La agilidad a la hora de desarrollar nuevas aplicaciones se ha convertido en uno de los aspectos clave a la hora de que las empresas puedan afrontar las cambiantes y desafiantes demandas del mercado y de unos consumidores cada vez más exigentes. De hecho, los modelos tradicionales de desarrollo, que podían llevar meses de trabajo y exigían la colaboración de decenas de profesionales, han demostrado quedarse cortas para esta era de la transformación digital.

Por suerte, la solución a esta problemática llega desde el lado de la automatización y el desarrollo de apps sin apenas código. Ambas son tendencias en pleno auge, posibilitando la creación de nuevas herramientas desde cero, en mucho menos tiempo y sin necesidad de contar con grandes equipos de ingenieros. Incluso, permitiendo que personas sin conocimientos técnicos avanzados puedan adentrarse en este particular universo, dando vida a sus ideas de forma rápida y sencilla.

Por ejemplo, un pequeño equipo de Pepsi, que no había desarrollado nunca antes una aplicación, fue capaz de crear herramientas de auditoría que le ahorraron a la compañía medio millón de dólares. En Autoglass, la popular cadena de reparación de parabrisas, un solo empleado creó 40 apps que permitieron no sólo aumentar la productividad de 3.000 técnicos de campo, sino generar un ahorro adicional de 40.000 dólares. Y SCNF, la red de ferrocarriles gala, dio vía libre a sus trabajadores para que crearan más de 150 aplicaciones para su día a día en base a estos mismos principios de la automatización y la innovación sin apenas código.

Estos tres casos de éxito comparten algo en común: todos ellos usaron la tecnología de Microsoft Power Platform como sustento. Se trata de la propuesta de esta empresa para personalizar o crear desde cero aplicaciones y herramientas, conectando diferentes sistemas o fuentes de información. Todo ello con un acceso seguro a estas plataformas, factor común entre todas, incluyendo la posibilidad de acceder de forma unificada desde plataformas colaborativas como Teams.

Power Platform es una plataforma empresarial que cubre todos los puntos de la cadena de valor; elemento diferencial frente a otras soluciones que se especializan solo en alguno de los nichos de actividad. 

Así, Microsoft Power Platform permite conectar componentes y cientos de aplicaciones (Microsoft 365, Dynamics 365, Azure, etc.) para dar vida a nuevas herramientas con PowerApps. A su vez, gracias a Power Automate, las compañías pueden aumentar la productividad empresarial proporcionando a todas las personas implicadas los recursos necesarios para automatizar los procesos  de la organización.

Dos grandes tecnologías que se complementan con una solución para la creación fácil y sin código de chatbots (Power Virtual Agents) o la siempre imprescindible capa de inteligencia de datos, con Power BI, con la que obtener ‘insights’ que faciliten la toma de decisiones en estos tiempos convulsos.

Tesla, Johnson and Johnson, Lilly, Hitachi, Mondeléz, P&G o Siemens son otros de los nombres relevantes que ya han apostado por Microsoft Power Platform para agilizar su desarrollo de aplicaciones y la automatización de sus procesos digitales. Pero también miles de pymes se benefician de este avance en la técnica, ya que al tratarse de un servicio en la nube, corriendo en Azure, apenas existen barreras de entrada que evitan la democratización de esta plataforma y con la capacidad de ir escalando las soluciones en función de sus crecientes necesidades.