La comunicación debe formar parte de la planificación de cualquier proyecto innovador desde el mismo inicio. Llevar a cabo una acción inédita, original o simplemente distinta a lo que hace la mayoría, requiere un trabajo riguroso y exhaustivo, que suele involucrar a muchos departamentos, entre los cuales no podemos olvidarnos de la dirección de Comunicación. Si al final se pretende dar a conocer la innovación al público, mejor que se haya planificado desde el comienzo.

El mero hecho de innovar es en sí mismo un indicador de que una empresa es dinámica, se mueve, se preocupa por estar al día, y eso es un mensaje muy positivo que hay que transmitir a los consumidores.

La innovación tiene su cara más pragmática en la empresa, se trata de hacer algo tangible, práctico y real. La creación en el mundo de la empresa no es un fin en sí mismo como en el arte; en el mercado, la innovación debe ser aplicada para generar valor para la empresa.

Por otra parte, el exceso de filtros frena o incluso imposibilita, en no pocas ocasiones, la innovación. A veces la experiencia puede crear atajos que perjudican el proceso creativo. Las dudas sobre si será aprobado, sobre los elevados costes que puede suponer, o simplemente la creencia de que algo similar ya se ha intentado en el pasado y no funcionó, normalmente referido a algo distinto en un contexto que ha cambiado por completo, son frenos habituales y filtros que hay que eliminar.

La asunción de riesgos es inherente a la innovación, y los directivos y propietarios de las empresas que acometan proyectos nuevos deben ser conscientes de ello.

En nuestro trabajo para Bodegas Barbadillo hemos afrontado la innovación desde tres ámbitos. En primer lugar, innovación desde el producto con casi 20 lanzamientos de nuevas marcas en sólo cuatro años. Un caso en concreto, Barbadillo Versos 1891, ganador de los primeros premios DIRCOM Ramón del Corral, nace con el objetivo directo de generar comunicación a nivel internacional. Se trata de un vino muy añejo procedente del legado de la familia y que se lanzó al mercado a un precio de 10.000 euros cada botella.

En segundo lugar, decidimos innovar desde la tecnología, siendo los primeros en usar chips con tecnología NFC sin contacto. A través de la promoción dandoenelblanco.es convertimos en inteligentes a 130.000 botellas de Castillo de San Diego, el vino blanco más vendido de España, otro caso que ha cosechado muchos premios, destacando los IMCC European Awards, donde consiguió tres galardones entre marcas muy prestigiosas.

Por último, la innovación también puede venir de la publicidad, como demuestran los resultados de la serie de ficción Cosas de Mar, creada y producida por Barbadillo, y que ha llevado a esta bodega a ser anunciante del año en los premios Agripina.

Estos tres casos suman más de cinco millones de euros de retorno de la inversión en medios de comunicación de todo el mundo y tuvieron en común la planificación de la comunicación desde su inicio.

Álvaro Alés es director de Marketing y Comunicación de Bodegas Barbadillo.