digitales, cómo si actualmente todo el territorio rural tuviese las imprescindibles infraestructuras básicas con el nivel adecuado.

Cómo nivelar España, como equilibrar el país, es un tema complejo y fundamental para nuestro futuro. Tenemos que aprovechar los Fondos Europeos de Recuperación para transformar nuestra economía, es una oportunidad única para las empresas y las Administraciones. Debemos conseguir que el dinero se invierta en cambiar para mejorar, no podemos gastar el dinero en temas que no den retorno, tenemos que invertir en presente y, sobre todo, en futuro. Y, lógicamente, la ecuación final debe incluir mis ESGT queridos.