Test de neumáticos en la pista de pruebas de Continental en Hannover.

Test de neumáticos en la pista de pruebas de Continental en Hannover.

Gran Empresa

Simuladores del clima, automatización y datos para fabricar neumáticos que se agarren mejor al asfalto

En el 150 aniversario de Continental, visitamos su mayor centro de pruebas para conocer las innovaciones introducidas estos años en sus test.

9 octubre, 2021 02:27
Hannover (Alemania)

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Una de las peores sensaciones para quienes se ponen al volante de un vehículo es vislumbrar un riesgo y no ser capaces de evitarlo. Bien por falta de habilidad, o bien porque el coche no responde a sus órdenes.

Afortunadamente, la industria del motor lleva tiempo incorporando tecnologías de asistencia a la conducción que añaden seguridad y se anticipan a parte de los peligros. Cámaras que detectan un obstáculo imprevisto en la carretera, sistemas de mantenimiento de carril o luces adaptativas (las que siguen la trayectoria del coche), son sólo algunos ejemplos.

Los conductores suelen fijarse en estas innovaciones –algunas de ellas será obligatorio incorporarlas de serie a partir del próximo año–, pero no tanto en las que les mantienen pegados al suelo, al asfalto, y que hacen que su vehículo gane en estabilidad, agarre y frenada: los neumáticos.

Esta pieza del automóvil está sujeta a una regulación muy específica. Tanto es así que desde el 1 de noviembre de 2012 es obligatorio que todos los neumáticos nuevos que se comercializan en la Unión Europea tengan un distintivo con información acerca de la eficiencia en el consumo energético del vehículo, la adherencia en caso de frenada y el ruido exterior que producen.

Unos valores que varían en función del tipo de neumático y se han ido actualizando durante este tiempo. El último cambio se ha producido en mayo de este año.

De la pista a los datos 

Con una normativa más exigente, las firmas de neumáticos tienen el reto de que sus productos superen exámenes muy exhaustivos. La automatización y el uso de los datos ganan en importancia, y sus instalaciones deber de ir a la par.

El fabricante alemán Continental, que este año celebra su 150 aniversario, entendió hace unos años que para mantener a sus neumáticos en las primeras posiciones del mercado no había otro camino que seguir innovando, tanto en el desarrollo de sus productos como en su testeo.

Su centro de pruebas más completo, bautizado como Contidrom, se inauguró en 1967 y en aquel momento tan sólo contaba con un óvalo de alta velocidad de 2,8 kilómetros de longitud [Un óvalo es un circuito de carreras normalmente formado por dos curvas de 180˚ y unidas por dos rectas]. Todavía se mantiene en uso y por él corren coches, furgonetas e incluso camiones. Todos equipados con los prototipos en desarrollo de la compañía.

Más tarde, se añadieron las pistas de 1,8 kilómetros para las pruebas en mojado y de 3,8 kilómetros para maniobras en seco.

Imagen aérea de algunas instalaciones del Contidrom, el centro de pruebas de Continental en Hannover.

Imagen aérea de algunas instalaciones del Contidrom, el centro de pruebas de Continental en Hannover.

El Contidrom está situado a las afueras de Hannover y dispone aproximadamente de 100 empleados, 20 de ellos formados durante tres años en distintas técnicas de conducción.

“Son los que llevan a cabo las pruebas subjetivas y evalúan el comportamiento de los neumáticos en cuestiones como: ¿Cuál es su velocidad de respuesta? ¿Sigue la dirección prevista? ¿Ofrece comodidad? ¿Y agarre?”, detalla Philipp Must, ingeniero acústico de la compañía, que ejerce de guía en el recorrido que ha hecho D+I por las instalaciones.

“Una conducción que realizan con los sistemas electrónicos de ayuda apagados. Se trata de evaluar el neumático con la mínima intervención externa”, aclara.

Mediciones en entornos controlados

La otra evaluación, “la objetiva”, se realiza en entornos controlados. Para ello utilizan distintos módulos en los que las personas son sustituidas por sistemas robóticos que facilitan unas mediciones más precisas.

“No se trata de maniobrar sino de conocer los datos objetivos acerca de cuestiones como la cantidad de fuerza que es capaz de soportar la dirección de un vehículo o cuánto agarre proporciona un neumático. Esta información se recopila para después, a través de técnicas informáticas, interpretarla y crear pruebas de referencia”, describe Must.

Sistema AIBA (Automated Indoor Braking Analyzer) de Continental.

El sistema AIBA (Automated Indoor Braking Analyzer) es un “analizador interior de frenado automático” que está instalado en una sala de 300 metros de largo y 30 de ancho donde se simulan todo tipo de condiciones climatológicas.

En el interior, un vehículo sin conductor se lanza a velocidades de hasta 115 km/h sobre diferentes superficies de asfalto seco, mojado e incluso hielo, que se intercambian con ayuda de sistemas hidráulicos. Se trata de recabar datos acerca del comportamiento del neumático ante una frenada de emergencia. Realizan hasta 100.000 pruebas al año. “En mojado contabilizamos 3.200 test al día”, relata orgulloso el ingeniero de Continental.

Pruebas sin interferencias

Otro de los aspectos que los fabricantes han de trabajar en el desarrollo de sus productos es en la reducción de la resistencia y el sonido de rodadura. En el Contidrom, el ruido generado entre el neumático y el asfalto se mide y se evalúa en dos pistas acústicas.

Dos micrófonos enfrentados se encargan de registrarlo con el vehículo circulando a una velocidad de 80 km/h y el motor apagado. “Lo que queremos es recoger con precisión únicamente el ruido que produce el neumático tanto en el interior como en el exterior”, explica Must. Por eso, los modelos que se emplean para las pruebas cuentan con encapsulamientos acústicos en motor y transmisión para que otros elementos no interfieran en las mediciones. En este caso, quienes manejan los coches no son robots, sino conductores, y sólo pueden realizar los test sin lluvia.

“Hay determinadas pruebas que tienen que realizarse en temporada seca, por eso muchos de nuestros conductores viajan a otros centros desde el mes de octubre y hasta marzo”, aclara Must, mientras dirige su mirada al cielo encapotado que cubre el Contidrom.

Según la compañía, cada año someten a pruebas un total de 143.000 neumáticos en distintas condiciones y sus pilotos acumulan un kilometraje equivalente a dar la vuelta al mundo 5.000 veces. Unos test intensivos con un único objetivo: mejorar la seguridad al volante.