Combinar la tecnología óptica con la biomedicina y la neurocirugía. Este es el reto que tiene ahora entre manos la firma cántabra Fotoglass, que ha dado el salto de desarrollar tejidos o cerámica luminiscentes a crear instrumental quirúrgico para ayudar a los neurocirujanos a diferenciar el tejido sano del tumoral en una operación para extirpar glioblastoma (uno de los tumores cerebrales más frecuentes).

En concreto, junto al Hospital Marqués de Valdecillas, el instituto IDIVAL y la Universidad de Cantabria, han patentado dos dispositivos, que tienen una forma similar a la de un lápiz, basados en tecnología plasmónica (chip plasmónico) con nanosensores capaces de identificar, en tiempo real, tejido necrótico, tumoral y tejido peritumoral, gracias a la transmisión óptica extraordinaria, un fenómeno generado por la excitación de los plasmones superficiales del chip.

Este equipo de investigadores, encabezados por los responsables de Fotoglass (los doctores y catedráticos de la Universidad de Cantabria Francisco González y Fernando Moreno -miembro de la Optical Society of America- y José Luis Fernández, jefe de Genética del Hospital Marqués de Valdecilla y responsable de investigación en IDIVAL) ha creado estos dispositivos con el objetivo de ayudar al neurocirujano a detectar los márgenes del tumor, sin necesidad de eliminar tejido no dañado por el tumor, explica a INNOVADORES Fernando Moreno. 

Este proyecto, por el que ya ha mostrado interés una multinacional de equipamiento quirúrgico, es un claro ejemplo de cómo "el área ‘bio’ mezclada con la física [óptica] es un coctel con mucho potencial" en el sector médico, porque permite dar nuevos pasos, puntualiza González: "Ya se era capaz de distinguir tejido sano de otro que no lo es, pero ahora somos capaces de hacerlo sin destruirlo".  En definitiva, estos dispositivos permiten al profesional obtener información en tiempo real durante la intervención quirúrgica e interpretarla fácilmente para tomar decisiones.

En sus inicios en 2009, esta compañía se especializó en desarrollar tecnología óptica aplicada a sectores industriales tan diversos como el textil, el cerámico o el alimentario. "Somos capaces de ver cualquier cosa que se necesite, por ejemplo, en la industria alimenticia descubrir trazas que no se pueden detectar en los procesos o en la textil lograr que una prenda sea visible sin ser enfocada por una luz", apunta Paloma Rovira, directora de Operaciones.

Desinfección Covid-19

Sin abandonar esta línea de I+D industrial, Fotoglass ha evolucionado para incorporar la biotecnología en sus desarrollos y así potenciar el incipiente concepto de ‘bio-óptica’. En ese momento, se incorporó a la compañía José Luis Fernández. Esta nueva área de la compañía también ha permitido a Fotoglass adaptarse en estos tiempos de pandemia por la Covid-19. Rovira señala que, ante la proliferación de dispositivos de desinfección que utilizan luz ultravioleta UVC sobre superficies y sistemas de aires para matar la presencia del coronavirus, se ha detectado que muchos no cuentan con una validación del "efecto germicida", es decir, en qué grado están matando a este patógeno. 

Así, Fotoglass ha desarrollado un biodosímetro con microorganismos vivos, a modo de sensor para validar la respuesta ante la UVC de este tipo de equipos. Estos biodosímetros se colocan en zonas estratégicas para validar los dispositivos o las áreas sobre las que se ha aplicado la luz ultravioleta. Así, se combina con radiometría óptica para validar los parámetros de las dosis de UVC que se precisan para matar los patógenos de la Covid-19 y lograr más de un 99% de desinfección, explica Fernández.

En este sentido, se dirigen a los dispositivos que usan UVC en sectores como la automoción, transportes público y privado (metro, AVE, autobuses), hoteles y centros sanitarios. El biodosímetro desarrollado por Fotoglass se basa en "modelos potencialmente patógenos, pero tratados genéticamente, de tal manera en el laboratorio, que dejan de ser un peligro y mantiene los niveles de bioseguridad" durante los procesos de validación, apostillan sus responsables.

Un área de I+D a medida cada cliente

El modelo de negocio de Fotoglass se centra en las primeras fases del I+D+i, es decir, trabajan en el desarrollo de un proyecto para trasladar el conocimiento de la tecnología bio-óptica a diferentes sectores industriales. El equipo de esta firma cántabra se centra en prototipar todos estos desarrollos y realizar las pruebas de concepto a escala laboratorio para trasladarlo a sus clientes, que son quienes fabrican y comercializan el producto.