"La reconstrucción económica pasa necesariamente por lo digital. Y llevamos 15 años de retraso frente a Europa". Así de contundente se ha mostrado Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial en una de las ponencias más seguidas del 34º Encuentro de Economía Digital de AMETIC. Este evento, con el que se inaugura de facto el curso profesional del sector tecnológico desde tiempos inmemoriales, se ha llevado a cabo en un formato híbrido por el imperativo de la COVID-19 pero, no por ello o quizás debido a ello, no ha perdido interés sino que ha resaltado la importancia de incorporar la revolución digital como el corazón de los planes y estrategias de cara a la reconstrucción económica que tanto nos urge.

En estos momentos, alrededor de un 19% de nuestro Producto Interior Bruto se debe a lo digital. Si fuera un sector, hablaríamos del segundo pilar de nuestra economía, solo por detrás de la construcción. Pero no lo es: estamos ante un elemento transversal, que afecta a todos los sectores tradicionales y que, tal y como explicaba Artigas, está provocando la disolución misma de las barreras entre verticales y la irrupción de los ecosistemas como nueva unidad de medida. En cualquier caso, ese 19% puede parecer muy alto, pero se queda muy lejos en relación al 40% de peso en la economía que se prevé para el Viejo Continente en 2021. 

¿Cómo multiplicar el impacto de la innovación tecnológica en nuestro país? "La batalla del discurso sobre la inversión en I+D la tenemos ganada; ahora toca hacerla realidad", reconocía a su vez Pedro Mier, presidente de la patronal de la industria digital. "Ya teníamos un reto enorme por delante antes de la COVID-19, que era el de cambio de era más importante desde la segunda mitad del siglo XX: el del paso del internet de las personas al de las cosas, por lo que no debemos descontextualizar estos propósitos", añadía David Cierco, director general de Red.es, recordándonos que la transformación digital no es la respuesta a la actual crisis económica, sino el producto de tendencias que llevan años haciéndose su hueco en el mercado y que quizás, solo quizás, la pandemia nos ha hecho ver como una solución para construir un modelo productivo de más valor y más sostenible que el turismo de "sol, playa y borrachera" o la edificación a gran escala sin más sentido que el especulativo.

Materializar esa apuesta por la digitalización como pilar de la ansiada reconstrucción económica tendrá algunos caldos de cultivo extraordinariamente relevantes. Uno de ellos es la industria. "La historia reciente nos ha enseñado que el entorno industrial es más resiliente que otros ámbitos económicos ante eventos macro como la crisis financiera de 2007 o la pandemia actual",  explicaba Javier Rodríguez, responsable de Industria X.0 para España, Portugal e Israel en Accenture. "La industria es la que realmente fija economía y empleo. Pero debemos reindustrializar con una inversión clara en industrias innovadoras, como el vehículo conectado o la electrointensiva, además de mejorar las infraestructuras ya existentes e incentivar el consumo de las TIC", admitía Galo Gutiérrez, director general de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa del Gobierno.

El otro escenario que cobra protagonismo en este proceso de reconstrucción productiva es la salud. "El sector sanitario es no solo un pilar clave de la sociedad del bienestar, sino también un motor de nuestra economía. La salud no es solo un valor en sí mismo; también supone un ecosistema productivo con valor social", destacó Salvador illa, ministro del ramo, quien ha adelantado una estrategia de digitalización en el sistema sanitario, aunque sin detalles específicos más allá de la inclusión de apartados específicos para el impulso de "la analítica de datos y la explotación de información".

Dos pilares de entre todos los macroproyectos tractores que AMETIC viene demandando y que ahora el Ejecutivo abraza. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, fue la encargada de velar por el paraguas que ambiciona a impulsar todo lo anterior: la nueva Agenda Digital para 2025 que Pedro Sánchez presentó antes del verano y que marca los diez ejes principales de actuación en materia de transformación digital, incluyendo la modernización de la propia AAPP, de la tecnología inclusiva, el fomento del tejido emprendedor y las startups (con Francisco Polo, Alto Comisionado, como punta de lanza), la transformación digital del turismo, el comercio o la movilidad, además de la conversión de León en un polo internacional de ciberseguridad o el abrazo a la economía del dato. Ambiciones muchas, ahora queda hacerlas realidad.