Lecciones de la DANA: una nueva era para la meteorología

Lecciones de la DANA: una nueva era para la meteorología

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Lecciones de la DANA: una nueva era para la meteorología

Tecnología para mejorar la captación de datos e impulsar la colaboración entre el sector público y privado. Son dos de las claves de futuro según la Organización Mundial de Meteorología

27 septiembre, 2019 07:00

El último boletín de la Organización Mundial de la Meteorología es de obligada revisión después del catastrófico episodio de DANA en nuestro país. Apunta la necesidad de implementar tecnología para mejorar la captación de datos y de coordinar a las diferentes agencias estatales, así como de la necesaria colaboración entre los sectores público y privado para innovar en una nueva era para la meteorología.

En este sentido, cada uno debe aportar sus "fortalezas". Así, el sector privado "a menudo es más ágil en la adopción e integración de nuevas tecnologías". Sin embargo, las entidades públicas pueden ofrecer "un grado de confianza y transparencia que es vital para ayudar a las personas a informarse mejor antes de tomar decisiones ". 

Las entidades públicas y privadas deben promover la adopción de políticas de "datos abiertos" y protocolos de alerta comunes, al tiempo que alientan el uso de nuevas tecnologías. Así, este artículo, firmado por Mary Glackin, vicepresidenta de operaciones científicas y previsiones; jefa de relaciones público-privadas para The Weather Company (una firma de IBM) y presidenta electa de la American Meteorological Society, reclama que la información meteorológica esté presente en el diseño de políticas económicas y de infraestructuras.

Por ejemplo, se pueden cruzar pronósticos meteorológicos de alta calidad con información climática histórica. A estos datos cruzados, explica Glackin, se aplica inteligencia artificial y análisis predictivo para ayudar a identificar posibles impactos del clima. "Con este conocimiento, se pueden tomar mejores decisiones, por ejemplo una aerolínea puede cambiar sus estrategias de abastecimiento de combustible en previsión de mal tiempo o un minorista ajusta su gestión de inventario ante la probabilidad de unas duras condiciones climáticas que retrasen el envío".

Pronósticos del tiempo más precisos

The Weather Company, explica Glackin, persigue construir, con ayuda de la tecnología, pronósticos más precisos gracias a unos datos "más ricos y de mayor resolución". Para ello, esta compañía de IBM ha desarrollado junto con el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR por sus siglas en inglés) un nuevo sistema para poder extraer datos no utilizados, como lecturas de sensores de aviones y lecturas de sensores de presión enviadas desde barómetros encontrados en teléfonos inteligentes.

"A medida que aumenta el uso de datos no convencionales, se puede superar la falta de equipos meteorológicos especializados en muchas partes del mundo", incide Glackin.  Así, detalla que todos los días se combinan las previsiones de los principales centros de todo el mundo con datos de decenas de miles de estaciones meteorológicas personales y datos en tiempo real de los aviones.

"Estas fuentes pueden generar terabytes de datos meteorológicos diarios y dar como resultado decenas de terabytes de información meteorológica histórica que se archivan para utilizarlos en el análisis de tendencias. Una vez recopilados estos datos, aplicamos algoritmos avanzados de aprendizaje automático para ayudar a optimizar cada pronóstico, ya sea de temperatura, precipitaciones, viento, humedad...". Para ello, se monitorizan los pronósticos para 2.200 millones de ubicaciones con una precisión global de 500 metros y se actualiza cada 15 minutos.

Además, señala que también se pueden crear pronósticos con hasta cuatro meses de anticipación para ayudar a las empresas y a los consumidores a planificar con anticipación y tomar decisiones con la mejor información. "Este tipo de colaboración estratégica es más que compartir pronósticos", puntualiza en este artículo de la WMO.

Estas tecnologías pueden ayudar a resolver problemas sociales como el de la alimentación de una población en rápido crecimiento si se consiguen mitigar los daños, cada vez mayores, causados por los desastres naturales (meteorológicos, climáticos y de agua).