Los drenajes ventriculares consisten en la inserción de un catéter en el ventrículo lateral del cerebro con salida hacia el exterior para el control de la presión intracraneal y el drenaje de líquido cefalorraquídeo que aparece en diferentes patologías o intervenciones cerebrales. En ocasiones, puede provocar una complicación llamada ventriculitis, una incidencia que varía entre un 5% y un 20% y que provoca una elevada mortalidad y morbilidad, así como el aumento de estancia hospitalaria, costes asistenciales y tratamiento de las secuelas asociadas.

El Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe), el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV-UPV) y la empresa Cardiva han firmado el acuerdo de licencia para la explotación comercial de un nuevo dispositivo para drenajes ventriculares externos. Su nombre es Drenaven y es una estructura capaz de albergar en su interior al drenaje ventricular externo, de modo que queda aislado del cuero cabelludo y, a su vez, lo fija para evitar su extracción involuntaria.

El sistema podrá contar en el futuro con un recubrimiento bactericida que "impedirá el anidamiento bacteriano y la formación de biopelícula sobre el drenaje dificultando, de esta manera, la aparición de posibles episodios de ventriculitis", según fuentes de La Fe. El dispositivo se encuentra en fase de experimentación animal y una vez finalizada se iniciará la fase comercial del dispositivo.

El contacto con el cuero cabelludo y las zonas grasas, en las que suele ubicarse el drenaje, dificulta la higiene y acaba generando complicaciones. Según la doctora Paula Ramírez, médica adjunta del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitari i Politècnic La Fe e investigadora del IIS La Fe, “la adecuada fijación y protección de los drenajes ventriculares externos, y en especial la separación de los mismos de la superficie cutánea, era un aspecto clínico claramente susceptible de mejora.  En este sentido, Drenaven supone una innovación en este campo que, potencialmente, evitará complicaciones mecánicas e infecciosas en los pacientes neurocríticos”.

En los últimos años se han diseñado catéteres impregnados en diferentes materiales (plata, antibióticos), "pero los elevados costes de fabricación o los cambios en la epidemiología de las infecciones asociadas a estos dispositivos, así como la dificultad para mantener la correcta higiene del punto de entrada en la superficie cutánea, hacían necesario buscar nuevos sistemas de protección y fijación", añaden las mismas fuentes.

“Para el desarrollo del producto se han utilizado las últimas tecnologías de fabricación y diseño que han permitido desarrollar el producto con unos costes mínimos”, asegura el doctor Carlos Atienza, director de Innovación en Tecnología Sanitaria del IBV. “Nuestro objetivo -añade- es que sea un tratamiento barato, que se puedan hacer grandes series para un mercado potencial de 300.000 casos que podrían ser tratados en un año sólo en Europa”.