La Fundación Cuidar y Curar está ultimando el desarrollo de un innovador exoesqueleto blando con un control inteligente y un 70 % menos de peso de lo habitual para la mano, muñeca y codo. Con su diseño ligero se evita el carácter invasivo y, además, no genera rechazo por su apariencia.

Los desarrolladores del sistema han explicado en un comunicado que el diseño podría estar finalizado para finales de 2020 y en una segunda fase se podría usar también para la rodilla.

Este exoesqueleto permite "un salto cualitativo sustancial superando las tres grandes limitaciones de los diseños actuales, que dificultaba su aplicación y generaban rechazo en personas mayores: el peso, el tamaño y la rigidez".

El efecto memoria consiste en que el material recuerda su forma original después de una deformación y vuelve a su forma predeformada cuando se calienta, añaden los desarrolladores, quienes subrayan que un gran número de enfermedades y trastornos musculoesqueléticos y neurológicos derivan en la pérdida total o parcial de la movilidad de algunos miembros.

Esta solución tecnológica contribuye durante la etapa de rehabilitación al envejecimiento saludable activo de la población, aumenta la independencia de las personas mayores y les facilita la ejecución de tareas cotidianas, contribuyendo a evitar la pérdida de movilidad.

El exoesqueleto, en cuyo diseño y elaboración han participado ingenieros, médicos y fisioterapeutas, promueve el envejecimiento saludable activo porque permite a los pacientes el autotratamiento, gracias al empleo de robótica asistencial y facilita el trabajo de los cuidadores.

También permite comunicarse con plataformas abiertas que proporcionan al personal sanitario retroalimentación sobre el estado de salud del usuario.