En estos tiempos de coronavirus y epidemias de alarma social, quizás estamos centrando todas las miras en la investigación de enfermedades infecciosas y cómo luchar contra ellas. Ahí tienen, sin ir más lejos, el extraordinario reportaje de nuestra compañera Ainhoa Goñi sobre los científicos españoles que lideran este campo a escala internacional. Es lo normal, puesto que es el tema que domina la agenda pública en nuestros días. Pero la industria médica, y la innovación que en ella subyace, tiene muchos más tentáculos que merecen su particular análisis.

Uno de ellos, y el que me ocupa hoy, son los robots quirúrgicos. La cirugía asistida por máquinas no es nada nuevo (llevamos décadas aprovechándonos de las bondades de la técnica para salvar vidas) pero sí es reseñable el extraordinario despegue que están viviendo en estos momentos. Para muestra, un botón: el mercado asociado a los robots quirúrgicos movera este mismo año nada menos que 6.700 millones de dólares, con la previsión de que ascienda a 11.800 millones de cara a 2025. Esta cifra, de la firma de análisis MarketsandMarkets, supone una tasa de crecimiento anual del 12,1%, reflejo claro de su creciente y masiva adopción.

Hablamos de toda clase de instrumental robótico usado por los cirujanos, en especialidades tan variopintas como la urología, la ginecología, la neurología o la ortopedia. Además, estos dispositivos ya no están asociados únicamente a los grandes centros hospitalarios, sino que también comienzan a extenderse como la espuma para procedimientos de cirugía ambulatoria. Esta democratización en el plano formal, unida a su implementación en países emergentes como China o la India, son factores que no podemos obviar al tratar de este fenómeno.

Igual que no debemos olvidar que nuestro país juega un papel fundamental en este devenir. Para empezar, contamos con uno de los sistemas sanitarios más potentes del mundo a la hora de innovar en esta clase de intervenciones asistidas por robots. Pero, además, una empresa patria (Rob Surgical Systems) se cuela en la selecta lista de firmas internacionales que marcan la diferencia, junto a colosos del sector como la norteamericana Intuitive Surgical o la irlandesa Medtronic. Todo un estandarte de la ‘marca España’.