La inteligencia artificial (IA) también ha irrumpido en el campo de los cazatalentos (headhunters). Deja de ser útil la ambigüedad en el currículum o echar mano del encanto personal para superar las primeras fases de selección, porque la decisión ya no depende de la voluntad humana. Los algoritmos hacen el trabajo previo y aceptan o rechazan al aspirante en cuestión de minutos.

"La IA acelera y asegura el proceso de selección", explica Sylvia Taudien, directora general y fundadora de Indigital Advantage, junto a Joana Sánchez y Mireia Ranera, y de Advantage Consultores. A caballo entre Madrid, Barcelona, Alemania y Silicon Valley, Taudien, alemana de nacimiento y establecida en España desde hace más de tres décadas, organiza también la International HR Conference Barcelona, que celebrará este 5 de octubre su quinta edición.

En cuestión de minutos el algoritmo acepta o rechaza al aspirante

Indigital Advantage nació hace cuatro años en Barcelona. Especializada en perfiles digitales, utiliza la inteligencia artificial para las primeras fases de selección de candidatos y forma a los directivos para abordar los procesos en los que está implicada la nueva tecnología. "El candidato realiza una entrevista online y la IA nos dice si es apto o no para el puesto requerido. Nos indica si sus respuestas han sido las correctas o si ha utilizado la terminología imprescindible", explica Taudien.

La inteligencia artificial detecta las carencias del aspirante y "nosotros lo formamos en las habilidades que le permitirán pasar el primer filtro". La IA, según Taudien, "ayuda a acelerar el proceso de selección, sobre todo cuando buscamos perfiles de jóvenes tecnológicos, pero la entrevista presencial continúa siendo imprescindible en las fases posteriores".

Directores digitales, tecnológicos, de marketing o de e-commerce son los puestos más demandados, pero Taudien advierte que el talento digital a nivel ejecutivo es difícil de encontrar en España. "Aquí hay 50 o 60 directivos capaces de digitalizar empresas, pero no hay más", y entonces la búsqueda se convierte en global. "Primero nos centramos en España, a través de nuestras redes de contacto y de Linkedin, pero si no encontramos el perfil, pasamos a Europa y Estados Unidos".

Las demandas para cubrir puestos en Madrid difieren mucho de las de Barcelona. "Madrid es la ubicación de las grandes corporaciones, los puestos son más tradicionales y los sueldos más altos. Recibimos peticiones para directivos capaces de digitalizar las empresas, que asuman esta transición y establezcan un plan de futuro", comenta. Barcelona, en cambio, "atrae empresas tecnológicas jóvenes e internacionales, y las demandas se centran más en estos perfiles".

Explica que, para los millennials -entre 25 y 45 años-, el proyecto y no el sueldo es su prioridad. "Exigen tiempo libre, optan a menudo por ser freelancers, buscan dos meses de vacaciones no pagadas para inspirarse y prefieren la empresa creativa, un lugar de trabajo agradable o bien poder establecerse en casa o en un coworking. No les atrae en absoluto el trabajo para toda la vida y cada dos años buscan nuevos proyectos".

Las nuevas tecnologías también provocarán una disminución de las horas de empleo. "Según auguran los expertos, antes de 20 años trabajaremos solamente cuatro horas al día y el resto será tiempo de ocio". Por tanto, desaparecerán las ocupaciones más rutinarias y pesadas, las dedicadas a la atención al público, a la asistencia en el hogar o a las personas mayores. "La parte humana siempre estará presente, pero la tecnología y la robótica sustituirán, y a la vez crearán, muchos empleos".

Taudien advierte sobre dos retos a los que habrá que dar respuesta: el incremento necesario del número de mujeres en las profesiones tecnológicas, y la educación de los jóvenes en la capacidad de discernir entre el mundo real y el virtual.

Sin miedo a la IA

Sylvia Taudien alerta que «no hay que tener miedo a la inteligencia artificial porque nunca sustituirá la toma de decisiones, la planificación estratégica, el criterio propio, la intuición o la empatía».