Nuevos materiales, biotecnología, conectividad de última generación, la robótica más avanzada o la inteligencia artificial mejorada que tal vez aún ni conocemos… La alta tecnología está presente, aunque a veces mantenga un cuidadoso trabajo en la sombra, y lo más positivo es que aún tiene mucho margen de mejora.

Que España está en el furgón de cola europeo en exportación de alta tecnología es un hecho, tal y como demuestran los ránkings de Eurostat o del Instituto de Estudios Económicos (IEE). Pero no es menos cierto que el esfuerzo que se está haciendo por parte de las empresas es creciente.

Esta última tendencia puede observarse perfectamente si nos damos un paseo por la base de datos histórica del Instituto Nacional de Estadística (INE) y los comparamos con las últimas cifras publicadas, el pasado mes de julio, correspondiente al cierre del año 2019.

La primera conclusión: en el trienio inmediatamente anterior a la pandemia todo fueron buenas noticias. La cifra global de volumen de negocio creció entre 2016 y 2019 un 15,21% y el número de empresas españolas del sector aumentó un 12,7%.

Los últimos datos disponibles hablan de un volumen de negocio en torno a los 290.000 millones de euros y de casi 100.000 empresas.

Más datos positivos: la ocupación en los sectores de alta tecnología aumentó un 1,3% en 2019 con respecto a 2018, según la Encuesta de Población Activa (EPA), datos que demuestran que hay terreno abonado de cara al futuro. El 29,0% de las personas ocupadas en estos sectores fueron mujeres.

Estos son los datos globales, pero quizá lo más interesante del informe del INE, publicado hace aproximadamente un mes, es que ofrece también una visión regional de la apuesta privada por la alta tecnología.

Número de empresas y volumen de negocio

Si se pidiera a cualquier ciudadano que nombrara las regiones que más volumen de negocio generan en alta tecnología, las respuestas serían coincidentes: Madrid, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana, País Vasco…

Es indiscutible que los territorios mencionados son los que tradicionalmente tiran del carro de todo lo que tiene que ver con la tecnología. Son los grandes centros tecnológicos, los de más población, los que más talento pueden atraer, los que seguramente mejores condiciones ofrecen a las grandes empresas…

Y, efectivamente, son estas regiones las que cuentan con mayor número de empresas y con mayor volumen de negocio. Cataluña lidera el ranking de número de empresas, con 23.343 compañía (un 17% más que en 2016); le siguen Madrid, con 22.996 (un 8% más que tres años antes); Andalucía, con 11.530 (un 18,3% más); y la Comunidad Valenciana, con 9.794 (con un crecimiento en tres años del 19,3%).

El ránking en cuanto a volumen de negocio lo lidera en este caso la Comunidad de Madrid, con 75.478 millones de euros (un 18,47% más que en 2016); le siguen Cataluña, con 73.542 millones de euros (un 16,5% más que tres años antes), la Comunidad Valenciana, con 23.445 millones de euros (un 11,6% más); y el País Vasco, con 22.052 millones de euros (con un crecimiento en tres años del 7,6%).

Pero más allá de datos que parecen obvios, los buenos augurios de cara al futuro aparecen si prestamos atención al crecimiento de algunas regiones tanto en número de empresas como en volumen de negocio en esos tres años prepandémicos.  

Así, los mayores crecimientos porcentuales en cuanto a número de empresas se han producido en Canarias (un 31,2% más) y Cantabria (un 21,3% más). También aparecen entre los 10 territorios que más han aumentado su volumen de empresas en alta tecnología Asturias, Murcia o La Rioja.

Extremadura, Baleares, Canarias…

Algo similar ocurre si echamos un vistazo al crecimiento del volumen de negocio. Las cuatro regiones que más han visto crecer el sector según este parámetro económico son Extremadura (un 35,5%), Baleares (26,6%), Canarias (25%) y La Rioja (22,3%).

Conviene advertir que la media nacional está en un crecimiento de un 16,3% en cuanto a volumen de negocio. Por debajo de esa media se sitúan, Navarra, Asturias, Comunidad Valenciana -estas tres regiones con crecimientos entre el 11% y el 13%), País Vasco (cuyo volumen de negocio creció un 7,6%) y Castilla y León, que es la única comunidad autónoma que tuvo menos volumen de negocio que en 2016 (una caída del 1,5%).

Lo que demuestran una vez más estos datos es que se está trabajando sin prisa pero sin pausa en todas y cada una de las regiones españolas, tengan la población que tengan.

De hecho, una fácil división nos da otro argumento a favor de que no solo los grandes polos de nuestro país están dedicados a la alta tecnología, aunque en cifras globales, lógicamente, la lideren.

Establecer la ratio volumen de negocio por habitante nos muestra, por ejemplo, que Navarra es la que proporcionalmente está haciendo un mayor esfuerzo en este sentido. El volumen de negocio es de 15.917 euros por habitante.

Le siguen Aragón (12.260 euros por habitante) y Madrid (11.327 euros por habitante). La media nacional es de 4.548 euros por habitante. Y además de Navarra, Aragón y Madrid, otras cinco regiones están por encima de la media: País Vasco (9.988 euros por habitante), Cataluña (9.581 euros por habitante), Castilla y León (6.435 euros por habitante), Comunidad Valenciana (5.316 euros por habitante) y Galicia (4.685 euros por habitante).

En resumen, se trata de cifras que ofrecen cierto optimismo con respecto a la posibilidad de que España mejore esa posición retrasada respecto a sus socios europeos en impacto de la alta tecnología. No solo Madrid o Cataluña tiran del carro, el resto de territorios también quiere (y de hecho lo está haciendo) aportar su granito de arena.

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