Alexa, enciende las luces. Alexa, léeme Innovadores”. El chatbot de Amazon entiende, interpreta y ejecuta nuestras órdenes para movernos en nuestro hogar. Siri, el asistente de Apple, nos ayuda a localizar el mejor restaurante de la zona… La comunicación verbal con 'máquinas' es una realidad más que extendida ya en nuestra sociedad.

En determinadas situaciones esa ventaja se convierte en necesidad. Puede ocurrir que robots autónomos tomen una decisión que el operador no entiende. Por ejemplo, cambiar de ruta para evitar un obstáculo. Si el técnico y el robot no pueden 'conversar' y pedir o dar explicaciones ¡tenemos un problema! Esto se complica mucho más si ocurre en entornos peligrosos o en situaciones en las que trabajen varios equipos 'en enjambre' como es el caso de la ingeniería y las instalaciones que trabajan en alta mar.

Un equipo de investigadores del Offshore Robotics for the Certification of Assets (ORCA) Hub, un consorcio escocés capitaneado por las universidades de Heriot-Watt y Edimburgo ha diseñado una intefaz con la que pueden entablar conversaciones con los equipos robóticos submarinos que realizan operaciones en instalaciones petroleras, en centros de investigación marinos o en parques eólicos flotantes.

Miriam (el acrónimo de Multimodal Intelligent inteRactIon for Autonomous systeMs) es una interfaz conversacional diseñada para monitorizar y controlar robots autónomos submarinos. Gracias a esta tecnología los operadores, técnicos o pilotos de los robots pueden conversar con esas naves autónomas mientras realizan su trabajo bajo el mar.

Pueden, por ejemplo, pedir explicaciones sobre una determinada maniobra que el robot ha realizado de manera autónoma o exigirle que corrija su posición.

Y no es necesario emplear complejos comandos. MIRIAM es tan sencillo como un 'chat' en el que, con lenguaje natural, hombre y robot son capaces de comunicarse.

- “¿Cuál es el tiempo estimado para la misión?”, pregunta el operario.

- “El tiempo estimado de la misión es de 58 minutos”, responde el robot. “La orden es reportar el nivel de bateria cuando llegue al 50%”.

- “¿Qué puedes ver ahora?”, dicen desde la base.

- “La torre del este. Voy a tomar una fotografía”, contestan bajo el mar.

El sistema permite incluso entablar diálogos en grupo para dirigir a los robots que trabajan en enjambre. Ya sea a través de una radio, un smartphone o un asistente robótico, las conversaciones quedan registradas por escrito.

La gran ventaja de este nuevo sistema es que permite incrementar el grado de confianza entre el robot y el humano. Uno y otro pueden pedir explicaciones para comprenderse mejor. Así se consigue mayor seguridad en las operaciones.

Aunque Miriam se ha diseñado para trabajar especialmente en el sector energético offshore, su tecnología puede ser aprovechada para trabajar con drones aéreos o vehículos autónomos terrestres.