Navidad, dulce Navidad. Incluso en un año tan extraño como este 2020, que todos estamos deseando culmine de una vez por todas, esta época no deja de ser un momento de recogimiento y celebración, de hacer balance y anticipar las prioridades del próximo curso. Ver qué huella hemos dejado a lo largo de los 366 días pasados y cuál podemos empezar a imprimir en los meses venideros.

En el terreno de los centros de datos, dejar huella hace referencia a la disposición de numerosas instalaciones en proximidad, arrojando regiones por doquier desde las que ofrecer sus plataformas a los clientes corporativos y consumidores finales. entran en juego aspectos como una latencia más baja a los usuarios cercanos y una red global de regiones más sólida para las empresas multinacionales.

Por ello, imprimir una huella es precisamente el objetivo de todos los colosos de la nube pública. En España, Madrid y Aragón están sacando especial provecho de este interés por desplegar centros de datos locales en una proximidad inusitada hasta el momento.

Google Cloud es un ejemplo paradigmático de ello. Como si de un regalo de Navidad se tratase, la multinacional ha anunciado el lanzamiento de nuevas regiones de su nube pública en Chile, Alemania y Arabia Saudí. Tres nuevos emplazamientos, de los que aún se desconoce su localización exacta, que se suman a los ya desplegados este año (Yakarta, Las Vegas, Salt Lake y Seúl) y los pendientes de ejecutar (incluyendo Madrid, Milán o París).

Si bien las nuevas regiones europeas vienen a complementar las ya existentes (especialmente reseñable es el lanzamiento de Madrid al mismo tiempo que sucede lo mismo en nuestros países vecinos), más interesante es el movimiento de Google en América del Sur.

Chile seguirá a Sao Paolo en estas lides, una declaración de intenciones de Google en un particular camino por la modernización de los sistemas TIC en el continente. Pero hay un detalle mayúsculo: Latinoamérica es un negocio milmillonario por explotar, en el que han puesto sus miras todos los grandes nombres de la industria -AWS, Microsoft e incluso Alibaba- para copar las mejores posiciones de salida.

La controversia de Arabia Saudí

Pero no pasemos por alto el otro detalle del anuncio de Google sobre su huella geográfica en el negocio cloud. La compañía selló en 2018 un acuerdo con Aramco -visita del príncipe heredero Mohammed bin Salman a Mountain View incluida-, que es a partir de lo que surge este despliegue recién anunciado en la región.

Y aunque Mohammed bin Salman es conocido por ser una de las personas más progresistas del país, Arabia Saudí sigue considerada como una de las naciones más restrictivas del mundo respecto a los derechos humanos, la igualdad de la mujer o la libertad religiosa. Por ello, y a sabiendas de los debates éticos que rodean habitualmente las actividades de Google, queda por ver cómo sienta este anuncio dentro de la plantilla del popular buscador.