Madrid acapara más de un tercio de la inversión en innovación que se hace en España. El ecosistema madrileño absorbe el 36%, según la Radiografía de la Innovación y el Emprendimiento en Madrid elaborada por MIDE (Madrid Innovation Driven Ecosystem), en colaboración con Impact Hub y la Universidad Politécnica.

El estudio, que bebe de diversas fuentes para analizar los datos, subraya la gran fortaleza de la región en infraestructuras para la innovación: 13 Universidades, entre públicas y privadas, 9 hospitales universitarios y los 6 institutos de estudios avanzados de Imdea, 6 parques científicos y tecnológicos, 40 centros de investigación del CSIC y 6 clusters de innovación. También es fuerte en educación, con un 20% de graduados del total español, el 21% de los titulados STEM y el 25% de los masters STEM, lo cual se traduce en la mayor disponibilidad de científicos e ingenieros (y de mujeres universitarias) de todas las regiones españolas. Es la que más patentes solicita en el ratio por cantidad de habitantes, 44 peticiones por millón.

También hay que destacar que es la sede de un 65% de las empresas españolas del Ibex 35 y se valora la calidad de vida. Está considerada como una de las tres ciudades preferidas de los expatriados para vivir. Disfruta de una localización estratégica que, con sus infraestructuras, la convierte en un relevante enlace con los mercados europeos, de Oriente Medio y de Latinoamérica, aprovechando la conexión cultural e idiomática.

Y eso que no todo es perfecto: en marco regulatorio está por debajo de la media española, según el mapa del talento de Cotec, con diez regiones mejor valoradas. Y en eficacia de la administración también hay cinco que la aventajan.

También está bastante floja en intensidad de innovación de las empresas, muy por detrás de País Vasco, Cataluña y Valencia, además de quedar por debajo de la media general, según datos sacados del INE.

Una de las conclusiones que establece el estudio es que sería ventajoso posicionar una «Marca MADRID» como referencia de atracción internacional, encontrar puntos de especialización en los que cobrar mayor fortaleza y mejorar la coordinación público-privada y la cooperación entre agentes de la innovación, lo que incluye corporaciones, startups, facilitadores y la universidad.