ROV es un robot submarino, diseñado para la inspección e intervención en remoto de las labores de mantenimiento de las instalaciones de generación térmica de Endesa. Se trata de un vehículo de pequeñas dimensiones (29x34x52 cm y 12,5 kg de peso) que se puede operar a distancia, por lo que puede manejarlo el propio personal de las plantas de la compañía eléctrica.

El vehículo submarino permite realizar trabajos hasta 300 metros de profundidad y ha sido diseñado, fabricado y suministrado por la startup española NIDO Robotics, siguiendo las especificaciones de Endesa para adecuarlo a las labores bajo el agua de inspección y mantenimiento requeridas en una planta.

Así, ROV cuenta con un brazo robótico que permite el manipulado y transporte de objetos hallados en el lecho marino y está dotado con un sistema de dragado de fondos para la limpieza y extracción de lodos en balsas, depósitos y conductos.

Con este robot, explican fuentes de la compañía eléctrica, "se minimizan los riesgos laborales del personal al evitar, total o parcialmente, el empleo de submarinistas en tareas de inspección y mantenimiento". Además, se "optimiza el tiempo de respuesta" para el análisis y posible resolución de incidencias en activos que, por estar total o parcialmente sumergidos, no son accesibles, destacan.

Experimentos reales

Hasta la fecha, se ha probado con éxito en tres centrales de generación de distintas características. En concreto, en la central térmica de carbón y terminal portuaria de Carboneras, en Almería; en el ciclo combinado de San Adrián del Besós, en Barcelona; y en la central diésel de Melilla. Entre las actuaciones, además de la toma de imágenes, se han llevado a cabo trabajos de limpieza por cavitación de elementos metálicos o recogida de muestras de agua y lodos.

Tras las pruebas realizadas, se ha constatado la facilidad de operación y manejo, ya que requiere únicamente de una breve formación no superior a uno o dos días.  La calidad de las imágenes y resultados obtenidos suponen una ayuda relevante para su uso en inspecciones programadas o específicas, como soporte a tecnólogos o personal de mantenimiento y operación extrapolable a otro tipo de instalaciones.

Además, el resto de sistemas (posicionamiento, medición de propiedades del agua y levantamiento batimétrico) permite un seguimiento periódico de la evolución de las condiciones de contorno y medioambientales en las centrales, lo que posibilita evaluar la sedimentación de materiales en cántaras y similares o analizar la evolución de temperaturas a régimen similar, entre otras funciones.

Más allá del sector energético, este robot pordría aplicarse a otras instalaciones industriales como torres de refrigeración y balsas de las torres para comprobar el estado de las paredes, verificar materiales caídos, sedimentos, vegetales, etc. También podría emplearse en tomas de agua y bombas, en lagos (seguimiento de pH, temperatura, oxígeno, ...), balsas de lixiviados (de corrientes a escombreras), pocetes, canales, tuberías de agua (supervisión de grietas) y tanques (supervisión del estado de la pintura interior, estado y sedimentos).

Transformación digital

Esta iniciativa es "un ejemplo más de la apuesta de Endesa por la digitalización de los procesos, en línea con la estrategia seguida desde el Grupo Enel, del que forma parte". En este proceso de digitalización, se están aplicando tecnologías de vanguardia que permiten la transformación digital de los activos industriales, la relación con el cliente y la mejora de las capacidades digitales de la compañía. Todo ello, con una gestión eficaz de los riesgos asociados a la ciberseguridad, con una sustancial mejora de los procesos y con nuevos ahorros de costes.