Qué sería de Roberto Brasero si no contara con las famosas imágenes del Meteosat? Los satélites de la EUMETSAT (European Organisation for the Exploitation of Meteorological Satellites) son la herramienta de trabajo principal de los hombres y las mujeres del tiempo. Desde hace 20 años son los encargados de recoger, cada media hora, las imágenes de las borrascas, los anticiclones y las inmensas nubes que recorren el planeta. Gracias a esas imágenes, Brasero y sus colegas son capaces de anticipar cómo evolucionarán las tormentas, dónde lucirá el sol el incluso la intensidad de los rayos uva.

Pues ahora el Meteosat puede ser sustituido por otras tecnologías más cercanas y que trabajan “a ras de la corteza terrestre”: los teléfonos móviles. Eso si, hace falta contar con una gran red de teléfonos móviles y de sensores de internet de las cosas. Es lo que asegura la startup norteamericana, ClimaCell

Su “nuevo sistema de predicción” recopila millones de datos de dispositivos de internet de las cosas y de smartphones para "tener una visión más detallada de lo que acontece". "Las previsiones meteorológicas en la mayor parte del mundo siguen siendo bastante malas", señala la compañía en su blog.

En la actualidad hay 12.000 aparatos tradicionales de detección del clima. Aplicando su “revolucionaria” propuesta, este número se ha disparado hasta alcanzar los 567.000 millones de dispositivos meteorológicos gracias a la conexión inalámbrica con la que trabajan.

La herramienta de ClimaCell –esa gran red que llaman MicroWeaher- recopila datos de millones de dispositivos para hacer las predicciones. Esos datos son comparados con la información de radares y posteriormente pasan un tercer filtro con una fuente de datos contrastada. Así validan sus pronósticos.

La gran ventaja de este sistema, argumentan desde la empresa ubicada en la ciudad de Boston, no es sólo la velocidad con la que se obtienen los datos (se reciben las señales cada pocos minutos) ni la inmensa red que han diseñado. Sobre todo, aseguran, es que puede generar pronósticos meteorológicos personalizables, concretos y para zonas específicas.

Un ejemplo reciente se remite al temporal de nieve que azotó Chicago en el mes de abril y que obligó a cancelar más de 700 vuelos. Gracias a sus predicciones, una aerolínea pudo “administrar mejor sus horarios y minimizar las pérdidas derivadas de retrasos".