La Real Academia Española (RAE) nació hace más de 300 años para cuidar de una lengua que hoy comparten 580 millones de personas en todo el mundo. Y surgió con un espíritu eminentemente innovador: normalizar el idioma. Durante tres siglos, la Academia se ha mantenido fiel a su mandato inicial, velando por la unidad dentro de la diversidad, y utilizando todos los recursos a su alcance. Por ello, en los últimos tiempos, ha experimentado una gran transformación digital que puede resumirse con una sola cifra: el Diccionario de la lengua española recibe, mensualmente, 100 millones de consultas en línea

Los hispanohablantes recurren a la Academia y lo hacen principalmente a través de sus servicios digitales: desde los distintos diccionarios, a las consultas lingüísticas que cada día resuelve a través de la cuenta de Twitter el departamento del Español al Día. Son numerosas las aplicaciones virtuales, y gratuitas, de la RAE, y la institución lidera un proyecto para enseñar a hablar un correcto español a las máquinas: LEIA (Lengua Española e Inteligencia Artificial). Un nombre galáctico para un objetivo inmenso.

La RAE siempre ha encontrado en las tecnologías un canal perfecto de comunicación para difundir su mensaje. Con una presencia muy importante en Twitter, Facebook e Instagram, la Academia está presente también en YouTube, Soundcloud, Flickr, Linkedin y Spotify. Diversas herramientas con las que adapta su lenguaje no solo a los distintos públicos, sino también a los diversos formatos. La información institucional, los académicos, las obras, las recomendaciones en materia del idioma, los fondos artísticos y bibliográficos... todo tiene cabida en nuestra comunicación digital. 

Con una estética muy definida, las publicaciones de la institución han hecho de su cuenta de Twitter una de las más mencionadas, seguidas y utilizadas. Efemérides, contenidos de actualidad, alternativas a extranjerismos y recomendaciones se acompañan siempre por imágenes con cierta sensibilidad artística, y se contraponen con las campañas puntuales, que se idean con unas creatividades ligadas a las últimas novedades.

Una forma de alertar a los seguidores de que se encuentran ante un contenido inusual, que se enmarca en la política común al resto de las redes y que tiene otra punta de lanza en Instagram. Con un crecimiento superior a un 175% en un año, permite llegar a un público interesado por las nuevas tendencias y, en parte, más joven. Porque el interés por nuestra lengua no es una cuestión de edad, pero sí la forma de difundirla. 

Los juegos lingüísticos se han convertido en seña de identidad de la RAE. Unas campañas que la institución puso en marcha para hacer más llevadera, en la medida de lo posible, la cuarentena derivada de la crisis del coronavirus. Con la complicidad de los académicos y su participación, se lanzaron distintas iniciativas creadas para las RRSS.  

La estrategia digital de la RAE está viva, al igual que la Academia, y el mejor modo de descubrir sus novedades y adaptación constante es sumergirse en su universo.

Olivia Piquero es directora de Comunicación de la Real Academia Española (RAE)