Miami

Luis Ahumada (Iquique, Chile, 1979), o Lucho –como se le conoce en el ecosistema emprendedor–, nació cerca del desierto, casi en la frontera con Bolivia y Perú. Esto le hizo crecer cerca de la radio. Desde que tenía 11 años comenzó a 'jugar' con diferentes formatos hasta que a los 18 se mudó a Santiago para estudiar comunicación audiovisual.

Se dio cuenta de que la realidad laboral no se parecía mucho a las clases. Con 19 ya estaba empleado en una radio y decidió dejar la carrera. Todavía no era el año 2000, internet daba sus primeros pasos y él aprendía por su cuenta.

El streaming le permitía emitir desde esta incipiente Red. Se unía su antigua pasión con el nuevo mundo digital. Tras cinco años en medios se decidió a hacer algo propio y en 2007 nació Mediastream. “Fue en un escritorio prestado. Con pocos recursos y mucha ilusión. El primer proyecto fue un SaaS (software as a service) de radio online con diseño propio”, relata Ahumada echando la vista atrás.

Servicio local con calidad internacional

Sus servicios de streaming permitían a televisiones y radios de su país emitir por internet. La ventaja inicial fue que unía la necesidad de sumarse a la ola de innovación por parte de las cadenas y la comodidad de encontrar un proveedor cercano al que podían llamar, que se involucrara y que hablaba su idioma.

Uno de sus grandes hitos fue la emisión del festival de Viña del Mar (Chile). A partir de ahí el goteo de clientes fue constante. Y también llegaron los internacionales como Caracol de Colombia o Multimedio en México, así como Ecuavisa en Ecuador. En el sector educativo, Platzi es uno de sus clientes; en el financiero, el Banco Santander. Incluso Netflix lo usa para las sesiones de adelanto de contenido.

En 2013 se decidió a formar la compañía en Estados Unidos. Ya tenía presencia en Chile, Colombia y Brasil, así que era el paso natural. Optó por Miami cuando no era, en general, la primera opción para un emprendedor de tecnología: “Geográficamente es mucho más cómodo y el mejor lugar para el mercado hispano. Desde aquí hemos crecido mucho en México y Centroamérica. Para medios, Miami es el epicentro, además”.

En 2014 recibieron la primera inyección de capital. Hasta entonces prefirió crecer con fondos propios. “Soy de la vieja escuela”, dice riéndose un poco de sí mismo, “De los que hace negocios ganando dinero. Quería dar un buen servicio a un costo moderado y funcionó”. Amerigo, fondo de Telefónica, invirtió casi dos millones de dólares para crecimiento en América Latina, sobre todo en Brasil y Colombia.

Con la llegada de 2016 dio un paso importante: su mujer y sus tres hijos se mudaron también a Miami. Ahora le faltaba poner un pie en Europa. España es el punto de entrada, no solo por el idioma y los contactos, sino porque de manera natural han ido llegando los primeros clientes.

Ahora la startup cuenta con 75 empleados. Tres de ellos en Estados Unidos. El resto, repartidos entre São Paulo, Río de Janeiro, Madrid, Barcelona, varias ciudades de Colombia y Venezuela, además de Montevideo y Santiago de Chile.

Lucho se despide con un mensaje positivo. Pese a todos los efectos de la covid-19 a las dinámicas sociales, se puede crecer. Su facturación lo hizo. Ahora espera aumentar un 25% la cantidad ingresada y España es clave.

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