Miami (EEUU)

Aprender a programar gratis, encontrar un trabajo y pagar después la formación. A grandes rasgos eso es lo que promueve Microverse, la startup creada por Ariel Camus, argentino que se formó en España y después se mudó a San Francisco.

Microverse ha conseguido 12,5 millones de dólares en su serie A para apoyar a los programadores en su carrera. Por ahora en los primeros pasos, en la formación inicial. Cuenta con el apoyo financiero de Northzone, como líder de la ronda, así como General Catalyst y All Iron Ventures. Además de sumarse Kevin y Julia Hartz, cofundadores de Eventbrite.

La empresa nació inicialmente en Silicon Valley, de hecho formó parte de Y Combinator, la aceleradora más selecta, en el verano de 2019. Antes, Camus vivió en San Francisco, y trabajaba en Lonely Planet.

Llegó ayer después que adquiriesen Tourist Eye, una compañía que comenzó cuando estudiaba Ingeniería de Telecomunicaciones en Madrid. Después de un notable periplo en la capital tecnológica, en 2020 decidió volver a España y dar un nuevo impulso a la compañía.

Camus asume la misión de entrenar a un millón de programadores en 2030. Por ahora ya han pasado por su sistema de aprendizaje en tiempo real y conectado online más de mil alumnos, de más de 100 países. "También queremos darle apoyo más cercano a los estudiantes", subraya el CEO.

Cambio de perfil

Cada mes, más de 10.000 personas intentan sumarse a la plataforma pero no todos lo consiguen. Cuentan con controles previos para asegurarse de que el aspirante tiene la motivación necesaria e inquietudes para asumir una transformación laboral profunda.

La selección tiene una consecuencia a tener en cuenta: el 95% de los alumnos encuentra empleo seis meses después de terminar los estudios. "Vemos muchos perfiles que vienen de otro sector y quieren aprender con nosotros. Lo que más valoran es el apoyo entre iguales. Lo más difícil es el propio día a día de los más desfavorecidos", matiza.

La dinámica de Microverse es uno de los puntos que más ha captado la atención y curiosidad de inversores. Los alumnos aprenden entre sí, simula el entorno laboral y está disponible fuera de España.

Sus alumnos se han convertido en los mejores embajadores. Más de 300 de sus estudiantes trabajan Microsoft, VMWare, Globant o Huawei por destacar las más conocidas. Durante los próximos 18 meses Microverse quiere hacer que su equipo pase de 20 a 60 personas.

Camus comenzó a programar con 12 años. Desde entonces ha sido una constante en su vida. "Me emociona aprender con otros a la vez", explica. Camus ha sido profesor de informática en África, el continente cuya adopción de Microverse no deja de sorprenderme. Tarde o temprano vamos a dejar de tener bloqueada la creatividad humana. Esto es solo el comienzo", relata.

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