La creación de nuevos negocios está siendo la principal prioridad para el crecimiento orgánico de las empresas durante la crisis de la Covid-19. Estas, no solo crecen más deprisa y con mayor éxito que sus competidores, sino que son más resilientes.

Las empresas 'Incumbentes', que son las que llevan años en el mercado y, por ello, disponen de una posición de dominio, han incorporado en los últimos años prácticas como el corporate venturing o colaboración entre grandes empresas y startups a una velocidad y escala sin precedentes.

El resultado ha sido una oleada de innovación que se ha traducido en una mayor capacidad de recuperación. Sin embargo, esta actividad es extremadamente difícil ya que tan solo el 24% de los nuevos negocios lanzados en los últimos diez años son en la actualidad empresas viables a gran escala. Esta es la dura realidad que describen varios autores de un reciente artículo de McKinsey Digital.

La pregunta que surge es qué prácticas distinguen a las empresas que fracasan de aquellas que tienen éxito en la creación de nuevos negocios. Algunas de las barreras más importantes son la falta de adaptabilidad y una adecuada estrategia para escalar el negocio. Los factores que distinguen a las empresas exitosas incluyen los estilos de liderazgo de sus directivos, el compromiso con el talento, una estrategia clara y unos procesos estructurados.

En mi opinión, en Europa y más concretamente en España, debemos mirar con atención uno de los elementos resaltados por los autores de la consultora. Se trata de la falta de una estrategia para escalar el negocio. Desde hace varios años se ha detectado que, en la última década, Europa se ha quedado atrás en la llamada “economía de plataformas” que son aquellas actividades económicas y sociales facilitadas por plataformas digitales o marcos tecnológicos.

Estos modelos son los que están detrás de la mayoría de negocios exponenciales exitosos que han conseguido alcanzar crecimientos 10 veces mayores (10X). En la actualidad, este tipo de actividades está dominado por empresas estadounidenses y chinas, en parte por los enormes tamaños de sus mercados individuales, así como por poseer idiomas y monedas comunes.

La realidad es que las empresas europeas se han quedado atrás en una de las economías que posee mayor potencial de crecimiento exponencial para los próximos años. Se estima que más del 30% de la actividad económica mundial podría estar mediada por plataformas digitales en seis años.

Según un estudio reciente de Gartner, la contribución europea a la economía de plataformas mundial es del 4%. La contribución de China es del 21% y la estadounidense del 74%. Sería interesante saber de las empresas españolas establecidas cuántas de ellas han adoptado una estrategia de plataformas eficaz.

A este respecto, resulta clave crear una mentalidad exponencial en la empresa europea y española. En los modelos de negocio digitales no es la tecnología lo que los define, sino su capacidad para crear valor exponencial.

La mentalidad incremental se centra en hacer algo mejor, mientras que la mentalidad exponencial busca hacer algo diferente. En el siglo pasado, los modelos de negocio industriales se definieron por el uso de máquinas para crear rendimientos crecientes a escala donde se estaba satisfecho con un 10%. En la actualidad se buscan valores de 10X.

Son varias las noticias de esta semana que destacan el debut de Airbnb en los mercados superando los 82.480 millones de euros. Pero lo más interesante ha sido saber cómo la compañía ha sido capaz de superar la incertidumbre provocada por la Covid-19. Los fundadores explicaban como en los meses de marzo y abril los viajes globales disminuyeron un 80% en dos semanas.

A pesar de las enormes dificultades que surgieron en los siguientes meses, los directivos de la empresa fueron capaces de tomar decisiones rápidas y adaptar el negocio. Una de las claves de su salida exitosa de la crisis y en bolsa ha sido poseer un modelo de negocio basado en la economía de las plataformas que es muy adaptable, resiliente y sobre todo de altísima escalabilidad.

En conclusión, las empresas europeas y españolas establecidas deberían diseñar unas estrategias adecuadas, o refinarlas en el caso de que ya las tengan, a fin de escalar el negocio. Para ello es clave que integren en sus negocios dominantes otros nuevos basados en plataformas digitales. 

***Paco Bree es profesor de Deusto Business School