¿Cómo nos identificamos para gestionar nuestra banca electrónica? ¿Podemos confiar en ese nuevo portal de moda? ¿Qué ocurre si nos roban nuestra identidad en las redes sociales? ¿Hemos perdido la titularidad de nuestros datos? La identidad digital, a la que también llaman identidad 2.0, es mucho más que nuestro perfil en Twitter. Está formada por una gran cantidad de datos que, de manera voluntaria, o sin ser realmente conscientes, proporcionamos en la red: nuestra opinión política o social, fotos, datos bancarios, preferencias en la compra, gustos musicales… Además, no es uniforme. No aparece la misma información sobre nosotros en Facebook o en Linkedln.

Contar con una identidad digital reconocida universalmente, algo así como el DNI digital, facilita la relación con los servicios financieros, con el comercio o con la siempre farragosa relación con la administración. Y en España ya hemos dado un paso importante en ese sentido.

Diez grandes empresas españolas trabajan ya para desarrollar un modelo de identidad digital autogestionada aprovechando las ventajas de la tecnología blockchain. Un gran proyecto de colaboración que dotará a los usuarios del control directo de sus datos personales.

La identidad autogestionada permite que una persona pueda tener sus datos personales en una sola identidad digital, que ha sido validada por las empresas colaboradoras, almacenados en su propio dispositivo móvil. De esta manera cuando vayamos a contratar un servicio podremos decidir con quién compartimos esos datos de forma rápida, sencilla y segura sin tener que rellenar tediosos formularios. Por ejemplo, podremos alquilar un coche, contratar un seguro, pedir un préstamo o dar de alta el servicio eléctrico con unos pocos clics.

Este DNI digital, la identidad digital autogestionada, es del todo fiable. La tecnología blockchain que lo respalda confirma que la información que contiene no ha sido y no puede ser alterada. Esta solución permitirá, así,  combatir con mayor eficiencia los intentos de fraude y suplantación de identidad. 

En este proyecto participan Banco Santander, Bankia, BME, CaixaBank, Inetum, Liberbank, Línea Directa Aseguradora, Mapfre, Naturgy y Repsol.  Dalion, como han llamado a este proyecto se basa en el modelo de identidad digital de Alastria (Alastria ID).

Las diez empresas participantes en el proyecto Dalion han construido una solución capaz de garantizar la integridad y calidad de los datos, evitando duplicidades y errores. Además protege la privacidad de los usuarios porque blockchain no almacena los datos al tratarse de una tecnología descentralizada. De esta forma no puede seguirse la trazabilidad de la actividad de el usuario en la red.

El usuario consigue el control de sus datos, defiende su privacidad, y las empresas que colaboran en el proyecto conseguirán mejorar la eficiencia en muchos de sus procesos, como en el caso de las altas de usuarios. La nueva identidad digital abre además la posibilidad de nuevos modelos de negocio que mejoren la experiencia del usuario. Esta nueva solución puede estar operativa en un entorno productivo real en mayo de 2021.