En estos momentos extraordinarios, marcados por un inevitable pesimismo, hay voces que buscan romper con esa apatía. Incluso a costa de rozar con la controversia  más radical. Es el caso del investigador y divulgador Andrew McAfee, del MIT, que ha intervenido la pasada semana en un evento virtual organizado por Accenture.

"En los años 70, hubo una corriente de pesimismo generalizada a causa del planeta. El mundo se estaba quedando sin recursos naturales por el desarrollo capitalista, la contaminación se estaba disparando y las especies estaban siendo destruidas", ha explicado McAfee. "Parecía que la única solución era dejar de crecer, apostar por el decrecimiento voluntario. Un discurso que había vuelto a oírse en los últimos años como la salida a todos los problemas. Pero la realidad es que eso no lo hicimos hace 50 años y, en cambio, conseguimos resolver esos problemas". En su opinión, "ahora no estamos en peligro de quedarnos sin recursos, con una bajada del consumo de fertilizantes, papel o energía. Hemos encontrado más petróleo del que nos imaginábamos en los 70. La contaminación ha bajado en términos generales y la naturaleza está volviendo incluso a las grandes ciudades como Nueva York". 

Una visión muy optimista, qué duda cabe, y con algunos de cuyos planteamientos seguramente no estén de acuerdo los más críticos con la actitud que nuestra sociedad moderna tiene respecto al medio ambiente. Sin embargo, y más allá de las polémicas fáciles, Andrew McAfee sí da en la clave en algunos de los factores que han marcado nuestro presente inmediato en contraposición al decrecimiento propuesto por algunos. "En lugar de hacer eso, apostamos por los cuatro jinetes del optimismo: el capitalismo, el progreso tecnológico, la preocupación pública por el tema y el gobierno responsable". Por ello, el decrecimiento no es necesario, sino que tenemos que seguir avanzando sobre estos pilares y siendo inteligentes".

¿Podemos adaptar esos principios a la situación que se ha generado tras la epidemia de la COVID-19? Para Domingo Mirón, presidente de Accenture, el actual contexto exige precisamente "manejar un gran grado de incertidumbre que se va a mantener en los próximos meses o años". Para el directivo, "no sólo debemos plantearnos una reconstrucción en el corto plazo, sino que debemos hacerlo en el marco del programa Next Generation de la Unión Europea, incorporando más sectores con potencial y más resilientes, como la industria o las TIC, que sirvan de habilitadores de la diferenciación y la innovación". 

En ese sentido, Mirón propone "hacer consistente y estructural las tecnologías disruptivas que ya han solucionado tantos problemas en esta situación excepcional".  Un acercamiento que debe hacerse, en sus palabras, sin dejar a nadie atrás, fomentando la digitalización de la Administración Pública, concentrando capacidades en las pymes y fomentando la inversión en técnicas como la IA, la computación cuántica o la ciberseguridad en las grandes corporaciones, al mismo tiempo que seguimos abordando la modernización del tejido industrial y el desarrollo de infraestructuras y redes críticas que soporten todo lo que está por venir.