Si para cualquier empresa la transformación digital supone un reto, para una empresa del ámbito tecnológico lo es doblemente. En este sector, lo de “predicar con el ejemplo” resulta fundamental. No se puede realizar una comunicación consistente cuando planteas a otras empresas el salto de analógico a digital y tú mismo no lo has aplicado. Las tecnológicas tienen la obligación de mantener al día los procesos de negocio y entre ellos, los relacionados con la comunicación interna y externa.

Así, los cambios continuos en herramientas, tecnologías y formas de comunicarse no han pasado desapercibidos en las área de Comunicación de las compañías. Hoy en día, los departamentos de comunicación de medianas y grandes compañías están obligadas a disponer de estrategias de comunicación personalizadas a los diferentes canales: web, redes sociales, medios online, prensa tradicional, canales de comunicación interna tradicionales y canales de comunicación interna más “vanguardistas”, por denominarlos de alguna manera.

Si a la complejidad de los canales de comunicación se añade la diversidad de los públicos a los que se dirige cada compañía o los diferentes productos, nos podemos hacer una idea de lo difícil que resulta gestionar un mensaje personalizado para cada producto o tipo de público y, además, seleccionar adecuadamente los canales a través de los que dirigirse a ellos.

Estos retos solo se pueden afrontar con un equipo de profesionales que aúnen dos cualidades que pueden parecer contradictorias: especialización y flexibilidad. La primera es fundamental hoy en día, deben conocerse las herramientas disponibles para adaptar los mensajes a cada canal. No es lo mismo dirigirse al público objetivo a través de una red como Instagram que dirigirse a través de LinkedIn, por ejemplo.

Además, puede resultar innecesario utilizar ambos canales. Para tener este conocimiento, el equipo debe disponer de formación continua, un requisito que, hoy en día, es imprescindible en el área de Comunicación. En cuanto a la flexibilidad para realizar diferentes trabajos también resulta básica para poder afrontar futuros cambios en las herramientas o perfiles de trabajo, además de ayudar a organizar un sistema interno de refuerzos en caso de que el especialista en un área esté fuera de la oficina o bien, necesite apoyo ante un repunte de trabajo.

Concluyendo, la transformación digital y las continuas innovaciones que se producen, obligan al DirCom a adaptar sus estrategias a los procesos de cambio. Se trata de una gran oportunidad para comunicar más y mejor, pero también todo un reto a la hora de adaptar año a año nuestros recursos a las nuevas situaciones que tenemos que afrontar.

Pilar González Tejedor Corporate Communications & Marketing Services Manager Canon España y miembro de de Dircom