En un claro empeño (y necesidad) por rediseñar el sector del turismo, la sostenibilidad se presenta como una apuesta ganadora. Ese ha sido el mensaje unánime de los participantes en la mesa redonda, organizada por Mastercard en el marco de Fitur 2022.

Una estrategia y oportunidad que entiende la sostenibilidad en tres dimensiones: medioambiental, social y económica. “El reto del sector turístico es reinventarse para poder tener un impacto positivo en el propio destino. Ese es el camino y para lograrlo, para establecer estrategias que posibiliten esa meta es necesario contar con datos, con información que nos permita medir el grado de sostenibilidad de cada destino turístico”, explicaba Daniel Nieto, vicepresidente de Government Engagement de Mastercard.

Un desafío en el que Mastercard ha presentado un hub de innovación turística en Madrid y, entre otras acciones, ha cerrado un acuerdo con Mabrian Technologies, también presente en la mesa redonda, con la participación de Álex Villeyra, director de Operaciones de la compañía.

“Es necesario medir y establecer indicadores que permitan conocer no sólo el grado de sostenibilidad de un destino concreto sino también comparar estos datos con otros destinos a nivel global para poder tomar decisiones”, señalaba Villeyra.

Así, la compañía ha desarrollado una herramienta junto a Mastercard que, actualmente, permite medir, entre otros indicadores, el impacto económico en destino; el nivel de concentración de activos y personas en un determinado lugar; las variaciones de los flujos de viajeros según temporadas o la dependencia de mercados de origen.

Y es que, como apuntaba también Héctor Fernández Machado, CEO de Turismo Lanzarote, tras años centrados, como destinos, en lograr certificaciones de calidad o respeto medioambiental “hemos llegado al periodo de la medición. Si queremos transmitir credibilidad hay que medir lo que estamos haciendo”.

Una reflexión con la que coincidía Macarena Rodríguez, responsable de Proyectos de ético y que, además, valoraba positivamente: “Hasta hace poco trabajábamos a ciegas, que nos visitasen cuanto más mejor y sin pensar en qué zonas estaban, por ejemplo, demasiado saturadas o cuáles debían potenciarse mejor. Estas herramientas e indicadores nos dan la posibilidad de encauzar las estrategias turísticas, con una base: los datos”.

La sostenibilidad es rentable

Un cambio de paradigma con los datos como protagonistas y las tecnologías que permiten extraer su valor como aliadas imprescindibles que, además, no es opcional, según los participantes en la mesa redonda moderada por Alberto Iglesias Fraga, subdirector de D+I.

“Nuestro objetivo es que la sostenibilidad aumente la competitividad y que sea un activo del destino. No es una demanda únicamente de la industria sino también de los viajeros que, en los últimos dos años, demanda destinos más sostenibles, más respetuosos con el medioambiente pero también que contribuyan más a la población local y a su riqueza”, afirmaba Daniel Nieto.

Argumento en el que ha incidido Macarena Rodríguez: “Es muy importante que entendamos que la sostenibilidad es rentable, que los destinos que no sean sostenibles desaparecerán. Por ello, también es esencial establecer criterios de gobernanza colaborativa, que involucre a toda la cadena de valor”.

Ante la ayuda económica que, en este desafío, podrían suponer los fondos Next Generation, los participantes coincidían en señalar que es una gran oportunidad pero que debe destinarse a proyectos que realmente transformen el sector, que no se queden únicamente en mejorar infraestructuras o renovar mobiliarios urbanos.

Así, el CEO de Turismo Lanzarote advertía: “Los fondos pueden llegar a tener un efecto perverso si al final se derivan únicamente a proyectos que se basen en cambiar las actuales bombillas de un establecimiento por bombillas de bajo consumo. Hay que crear nuevas infraestructuras, apostar por fuentes energéticas más sostenibles y eficientes… Eso es evidente pero lo que realmente es necesario es que esos fondos se destinen a reformas mucho más profundas, como la gobernanza, la educación ambiental, un modelo regenerativo del sector, etc.”.

Fondos para reformas profundas

Por su parte, en este sentido, Álex Villeyra apelaba a comenzar a trabajar ya: “No podemos quedarnos esperando que esos fondos económicos se ejecuten. Hay que comenzar a trabajar ya, acometer proyectos que realmente nos permitan estar mejor posicionados cuando lleguen los fondos”.

Una urgencia y una oportunidad que también resaltaba la responsable de Proyectos de ético al afirmar que “ya no hay excusas. Hay recursos económicos, un marco legal y un límite temporal… Ya solo depende de nosotros de nuestra voluntad”.

Fondos económicos que, además, como recalcaba Daniel Nieto, vicepresidente de Government Engagement de Mastercard, requieren precisamente de una medición de en qué se emplean y qué impacto logran. “Y ese impacto se medirá en criterios medioambientales, sociales y económicos. De nuevo, la sostenibilidad y su triple dimensión. Es una oportunidad única para el sector que no podemos dejar pasar”.

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